Simon Lightwood-Bane

Cómo te veo...

Este capítulo no estaba en la historia original. Aquí vemos por qué Raphael se encontraba pensando en Camille. En porque estaba tan agotado y reaccionó algo violento cuando Magnus lo secuestro. Y podemos ver como Raphael observa todo el tiempo a Simon, antes, después y en el momento que ya lo está entrenando. Tuve que modificarlo porque Camille ya estaba muerta en este capítulo, pero luego pensé en algunas otras cosas y se cambiaron. :v disfruten a este Raphael. Este pobre Raphael que sufre por tantas cosas.

Un chico de rizos definidos que caían enmarcando su rostro de una manera angelical. De unos aparentes dieciséis o diecisiete años caminaba por las oscuras calles de Brooklyn. Sus manos metidas en los bolsillos de sus pantalones de vestir. Su saco se encontraba impecable, disfrutaba de el ambiente calmado que había a su alrededor. Desde que asumió el control del clan no había encontrado vampiros haciendo de las suyas.
La clave no había aparecido después de que ellos se aseguraron de dejar en claro que Camille no estaba bajo su custodia, o siendo protegida por el clan.
Hasta que su antiguo amigo Magnus Bane le llamo apresurado al parecer algo había sucedido con él novato, por lo menos esperaba que no lo hubiera descubierto, su estómago se revolvió de solo pensar que Magnus lo estaba citando por el accidente con aquella familia mundana de la cual no encontraron sus cuerpos. Deseaba que no fuera así, porque ya corrían rumores de que la familia que fue atacada tenía amistad con algunos licántropos y Nefilims. Podía asegurarlo, totalmente. Pero nunca lo diría abiertamente. Había conocido al chico, a su mejor amiga y a su autoproclamado padre hace unas pocas semanas.

Había atrapado a los culpables hace unos días, luego de semanas de ser vigilados por esos malditos perros; les encontró a punto de matar a otro mundano. Descubriendo que Camille era la que estaba detrás todo, sin importarle la seguridad del clan.
No tuvo más remedio y los termino matando con la luz del sol (aunque la Clave no necesitaba saber cómo se manejaba todo dentro del clan). Era más por venganza hacia la mujer (la cual Maureen había intentado envenenar con agua bendita) que sufrió el mismo castigo que los otros involucrados o aún peor. Después de todo los encargados de eliminarla fueron los miembros de la clave, Nefilims con los cuales no había compasión. O esperaba que lo hayan hecho, porque no le daba confianza la vampiresa andando por ahí suelta con su novato apenas acostumbrándose a todo el mundo de las sombras, aún con Magnus de guía.
No adoraba hacer ese tipo de espectáculos, pero no haber encontrado a los mundanos para recibirlos como no-vivos dentro del clan había hecho que su cerebro dejará de funcionar y tomara decisiones un tanto macabras. Cómo entregar a Camille con ayuda de Maia, un licántropo y Lily.

Corrían el riesgo de ser extorsionados por algún subterráneo o por los mismos cazadores de sombras. No faltaría quien descubriera lo que estaba sucediendo dentro del clan e intentaría obtener algo. Ya tenía suficiente con que los hombres lobos fueron los primeros en llegar a preguntar por el accidente. Él había negado con toda tranquilidad y sonreído tan fácilmente sin perder el control.
Pero cuando los invitados se fueron. Llamo a Lily, a todo aquel vampiro que estuviera despierto. Camille le dijo que podía resolverlo solo, aquello solo le enfureció más. Por eso cuando todos los hijos de la noche aparecieron en alguna sala del hotel que antes sirvió para hacer grandes banquetes o reuniones, muchos temblaron ante la mirada de Raphael que caminaba de un lado a otro con las manos sujetando con fuerza lo que parecía ser una cruz.

—¿Quién fue?—grito haciendo que los vampiros se encogieran de hombros—¿Quién fue él maldito, o los malditos irresponsables que atacaron a mundanos a la protección de los licántropos?—hecho una furia los presentes miraron incrédulos como Raphael perdía toda su elegancia.

—Calma Raphael—una bonita mujer de rasgos asiáticos y cabello negro sujeto su hombro para detener el ataque de ira del hombre—¡Todos al caer el sol saldrán a buscar el cuerpo y si no entregan a los culpables, yo misma les daré una razón para tener miedo! ¡Ahora largo!