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Luego de ese beso no eran algo, pero tampoco nada. Ellos estaban en la muy incómoda y despreciable mitad.

—Iremos al estudio, pero no te pintaré aún —Murmuró Jisung mientras caminaban hacia la puerta del fondo tomados de las manos.

—¿Sabes que eso significa que no me verás desnudo?

—Sí —Afirmó—, y realmente no me importa —Agregó con cierta indiferencia.

—No puedo creer que hayas dicho eso...

—Yo tampoco —Dijo con una dulce sonrisa, su mirada avergonzada fijándose unos segundos en el suelo—. Realmente debo quererte mucho.

Y, sin permitirle decir nada más, Jisung lo arrastró hacia el interior de la habitación que Chenle ya conocía.

—¿Que haremos ahora, Jisung? —Quiso saber con cierto nerviosismo—. Si quieres ir directamente al próximo paso debes saber que no estoy listo y...

—¡Lele! —Lo reprendió—. Solo quiero hablar... No quiero tener sexo contigo aún. Yo tampoco me siento preparado, y es extraño. Desvestirme frente a las personas que contrataba como mis modelos no era tan difícil.

Eso dolía, aunque aquellas relaciones fuesen cosa del pasado.

Dolía porque alguien más había besado a Jisung, y alguien más lo había abrazado, y alguien más lo había tocado.

-¿Estuviste con muchos? - Chenle sabía que esa pregunta era muy personal, pero quería saberlo.

Jisung suspiró.

—El primer hombre fue Kwan, el prostituto por el cual mi tío pagó para subirme el ánimo. Luego, al empezar a pintar, iba al prostíbulo y seleccionaba a mis modelos. Si me gustaban lo suficiente les pagaba el doble para que me concedieran sus favores al terminar...

—¿Entonces jamás has tenido novio?

—No realmente... Al principio iba al prostíbulo constantemente y pagaba por el servicio de Kwan. Le contaba cosas, y el me escuchaba e intentaba hacerme sentir mejor. Pensé que teníamos algo, pero una noche lo ví bailándole a una chica mientras la abrazaba como lo hacía conmigo, y me di cuenta de que el realmente no me escuchaba ni me consolaba. Él estaba allí por el dinero, y yo estaba allí por él, porque necesitaba sentirme querido de alguna forma.

Suspiró. Aquello dolía, pero quería escucharlo. Sabía que era importante.

—Luego salí con Dakho, quien trabajaba todos los sábados en un club de striptease. Duramos una semana... Finalmente salí con Minki, que también trabajaba en un prostíbulo. No me importaba su trabajo, pues era solo eso: trabajo. Además, yo solo necesitaba sentir que tenía a alguien... Me dejó por una chica luego de dos meses.

—¿Los amaste?

El pintor negó de inmediato, y no sentía vergüenza alguna.

—Solo he amado a un chico en toda mi vida, y ese soy yo mismo —Contestó con un suspiro antes de sentarse al lado de Chenle y deslizar su mano sobre su pierna, para que así sus dedos terminaran rozándose con los del mayor.

El pintor parecía nervioso, y Chenle pudo percibir los ligeros temblores que parecían estar acompañándolo mientras pensaba si era lo correcto tomarle la mano.

Para despejar sus dudas fue Chenle quien lo sujetó fuertemente, y el pintor admiró el gesto como si no existiera nada más hermoso en el mundo.

—Lo siento, Lele. Yo... no sé cómo llevar esto de las relaciones. No sé cómo funcionan.

El Tatuador De Libélulas |CHENSUNG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora