||CAPÍTULO 23 NOVIO||

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El chico de acento italiano acaricia mí mejilla y siento una corriente eléctrica recorrer todo mí ser, me mira con admiración, cómo sí fuera lo más lindo qué hubiera visto en toda su vida.

— Ya qué no contestas adivinaré, ya sé, eres mí novio – digo lo qué me parece más lógico debido a lo qué siento sólo de verle.

— Ese es mí sueño, pero no, no, soy tú ex y socio de trabajo – una mueca pinta mí rostro, siento algo muy fuerte por él, pero el qué me diga deliberadamente qué siente cosas por mí y qué es mí ex me lleva a pensar qué yo lo dejé.

— ¿Por qué rompimos? – logro articular.

— Mira, es algo demasiado duro y fuerte, por culpa de eso estás aquí y en esta situación, pero quisiera pedirte un favor.

— ¿Qué tipo de favor?

— Déjame mostrarte cómo soy, te demostraré qué e cambiado, empecemos de 0, además yo mismo te ayudaré a recuperar la memoria, y sí, cuándo la recuperes sigues así, te respetaré – una sonrisa se dibuja en mí rostro, es tan tierno y lindo.

— ¿Por qué siento todo esto sólo de mirar tus ojos? ¿Por qué siento un zoológico dentro de mí al verte? Es una sensación qué no puedo controlar y qué no entiendo, por mucho qué quiera, no puedo alejar todos estos sentimientos qué hay en mí corazón, esos qué hacen qué mí corazón lata a mil por ora – el italiano me mira sonriente – pero, chico del qué creo estar enamorada, tengo una pregunta, quizás te costará creer digo, te digo qué siento cosas por tí aún desconociendo tú nombre, no sé – ambos reímos.

— Me llamo Ruggero, Ruggero Pasquearelli – río, no sólo por el hermoso nombre, si no por qué comprendo el acento italiano – ¿De qué te ríes? – pregunta al borde de continuar mis risas.

— De qué ya comprendo tú acento – río más.

— ¿Quieres saber lo qué es reírse? – alza sus manos cómo si fuera ha hacerme cosquillas, mientras coloca una sonrisa con aire burlesco en su rostro.

— No, no, no Pasquearelli – es todo lo qué logro decir antes de qué ambos explotamos en risas, yo por sus cosquillas, y él por mis risas.

— ¿Qué estás haciendo aquí, Pasquearelli? – pregunta con enojo la rubia qué creo recordar se llama Valentina, él pone una mueca de tristeza y se dirige a la salida, pero le agarro del brazo.

— No hagas qué se vaya – hago puchero y ella se acerca a mí del otro lado de la camilla para acariciar mí rostro.

— ¿Me puedo llevar un ratito a mí primo y ahora te lo devuelvo? – asiento insegura para qué el italiano deje un sonoro beso en mí mejilla muy cerca de la comisura de mis labios, logrando un zoológico de emociones en mí interior.

POV'S VALEN

— ¿Quién te ha dado el permiso de entrar, Pasquearelli? – regaño a mí primo enojada.

— Nadie, ¿Y sabes qué? Me ha dicho todo lo qué siente por mí, y ha aceptado dejarme demostrarle cómo soy mientras le ayudo a recuperar memoria junto a ustedes, a cambio de qué si cuándo la recupere quiere seguir alejada de mí, será su elección, sabes qué la amo hace seis años Valentina, dame esa oportunidad – me explica todo y yo asiento insegura.

— Si opino qué le puede hacer algún mal te alejas de ella – el asiente emocionado y me abraza, yo me aparto – tranquilo, pero una cosa más, no le puedes contar a tus padres qué está aquí.

— Gracias, gracias, gracias prima eres la mejor, te amo y qué sepas qué evidentemente sabía qué a mis papás no les podía contar se volverían locos e intentarían hacer con ella lo mismo qué hace 6 años.

POV'S NARRADORA

Después de un día, el doctor ha autorizado la salida de la mexicana, esta se va a quedar en la casa del italiano mientras se recupera, pero en habitaciones separadas.

Lleva una falda rosa con pequeñas rosas en relieve, una blusa blanca simple, una chaqueta de cuero negra y unas botas del mismo color, acompañando de un pequeño bolso monedero color blanco.

— Yay, al fin podré salir de esta fea habitación  – abraza contenta al italiano, este ríe.

— Tranquila hermosa, verás todo lo qué quieras estando conmigo, por algo soy el mejor – ambos ríen, el italiano carga la bolsa de la ahora rubia.

— Pero qué fresa – le dice la chica saliendo de la habitación encontrando a Mike y Valen.

Llegan a fuera del hospital entre risas y bromas, allí hay un lindo caro y lujoso auto azul, del lado del conductor sale un hermoso chico morocho, del lado del copiloto una chica de cabello azabache y ojos verdes cómo la hierva.

— ¡Mí amor!  – exclama el chico abrazado al italiana, logrando qué los 4 chicos se desconcerten y el italiano sienta celos recorrer todo su ser.

— Disculpa, ¿Y tú eres? - pegunta desconcertada la mexicana, el chico frunce el ceño.

— Karol ha sufrido una pérdida de memoria - aclara la rubia-disculpa pero, ¿Tú eres?

— Me llamo Noah, Noah Centineo, y soy el novio de Karol, y esa de ahí es Aurora Martínez, su mejor amiga y asistente personal  - tanto la rubia cómo el italiano sienten unos grandes celos al escuchar al actor hablar.

The Bad Girl & The Nerd [Ruggarol] (EN EDICIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora