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El cuarto mes ellos compartieron historias.

El domingo había llegado y no tenían mucho por hacer. Su cita al aire libre debió ser suspendida cuando una terrible tormenta comenzó, así que solo les quedó como opción besarse sobre el sucio sofá del pintor.

Fue cuando sus labios se adormecieron que decidieron tomar un respiro.

-Háblame de tus padres, Lele.

Ambos estaban recostados sobre el sofá, el cuerpo de Chenle colocado sobre el de Jisung mientras su cabeza descansaba en su pecho. Las caricias en su cabello comenzaban a relajarlo.

-¿Hyuna y Dawn?

-No. Sobre tus padres biológicos.

El tatuador tomó un gran respiro antes de comenzar. Le era difícil hablar sobre un pasado que prefería olvidar.

-Se llamaban Shui y Jian Zhong -Comenzó a relatar-. Su trabajo consistía en transportar drogas a través de varias fronteras... Nací en China. Estaban en un viaje de negocios cuando las contracciones empezaron y, créeme, no me consideraron un regalo del cielo.

Chenle sintió una lágrima resbalar por su mejilla. Cuando fue a secarla descubrió que su novio ya lo había hecho por él.

-Me mantuvieron a su lado solo porque podía ayudarlos en su trabajo. Yo era pequeño, así que era capaz escabullirme fácilmente con la mercancía -Cada segundo se sentía peor, pero no podía parar de hablar-... Recibí educación en casa solo porque sabían que, al crecer, un analfabeta no sería útil. Aun así, la mitad de sus clases consistían en gritos, insultos y amenazas.

Un nudo se formaba en su garganta y, poco a poco, las lágrimas doblaban su cantidad.

-Lele, no tienes que hablar si no quieres hacerlo -Lo detuvo Jisung claramente preocupado.

-Quiero hacerlo. Confío en ti.

Realmente lo hacía.

-Cuando Renjun nació no lo trataron mejor, pero tiene suerte de no recordarlo -Susurró en medio de un suspiro, y casi parecía aliviado con este dato-... Estábamos en casa cuando los asesinaron. Fue un ajuste de cuentas, o eso dijo la policía. Yo logré esconderme junto a Renjun en el sótano, pero ellos no tuvieron tanta suerte... Cuando la policía llegó la casa ya no era más que un baño de sangre, pero yo no recuerdo esa escena. Mi mente la bloqueó.

Un silencio siguió sus palabras. No sabía si se sentía mejor con un recuerdo perdido, o si prefería tener en su mente un recuerdo traumático que confirmaba que aquellos seres crueles ya no estaban a su lado.

-Luego de muchas visitas al terapeuta y varias noches en el orfanato apareció Hyuna. Hubo algún tipo de conexión entre nosotros, aún no puedo explicarlo, pero, luego de poco tiempo, Renjun y yo ya estábamos en casa...

-Hyuna debe de ser increíble. No me imagino lo duro que debe ser tomar una decisión tan grande como adoptar a un niño, ofrecer amor a alguien completamente ajeno a ti -El pintor lo abrazó fuertemente, buscando así darle apoyo. Y, en ese momento, parecían inseparables.

Ninguno presentía lo que iba a suceder cuatro meses después.

-Ella es genial -Admitió-... Se ocupó de Yuqi cuando sus padres murieron y rescató a Jeno de las calles. Nos regaló una nueva vida, Jisung, y yo realmente no sé qué le hemos dado a cambio -Su mano buscó la de Jisung, quien jugó con sus dedos para hacerlo calmar- A veces llego a pensar que su vida sería mejor sin nosotros.

Ante estas palabras Jisung lo calló con un beso.

-No pienses eso, Lele. Por favor. Tal vez tú no lo notas, pero diste a su vida algo tan puro como el amor. No lo entiendes, pero ella es infinitamente feliz cuando sonríes, y tal vez eso buscaba... Ella quería verte feliz -Lo hizo reflexionar.

El Tatuador De Libélulas |CHENSUNG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora