Capítulo Cinco

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Narra Jass.

Rose dijo que cerraría y que no me preocupara, no hablamos mucho debido al ajetreado día, sentí que mejoró el humor a medida que avanzaba el tiempo, la abrace de despedida y me sonrió desde su escritorio al ver la prisa con la que me iba.

Salí de la consulta sintiendo que mi corazón se saldría de mi pecho, o estaba a punto de tener un paro cardíaco o la emoción me superaba, considerando que salte mi almuerzo existía la posibilidad de que fuera a desmayarme primero.

Puede que mi entusiasmo me tuviera en las nubes pero me preocupe de conducir con precaución y a una velocidad prudente, llegue a casa e inclusive abrace a Obsesa en el camino, no duro el abrazo, esa gata, estaba 100% segura, me odiaba.

―Obsesa ¡hoy viene Ethan!

Si la gata pudiera me estaría poniendo los ojos en blanco.

Corrí al segundo piso y me cambie de ropa, unos jeans y una blusa algo escoltada, me mire al espejo y volví a cambiarme, ya iba por la tercera y mi celular comienzo a sonar.

―¿Hola? ¿Quién es?

―¿Cuándo será el día en que leas la pantalla antes de contestar? Es frustrante, después de tantos años aún sigues preguntando quién soy.

―Andrew, lo siento, tienes razón.

―¿Acaso escuché bien? ¿No vas a discutir conmigo o salir con alguna excusa? Algo te sucede.

―¿Queeeeeeee? No, estoy... Bien.

Me abofetee mentalmente ¿no podía ser si quiera un poco disimulada? Le quería decir a Andrew, en serio, es solo que en cuanto supiera vendría aquí, luego aparecería Rose y Pepe, tendríamos una muy linda cena juntos y no nos dejarían en paz.

―A mi no me engañas.

―Oye, estoy bien.

―No te creo, iré a tu casa ahora mismo.

―¡No!

No me lo impedí, golpee mi mano en mi frente y maldije en voz baja.

¿Qué le digo?

―Tu ganas, es que hoy me paso algo muy extraño y necesito tanto un largo baño sola.

¿Qué sucedió? ―respondió poco convencido.

―Vinieron de la alcaldía, alguien robo el letrero que tiene el nombre de la calle y estaban cerrando el paso por ello.

―Que ridículo.

―Eso dije yo, parece que elegí el peor lugar de la ciudad, no puedo creer que sean tan quisquillosos, lo peor fue que la persona que lo robo era uno de mis pacientes, se entero de que no podría entrar si el letrero no era devuelyo ¡y lo saco de sus pantalones como si nada!

Andrew se rio y yo fruncí el ceño ¡no es gracioso! Gracias a eso no tuve almuerzo y tuve que reorganizar mi agenda, Rose casi me lanza su laptop en un momento ―nota mental: no hacerla enojar―.

Pareció convencido por mi explicación y se disculpo por la paranoia, me excuse con el golpeteo de la puerta, corrí al primer piso, conté hasta tres con la mano en el pomo y abrí.

―Marcel ―respondí sorprendida.

Marcel Ryder, mi primo que vivía al otro lado del país, se encontraba frente a mi con la expresión más deprimida que se podía ver.

―Mi papá se entero de que soy homosexual y amenazó con cortar el pago de mi carrera, me hecho de casa y tiro mis cosas a la calle, traté de llamar a tus padres y no contestaban, entonces...

Lento En El Pavimento (DCEM #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora