Capítulo 1. Let it snow

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Tres grados bajo cero y descendiendo. Mery iba caminando por las heladas calles de Seattle de camino a casa de su mejor amigo, Luke Hemmings. Tenía toda la impresión de que se le iban a caer los dedos de un momento a otro ya que, mientras caminaba, sostenía con una mano los apuntes de Biología mientras que la otra se encontraba refugiada en uno de los bolsillos delantero de su abrigo mullido. Su cara estaba tapada por la gran bufanda negra de lana que le cubría hasta los ojos y un beanie del mismo color dejaba ver su pelo de color casi albino. Mery maldecía en bajo por no haber cogido esos guantes que hace años su tía-abuela Patty le hizo por su cumpleaños. Eran feos, sí, pero todo lo que tenía de feo lo tenía de calentito.

Las amígdalas le importaban bien poco ya que ella, al fin y al cabo, iba a estudiar biología marina pero tampoco le disgustaba el hecho de tener que estudiarlas aunque sí que le daba repulsión ver aquellos espantosos dibujos que había impreso y pegado en sus apuntes. Esperaba que al recoger a Luke, este le ayudara a repasar porque de verdad que lo necesitaba si quería mantener su media de seis.

No andaba lejos de la casa de su mejor amigo pero el frío se estaba colando poco a poco por los huecos de su abrigo hasta llegar a sus huesos instalándose sin pedir permiso.

Lo que parecían ser unas gotas acabaron por ser copos de nieve. Mery miró hacia arriba y sonrió. 'Al menos nieva', pensó. Y por esto es por lo que adoraba el invierno.

Divisó la casa de Luke a unos cuantos metros así que aceleró el paso hasta llegar a su pequeño jardín delantero. Luke siempre la esperaba en el porche de entrada pero por alguna extraña razón hoy no estaba.

Decidió ir hasta la puerta y llamar al timbre. A los pocos segundos, Liz, su madre, la abrió con una gran sonrisa depositada en sus labios.

-¡Mery! -Exclamó con gran entusiasmo. Liz siempre actuaba así ya que es una mujer con "simpatía" como segundo nombre.

-Hola, señora Hemmings. Venía a buscar a Luke pero como no lo he visto fuera me ha extrañado un poco.

-El muy zopenco se ha quedado dormido. Anoche eran las tres de la madrugada y él seguía estudiando. Ya sabes como es. Y no me vuelvas a llamar señora Hemmings porque haces que me sienta mayor. -Soltó una risita cariñosa al terminar la frase y Mery sonrió. Algunas veces deseaba que ella fuese su madre.

-Perdona, Liz. -Dijo Mery con una sonrisa tímida.- ¿Sigue durmiendo?

-Le he llamado hace más de cinco minutos pero habrá vuelto a hacerse el remolón. Pasa, no te quedes ahí fuera con el frío que hace.

-Tampoco me molesta, gracias. No quiero molestar.-Dijo estremeciéndose un poco. Molestar, lo que se dice molestar, no lo hacía pero aceptaba que hoy hacía demasiado frío y los copos de nieve cada vez se estaban haciendo más grandes. En poco la calle estaría cubierta por una fina capa de ellos.

-Niña, que entres. No seas testaruda.

-Si insiste.

Pasó a su lado cuando se apartó para abrir más la puerta y dejarla entrar. Un calor proveniente de la chimenea y su olor la abrazaron cuando entró en el salón y dejó sus cosas en el suelo. Eran las ocho menos cuarto y hasta las ocho y media no comenzaban las clases así que tenía tiempo para esperar a su amigo.

-Yo no sé qué hacer con este hijo mío, de verdad. Voy a ir a despertarle con un cubo de agua helada.

-Si quiere puedo subir a pegarle. -Propuso la chica con muchas ganas de ello. Liz la miró y en su semblante apareció una idea mucho mejor.

-No, espera que te doy un paño y un cuenco con agua fría y se lo tiras por encima. -Liz salió pitando hacia la cocina y volvió rápido con lo prometido en sus manos. Parecía que Liz estaba mucho más emocionada por la broma que Mery y eso le hacía bastante gracia.- Si te dice algo sobre mí le dices que se aguante y que se hubiese despertado a su hora.

-Hecho. -Dijo tomando las cosas que Liz le tendía. Tras esto, subió las escaleras y buscó la puerta donde el cordón policial en equis estaba pegado en ella. La abrió y despacio se adentró en la oscuridad de la habitación hasta que se topó con los pies de la cama donde Luke dormía plácidamente. Estaba intentando aguantarse una gran risotada maliciosa y pareció conseguirlo. Fue a tientas hasta posicionarse en uno de los lados tropezándose con todo el desastre de la habitación del chico y cuando divisó su cara con sus labios entreabiertos contuvo la risa. 'Parece retrasadito cuando duerme', pensó.

Mojó el paño, dejó el cuenco con el resto del agua en la mesilla de noche que tenía a sus pies y a la cuenta de tres, escurrió el paño sobre la cara de Luke con una gran risotada que se había estado aguantando.

-¡Me cago en la puta! -Gritó el chico revolviéndose entre las sábanas hasta salir de la cama. -¿Qué cojones?

-Buenos días, princesa. Espero que haya tenido unos sueños encantadores pero ahora tira a vestirte porque vamos a llegar tarde a clase.

-¿Qué haces aquí, Mer?-La adormilada voz de Luke habló mientras este se revolvió el pelo en vano ya que volvió a caer sobre su frente.

-¿Que qué hago aquí? ¿Tú eres tonto? ¡QUE VAMOS A LLEGAR TARDE A CLASE Y TENEMOS UN EXAMEN DE BIOLOGÍA, SUBNORMAL PROFUNDO! -La chica cogió lo que le pareció que eran unos pantalones y se los tiró al chico que la miraba con los ojos entrecerrados. Luke iba con uno de sus pijamas favoritos llenos de árboles de Navidad con pingüinos bailando alrededor. La primera ver que su amiga vio aquella cosa tan estrafalaria no pudo aguantar una risa y una mirada asesina por parte del rubio pero aun así acabó comprándoselo.

-Dios, me duelen hasta las pelotas. -Dijo Luke estirando la prenda y quitándose los pantalones del pijama para dejar ver unos boxers rojos. Mery se puso colorada y se giró para darle intimidad al chico. Ya le había visto así en varias ocasiones pero una vez alcanzaron los diecisiete años, ese gesto se volvió algo incómodo.- Eh, puedes mirar. Que no tengo nada que no hayas visto ya. No mal pienses porque mi soldado sólo lo puedo ver yo.

-Eres asqueroso, Hemmings. -La risa de la chica contagió a Luke que cayó encima de la cama para tener una posición más cómoda al cambiarse.

-Eso me han dicho varias veces.- Y era verdad. Las últimas tres chicas que salieron con él acabaron por mandarle el mismo mensaje: "das asco". ¿Y por qué? Porque a Luke le gustaban más las chicas que a un tonto un lápiz.

El móvil del chico vibró y su pantalla se iluminó para dejar ver el nombre "Cal" en ella. Luke estiró el brazo hasta la mesilla donde estaba el móvil y aceptó la llamada.

-Tío. Joder, no. Me acabo de despertar y ni siquiera he desayunado. No, está aquí. La muy maricona me ha tirado agua helada por encima, ¿sabes? No. Dios, eres subnormal Calum. -Y el chico comenzó a reír. Mery le miraba sin comprender y guardó su pregunta hasta que el chico colgó el teléfono. -Hasta luego.

-¿Qué pasa?- Preguntó Mery acercándose a la persiana.

-Calum se ha quedado dormido. -Luke se quitó la camiseta y la sustituyó por una a negra a rayas blancas que le hacía marcar sus abdominales. Mery subió la persiana sin aviso, con fuerza y dejó entrar la claridad de la mañana para disgusto de Luke que se tapó los ojos con el pijama.

-¡NO, LUZ NATURAL NO! -Gritó este.

-¿Se ha quedado dormido? Sois tal para cual.

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Buenas :3

Bueno, esta es mi tercera novela (os podéis pasar por How Did We End Up Here? e Inside Demons si os apetece e.e) y no estoy acostumbrada a escribirla en tercera persona así que me gustaría que si alguien la comienza a leer, que comente abajo si prefiere como lo hago en tercera persona o que cambie al punto de vista de los personajes (me gustaría más, la verdad). Sólo lo hago en tercera persona por cambiar un poco, nada más.

Este es un capítulo de introducción y si os ha parecido rollo es normal jajajajajaja ya iré metiendo lo que de verdad importa más adelante, don't worry.

Y eso VOTAD y COMENTAD abajo ya que me sería muy útil para saber si continúo con la historia o me doy por vencida.

Muchas gracias por leer <3

Ally xx

Stay High [Luke Hemmings] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora