Capítulo 6

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No sé cuánto tiempo ha pasado exactamente pero mi pierna está mucho mejor. Todavía me molesta un poco al caminar pero logré ir hasta el arroyo a tomar agua y pescar un poco en la mañana. Sé que en estos últimos días han muerto la chica del tres y el del diez, solo quedamos cuatro tributos. Tengo la sensación de que todo esto acabará pronto con una batalla muy sangrienta. Los finales siempre son sangrientos.

Será uno bueno, supongo, dos profesionales y dos compañeros de distrito. La estúpida chica del cuatro que está viva más por suerte que por mérito propio. ¡Por Dios, ni siquiera tengo un arma decente! Solo dos cuchillos de diez centímetros, no es como que pueda hacer mucho con ello. Necesito un plan. Por ahora tengo dos opciones, quedarme escondida hasta que los otros tributos se maten y/o los vigilantes me obliguen a reunirme con ellos o ir hasta la Cornucopia a buscar un arma decente.

Ir a la Cornucopia podría no ser tan mala idea como suena. Los profesionales de seguro saldrán a cazarse entre sí para así poder deshacerse de Tyler y de mí luego, no hay forma de que se hayan llevado todas las armas y de seguro están desprotegidas. Pues no pierdo nada con intentarlo, iré sigilosamente, tomaré las armas, me iré tan rápido como pueda para esconderme y entonces esperaré a que los otros se maten entre ellos. Tengo que admitir que es un plan bastante bueno en realidad. ¡Bien hecho, Sam!

Calculo que me llevará todo el día llegar hasta la Cornucopia así que emprendo mi marcha por el arroyo asegurándome de no dejar rastros. Camino y camino hasta que llego al río principal, sigo por la orilla, atenta a todo lo que me rodea. La selva está tranquila, solo se escucha el canto de las aves, el rumor del agua y las ramas azotándose con el viento. Si cierro los ojos, casi puedo pretender que estoy en la playa del cuatro, que el agua bajo mis pies es salada y no dulce y que todo está bien.

Ya está anocheciendo cuando llego a los límites entre la gran masa de vegetación y el claro donde está la Cornucopia. Procuro ser lo más silenciosa posible mientras subo a un árbol alto. La luna está llena y brillante esta noche, el follaje me mantiene en la protección de la oscuridad pero nada protege a mis enemigos. Desde aquí tengo una vista perfecta del claro, veré a cualquiera que pase por él. Me imagino lo fácil que sería terminar con todo esto si tuviera un arco (y supiera utilizarlo), ni siquiera tendría que acercarme a los otros tributos.

La noche pasa y, a pesar de que estoy cansada, no puedo dormir. Mantengo la vista pegada en la entrada de la Cornucopia, no hay movimiento y parece vacía. Me tienta la idea de ir ahora mismo y buscar las armas pero no puedo saber con certeza que no hay nadie adentro o en los alrededores esperando para rebanar mi cuello. Acaricio distraídamente el dije del tridente mientras pienso en qué sucedería si Tyler y yo nos encontráramos ahora, ¿nos mataríamos? Obviamente ya no sigue vigente la alianza que habíamos forjado, ahora es todos contra todos, pero no sé si sería capaz de terminar con su vida.

The Red LadyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora