||CAPÍTULO 24 PRINCESA||

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— ¿Novio? ¿Mejor amiga? – pregunta Karol sin entender mirando al actor y la peli-azabache y seguidamente a la rubia y al italiano repetidamente.

— Ejem, disculpa, bonita, soy la mejor amiga de Karol hace 6 años – dice celosa la rubia para qué la española la  con odio.

— ¿Puedo tener dos mejores amigas? – pregunta tratando de quitar la tensión entre ambas chicas.

— ¡No! – ambas se cruzan de brazos.

— Disculpa, ¿Eres mí novio? – pregunta mirando al actor y este asiente feliz, luego mira hacia abajo viendo las manos entrelazadas del italiano y su novia y se le quita la sonrisa – ¿Tú sabias esto? – pregunta deshaciéndose de su mano al ruloso.

— No, no, no, jamás. Bueno, personas qué no me interesan, me la tengo qué llevar a casa, Ciao – toma la mano de Karol y la jala a su auto.

— Hey, hey, hey, Karol viene conmigo – habla enojado Centineo.

— ¿Noah? ¿No es un nombre un poco... Femenino? Es igual, mira, el doctor me la dejó a mí, tiene todos mis datos y los de mí casa, tú en cambio no tienes ni casa aquí, tampoco la chica de pelo azabache, el doctor ha prohibido qué coja vuelos y mucho menos qué se aloje en hoteles, además sólo yo sé lo qué pasó la noche qué le causó el colapso de recuerdos, por lo tanto, soy el único qué puede devolver todo a su sitio, si quieres contactar con alguno de nosotros háblale a mí abogada, campeón – le toca el hombro fuerte y le lanza una tarjeta, antes de qué pueda hablar jala a Karol hasta dentro del auto y se van.

— ¿Qué has hecho Pasquarelli? Es mentira lo del doctor, y se supone qué es mí novio – dice la ahora rubia alzando una ceja.

— ¿Sientes por él una mínima parte de lo qué sientes por mí? – la mira fugazmente sonriendo.

— No pero... – este sonríe y le besa la parte superior de la mano.

— Pero nada, linda, tengo una sorpresa para tí, toma – le tiende una venda.

— ¿Eres consciente de qué no recuerdo nada, no?

— Sí, pero es un lugar importante, alomejor recuerdas algo y prefiero qué lo hagas allí – sonríen ambos, la chica, desconfiada, se pone la venda.

Llevan una conversación trivial en el resto del trayecto, al llegar el italiano le dice qué espere, en menos de 5 minutos abre su puerta.

— Vamos, señorita Sevilla – ambos ríen y este la ayuda a bajar, cierra la puerta y le saca la venda, hay una manta y una cesta de picnic cerca del borde de un acantilado, desde allí se puede ver toda la ciudad.

— Es hermoso – lo abraza.

— Aquí te traje en nuestra primera cita, y me pareció correcto traerte en la segunda primera cita – sonríen y el le corresponde al abrazo tomándola por la cintura, ella la toma del cuello.

— Gracias, italiano – besa su mejilla, muy cerca de la comisura de sus labios, tal y como hizo él el día anterior.

— Por muchos años qué pasen esto sigue causando un zoológico dentro de mí – la chica le mira fruncido el ceño – cuándo nos conocimos, te acababas de mudar con tú padre a la casa de al lado, este te dejó afuera con las maletas y yo regresaba de la qué sería nuestra escuela, me dijiste "Hey nerd, ¿Quieres qué bese tú mejilla? ", yo casi muero, asentí con rapidez y chaqué los dedos para qué dos mayordomos salieran de mí casa y metieran tus maletas en la tuya, tú resiste y me besaste justo ahí para irte contorneado tus caderas, eras la bad girl y yo el nerd, tú primer día de clases te llevé a nuestra escuela, ese día te hiciste la más popular y yo seguía siendo el nerd – ríen y se abrazan.

The Bad Girl & The Nerd [Ruggarol] (EN EDICIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora