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Chenle llamó a Jisung durante su hora de descanso exactamente dos días después de esa noche.

No había querido hacerlo cuando Jeno, Yuqi o Donghyuck estuvieran cerca, pues sabía que lo pondrían estúpidamente nervioso, y fue por eso que prefirió hablar con él mientras comía su almuerzo recalentado en el depósito de Whiplash Tattoos.

Jisung contestó luego de dos tonos.

—Estudio de arte Park, buenas tardes. ¿Puedo ayudarle en algo?

Se sorprendió al escucharlo. Jamás lo habían tratado con tan falsa cortesía.

—¿Realmente estoy hablando con el chico que se desnuda frente a desconocidos sin pudor alguno? —Bromeó, y cualquiera que lo hubiese mirado a los ojos en esos momentos se habría dado cuenta de que se estaba enamorando.

—¿Chenle?

En ese mismo instante descubrió que le gustaba hablar por teléfono con Park Jisung, pues de esta forma podía notar el tono sorprendido en su voz y no sentirse extrañado por las expresiones siempre neutras de su rostro.

—Pensé que no me llamarías —En otro momento no le habría creído, pues era claro que Jisung se tenía bastante confianza en el arte de la seducción. En ese instante, sin embargo, notó su sinceridad—, así que me alegra el doble que lo hicieras.

Una nerviosa e inevitable sonrisa se apoderó de los labios de Chenle.

—¿Realmente te alegra mi llamada, Park? —No podía creerlo.

Jisung era perfecto, y él un simple tatuador. ¿Por qué se alegraría al escuchar su voz?

—La verdad es que estaba tan desesperado por saber de ti que fui yo quien estuvo a punto de llamarte.

Y así era como Park Jisung, sin esforzarse demasiado, hacía que su corazón palpitara dolorosamente.

—¿Por qué no lo hiciste?

—No me diste tu número, Chenle.

—Pudiste llamar al estudio y preguntar por él.

Jisung hizo silencio, y se escuchó el sonido de la palma de su mano golpeado su frente.

—Lo siento. Estaba tan concentrado esperando frente al teléfono de mi estudio que olvidé que tú también trabajas en uno —Se burló de sí mismo—... Por cierto, solo por si no te has dado cuenta, te estaba esperando a ti.

—Por supuesto que me esperabas. Ibas a pedirme algo ¿no?

De inmediato se hizo silencio, y poco después se escuchó una risita nerviosa.

—Tienes razón. Iba a hacerlo —Murmuró, pero daba la impresión de que no lo había recordado hasta este momento.

—¿Y qué es?

No se imaginaba que podía ser. Jisung era imposible de predecir.

—Necesito que seas mi modelo, Lele.

De no haber estado tan sorprendido ante su petición habría notado el cariñoso apodo que el joven había usado para referirse a el.

—¿A qué...? ¿A qué te refieres? —Pero ya lo sabía.

—Dentro de unos meses tendré una exposición a la que decidí llamar "Extraños Ocultos", y en ella expondré diferentes personajes de la sociedad con peculiaridades que intentan ocultar, ¿y existe algo más peculiar que un tatuador sin tatuajes?... Por supuesto, te mantendré en el anonimato.

Chenle tragó saliva. Algo le decía que eso no era todo. Algo le decía que aquellas palabras que no quería escuchar estaban por venir.

—Chenle, quiero pintarte desnudo.

El Tatuador De Libélulas |CHENSUNG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora