4. Guerra de peluches: Parte 2

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Por si se preguntan qué pasó luego, pues decepcionaré a todos al decir que no sucedió nada. Mina solo decidió poner una alarma a las 5 de la mañana, para que Bakugo saliera antes de que alguien lo viera y si las cámaras lo veían a esa hora, ya podían ver que era un estudiante. No se alarmarían y tampoco cuestionarían para investigarlo.

Durmieron juntos unas cuantas horas, pero no hablaron de lo que había sucedido. Mina estaba muy avergonzada y Bakugo por su parte estaba ocupado pensando en cómo tranquilizar a su amigo. Entendía que a ella se le pueda pasar rápido la calentura, pero con un hombre no es lo mismo.

No planeaba tomar la delantera de ese modo pero, supongo que soy irresistible.

***

Como era de esperarse Mina fue más que distraída a tomar ese examen. Estuvo media hora en el baño de niñas, tratando de sacar la imagen tan sensual que tenía ahora de su amigo. Tomó sus apuntes y sorpresa, con Kirishima nunca terminaron de estudiar. Conversaron más que otra cosa.

Maldita sea.

Bueno, en cierto modo no era el primer examen al que entraba sin tener casi conocimiento de que trataba. Había cometido un error en distraerse y mataría a su amigo luego de terminarlo. Pero ya no había vuelta atrás iba a ir a tomar ese examen con dignidad. Aunque no supiera ni la mitad de el.

- Llegas tarde.- el profesor solo dijo eso y le entregó el examen.- siéntate.

Observó la sala y vio a Bakugo realmente concentrado respondiendo su examen. Ni siquiera volteo a verla, esta mañana cuando se despidieron fue súper incomodo. No sabía si debía darle un beso, un saludo de amigos. Era realmente raro, pero el escogió por ella, se fue simplemente, nada de adiós o un hasta luego. Parecía como si se hubiera arrepentido de hacer o bueno, de casi hacer lo que no sucedió.

Finalmente tomó asiento y respondió lo mejor que pudo. Lo cual no fue mucho, lamentablemente para nuestra amiga rosada.

- ¡ Todo fue tu culpa !- le pegó con el libro levemente.- ibas a ayudar, no a empeorarme.

- Lo siento, pero ambos nos distrajimos.

Estaban hablando muy cómodamente, hasta que Uraraka llegó hacia su lado. Traía un lindo peluche en sus manos, de hecho desde esta mañana en el examen también la vio con el. Nunca lo había visto antes, había pasado tiempo en la habitación con Uraraka y no recordaba haberlo visto nunca.

Ella notó que Mina observaba su peluche y no sabía porque decidió hacerlo. Tal vez eran celos, de que no pudo dormir en toda la noche. Ya que estuvo esperando a que Bakugo saliera de su cuarto y solo lo hizo a las 5 de la mañana. Estuvieron 3 horas juntos, habían muchas cosas que se podían hacer en 3 horas. Su mente estaba hecha un lío, quería que Mina sintiera lo que ella sintió esta madrugada.

- ¿Es lindo cierto? - Mostró una enorme sonrisa.- Me lo regalo Bakugo ayer, ganó muchos peluches.

La sonrisa de la rosada de pronto se desvaneció. No pudo siquiera disimular, la había tomado por sorpresa y vaya sorpresa.

- Si... es muy... tierno.- casi, casi logró sonreírle de vuelta.

Solamente paso por su mente Bakugo con la bolsa de peluches. Acaso por eso era que los traía consigo. Pensaba regalarle un peluche a cada chica, pero porque ? Se desilusionó por completo, había pensado que en realidad había pensado en ella al ver ese peluche. Claramente se había hecho la tonta cuando lo vio.

Digo era distraída, pero no tan estupida como para no notar la razón por la cuál le regalo ese peluche de mapache. Pero no fue eso, el estaba regalando peluches así como un Santa Claus estúpidamente irritante.

¡Esto es guerra! |Bakumina| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora