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Si Jisung no hubiera estado fumando contra su auto, Chenle no habría reconocido el vehículo.

Solo había estado dentro de él una vez, y cuando lo hizo era de noche, así que no pudo detallar con exactitud el exterior.

Ahora que los rayos del sol del atardecer lo iluminaban el tatuador podía darse cuenta de que era de los costosos, pero al pintor parecía importarle poco, pues había manchones, abolladuras y tierra estropeándolo.

-Solo por si te interesa, Lele, creo que te ves hermoso hoy.

Sonrió con nerviosismo ante el cumplido. Jisung, complacido por su reacción, abrió la puerta del copiloto y le dio la mano para ayudarlo a pasar.

Su cigarrillo fue a parar al suelo.

El interior del vehículo no estaba mejor que el exterior: había manchas en los asientos, envoltorios en el suelo y trastos en la parte trasera.

Era un completo asco.

-Espero que te guste mi chiquero... -Murmuró el pintor al entrar al auto. No se veía avergonzado, sino orgulloso.

-No importa lo que yo piense. Seguirás teniéndolo así.

-En eso tienes mucha razón -Aceptó con una risa nerviosa.

Jisung se colocó el cinturón. Chenle también lo hizo. El auto se encendió, pero no se puso en marcha.

-¿Cómo estás, Jisung? -La pregunta escapó de sus labios de la nada.

Él, como en los viejos tiempos, simplemente prefirió ignorarlo.

-¿Leíste a Howe?

-Jisung... -Insistió con frustración. Lo quería, y por esa razón necesitaba respuestas.

-Sé que no has tenido mucho tiempo, pero es una lectura ligera y...

-¡Jisung!

Aun así, aunque lo miró y con seguridad notó la preocupación en sus ojos, continuó evadiendo aquella pregunta.

-¿Leíste a Howe, Lele?

Terminó cediendo con un suspiro. Sabía que no podía presionarlo.

-Lo siento. No tuve tiempo.

Lo cierto era que lo sucedido con Yuqi y Yukhei, el trabajo y los pensamientos que tenía sobre Jisung siendo poseído por un hombre asqueroso, todo por su culpa, no le habían dado el tiempo que necesitaba para siquiera abrirlo.

Había estado muy ocupado sufriendo por la gente que lo rodeaba como para intentar entender a un loco.

-Prometo que lo leeré en cuanto pueda, Jisung. Yo... realmente lo siento.

-En realidad solo te lo di para que leyeras un pasaje del libro que marqué con rotulador... Es una tristeza que ni siquiera notaras esto.

Pero, aunque lo hubiera notado, sabía que no habría podido concentrarse en leerlo. Muchas cosas habían pasado esos días como para detenerse a pensar en un sin sentido.

Aun así, no se lo dijo. Jisung tenía sus propios sufrimientos, y no quería que los hiciera a un lado por los suyos.

Intentando compensar su falta de compromiso sacó el libro de su mochila y lo abrió, encontrando casi de inmediato el tan mencionado pasaje.

-¿Puedes leerlo en voz alta? Me encanta.

El tatuador asintió. Era lo menos que podía hacer para disculparse por haber abandonado al lunático Howe.

El Tatuador De Libélulas |CHENSUNG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora