Raphael estaba acostumbrándose a su nuevo estatus dentro de los vampiros.
Ahora sonreía más y parecía abiertamente más feliz. Hasta aceptaba ha Magnus Bane como su padre claramente no de sangre. Llevaba una mejor comunicación con la familia inmortal que se había ganado con los años, claramente no dejando atrás ese humor tan ácido y sarcástico que lo caracterizaba. De hecho, daba más miedo a sus enemigos ahora que toda su ira y furia ciega iba hacia ellos.
Antes, muchísimo tiempo atrás antes de que Simon llegara ha su vida o no-vida Raphael Santiago.
Sólo el nombre podría enviar escalofríos por la columna vertebral de cualquier subterráneo. Fue temido entre la mayor parte del mundo de las sombras. Era famoso, despiadado y temido de muchas maneras. Su sonrisa podría hacer que cualquiera se enroscara, la forma en que llevaba sus hombros podía hacer que hasta el hombre más alto pareciera pequeño.Sus chaquetas de traje afiladas eran tan afiladas como su personalidad y las miradas que le dio a los demás. A pesar de la mirada amenazadora de Raphael y de ponerle personalidad, sigue siendo el mejor líder del clan de vampiros de Nueva York. Iría a los confines de la Tierra para cualquiera en su clan. Pero hay un cierto novato que iría al infierno y ardería por la eternidad. Un joven novato que le molesta muchísimo pero no lo cambiaría por nada del mundo. Pero el novato no debe saber eso.
Tal vez por eso no había hablado abiertamente sobre sus sentimientos hacia el novato.
Lily suspiro cansada mirando a la pareja de vampiros hacerse bromas.—¿Qué hacen?—cuestionó abiertamente mirando como los dos chicos parecían disfrutar lo que era su inmortalidad.
—Magnus me pidió cuidar a Simon mientras arreglaba unos cuantos asuntos—se encogió de hombros—y Alec nos pidió pasar el rato en el instituto para ayudar a entrenar a los cazadores se sombras.
Lily quiso dejar salir un suspiro frustrado, claro que entendía esa parte. Pero lo que no estaba entendiendo era porque Raphael estaba saliendo a la luz del sol con altas probabilidades de quemarse y más específicamente estaba actuando como una colegiada enamorada intermediablemente de un compañero menor.
Pero antes de que la mujer pudiera decir algo, Raphael cruzo el umbral de la puerta tomando de la mano a Simon para poder irse. Ella chillo tan fuertemente que cualquiera de los otros vampiros se habrían levantado.
—¡Raphael!, ¡Simon!—grito la mujer preocupada.
Tales gritos podrían ser con parados con los de una Banshee furiosa que acaba de ver la muerte de un familiar cercano. Ante eso los dos chicos regresaron para mirar a la de cabello oscuro llorar lágrimas de sangre. Podría ser perturbador para cualquiera, menos para los vampiros.
—Ya te dije que regresamos al anochecer—Raphael resultaba tan ajeno en ocasiones.
—Rapha—llamó Simon preocupado—creo que es porque estamos saliendo de día—susurró aún cuando todos los oídos mejorados podrían escucharlos.
—Oh, larga historia Lil, hablamos luego.
Y salió corriendo tomado de la mano de su novato a la velocidad de un inmortal que temía de la ira infinita de su segunda al mando.
La risa de Simon fue arrastrada por el viento, cuando corrieron y todo a su alrededor era borroso, pasando por los lados causando risas del niño. Claramente no podría estar en una relación con un vampiro novato de quince años, tenía casi ochenta años y no se consideraba un pervertido como Magnus.
Pero llegaron a la puerta del viejo instituto, Raphael con una sonrisa amorosa. Simplemente detuvo el caminar decidido del vampiro joven.—Simon—llamó tirando de la suave mano que aún no se aleja de la suya—tengo algo que decirte.
Simon se detuvo extrañado mirando al hombre antes de asentir de acuerdo. Se detuvo y miro sus manos juntas, solo porque no había conseguido sangre. Es que esta no subía hasta su rostro para calentarlo. Aunque se olvido del detalle que como vampiro diurno ya había obtenido algo de color.
—Dime, Rapha—susurro acercándose al hispano.
Contuvo la respiración (claramente innecesaria); cuando el sol pego directamente contra el cabello rizado del líder vampiro. Sus ojos oscuros brillaron dejando ver lo hermosamente claros que podrían ser con la luz adecuada.
Los rizos despeinados por la carrera cayeron en el rostro de Raphael enmarcando sus facciones de una manera suave, como muy dulce y tierno. Parecía un niño de iglesia que iría a cantar todos los domingos sin falta.—Simon ¿me estás escuchando?—llamó de nueva cuenta Raphael trayendo de sus pensamientos sobre lo guapo que es al pobre chico.
Simon se volvió para mirar a Rafael y viceversa. Por primera vez desde que se perdieron mirando al otro reaccionaron.
—Dios, eres tan hermoso Simon—Susurró Raphael.
La proximidad entre ellos era abrumadora y Raphael pudo sentir el aliento de Simon en sus labios. Ninguno de los dos sabe quién inició el beso, pero con toda honestidad; a ninguno de ellos le importa Sus labios se colocaban también juntos y sienten que el mundo entero se ralentiza.
—¿Se mi novio?—Simón pregunta sonriendo tímidamente.
Porque honestamente santo dios no se encontraba proponiendo a Raphael enfrente del instituto de cazadores de sombras. Muchos menos pensó que él mayor quisiera besarlo, pero culpar lo por intentar aprovechar las oportunidades que la vida comienza ha darle de un solo empujón.
—Siempre—Raphael responde con una sonrisa, besando a Simon de nuevo, con tanta pasión, si no más.
Eso fue hasta que la puerta del gran instituto se abrió de manera repentina. Con la voz muy conocida de fondo quejándose de personas irresponsables que prometieron llegar a una hora temprana para ayudar en el entrenamiento. Pero esa persona conocida como “Alec Lightwood padre sobre protector de Simon Lewis pronto Lightwood Bane” los miró sorprendido. Con un nudo en la garganta y una mirada amenazadora saco su estela y sin esperar una explicación se lanzó hacia adelante para cumplir la amenaza de clavarla en el esternón de Santiago.
—¡Jace trae mi arco!—grito fuertemente cuando los movimientos ágiles de vampiro evitaron que lo hiciera—¡y mi maldita espada serafín!—vocifera enojado mirando con desprecio hacia el vampiro—¡y mucha maldita agua bendita para el imbécil que beso a mi bebé!
Izzy que pasaba por la puerta, solo suspiro mirando un poco.
—Llamaré a Magnus—declaró la chica mientras le encargaba ha Clary que evitará que Jace cumpliera lo pedido por su hermano mayor.
Hey, lo siento por no escribir pronto. Pero lo bueno de la vida lleva su tiempo jajajaja. Hay otra historia Saphael que estoy continuando, ese capítulo tal vez sea reciclado por motivos de acción aquí.
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Simon Lightwood-Bane
FanfictionAlec miraba todo con desconcierto. ¿Qué estaba haciendo aquel chico lleno de sangre en el departamento que compartía con Magnus? ¿Qué diablos estaba sucediendo? Au: Este Saphael incluye Malec. Simon fue mordido a una edad temprana. Raphael no fue qu...