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—¿Entonces Chenle y tu irán a una fiesta hoy? —Preguntó Hyuna a Donghyuck mientras intentaba alimentar al pequeño Soobin.

Era hora del desayuno y la gran familia estaba sentada alrededor de un pequeño comedor para seis en el que, de alguna manera, lograban comer trece al mismo tiempo.

Chenle amaba esto. No solo el hecho de tener una familia, sino el de ser tan unidos como para nunca darse cuenta de lo incómodo que era aquello.

—Si —Respondió con felicidad mientras se apresuraba a comer. Llegaría tarde a sus clases en la universidad si tardaba demasiado—. Yuqi y Jeno decidieron quedarse para hacer tontas manualidades.

—Increíbles manualidades —Lo corrigió Yuqi desde el otro lado de la mesa.

—Lo que digas.

—Supongo que irás con Sun Hee —Intuyó su madre.

—Así es —Afirmó con una sonrisa. Chenle la odiaba, sentía que algo no estaba bien con ella, pero si hacía a Donghyuck feliz no le quedaba nada más que aceptarla.

—¿Y con quien iras tú, Chenle?

—Iré con Irene. Nada especial.

Hyuna suspiró. Confiaba en Donghyuck, pero en Sun Hee no tanto. El que Chenle lo acompañara le daba mucha más tranquilidad.

—Pensé que irías con ese chico del restaurante, Chenle —Murmuró Dawn extrañado tras el periódico que leía.

Su corazón se detuvo y sintió las mejillas arder cuando sus diez hermanos y Hyuna se giraron a mirarlo con los ojos bien abiertos.

—¿Cómo sabes... de eso? —Tartamudeó.

—Estaba reunido con mi jefe en la mesa del fondo. Estoy seguro de que no me viste. Estabas demasiado ocupado mirando ese cuadro del panda... y a ese chico.

—¡¿No pensabas contarme, Chenle?! —Se escandalizó Donghyuck.

—Fue solo un almuerzo —Respondió apresuradamente—. No fue nada importante.

O si lo había sido, pero no planeaba aceptarlo.

—No parecía ser solo un almuerzo, Chenle —Siguió su padre adoptivo. No podía verle el rostro, pero sabía que se estaba riendo de el.

—¿Es guapo? —Logró preguntar Hyuna.

Aunque estaba avergonzado dio gracias por la actitud de sus padres. Años antes, cuando les había confesado su preferencia sexual, el ambiente de la casa se había mantenido tenso durante bastante tiempo. Terminaron aceptándolo, por supuesto, y ahora eran incluso capaces de bromear con el sobre esto.

Se sentía agradecido porque no todos corrían con la misma suerte.

—Bastante —Afirmó. No podía mentir—. Deberías ver sus ojos. Son increíbles.

—Deberías traerlo a casa —Sugirió Renjun, su hermano biológico, dulcemente. No había curiosidad en el como en sus padres y hermanos adoptivos, ni enojo como en Donghyuck, solo el profundo deseo de ver a Chenle feliz.

—Solo almorzamos, Ren. No es para tanto.

—Yo creo que si lo es. Incluso pagó por ti —Se metió Dawn, que parecía más interesado en Jisung que el mismo Chenle —... Además, no creo que la forma en la que te miraba es algo que deberías dejar pasar.

—¡¿Cómo es que papá sabe más de tu cita que yo, Chenle?! ¡¿Acaso no me quieres?! —Continuó reclamando Donghyuck.

Chenle tomó un gran respiro y apoyó su frente sobre sus manos. Amaba a su familia, pero era agobiante.

El Tatuador De Libélulas |CHENSUNG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora