15

6.3K 843 403
                                    




El cariño que los niños habían en pocos meses era simplemente adorable. Irene se sorprendió al notar cambios diferentes en la actitud de su hijo; el jugaba a las muñecas, cosa que nunca quiso hacer con su hermana. Y es que el amor y la adoración que Yoongi le tenía a Jimin era tan grande que si se trataba de su pequeño de canales esmeralda el haría cualquier cosa.


Si, sus amigos podían burlarse de como jugaba a las muñecas, sin embargo no dejaría que nadie hablara mal de su Jiminnie.

Incluso ya era raro que alguno de los dos durmiera en su casa, por que se le pasaban llendo una a la casa de el otro constantemente. Justo como ahora; que Jimin y Yoongi se bañaban, o más bien jugaban en la enorme bañera de burbujas de el ojiazul.

-Yoon, ¿Sabías que yo también tengo un cumpleaños?- El menor de ojos color jade se encontraba jugando en la espuma con los patitos de hule de Yoongi.

-Jiminnie, todos tenemos un cumpleaños, tontitos.- Le toco la nariz poniendo burbujas en esa zona.

-ahh, ¿encelio? Yo no sabía.- Hizo un adorable puchero que derritió el corazón de el ojiazul.

-Eres muy pequeño para saber de esas cosas; yo ya tengo siete años,te puedo enseñar muchas cosas.- Al menor se le iluminaron los ojos y mostró una enorme sonrisa enseñando sus apelados dientes.

-¿Cómo qué cosas?- pregunto Jimin aplaudiendo con sus manitas.

-Te podría enseñar a atarte los cordones de los zapatos, a nadar, a leer... esta bien yo tampoco se leer muy bien; pero podríamos aprender los dos.- le dedico una sonrisa sincera al mismo tiempo que enrollaba en su dedo uno de los empapados rizos de el pequeño.

-Siii, quielo aplendel a leel.- Sólo mostraba emoción, aunque realmente no sabía que era leer.

-Te enseñaré cuando cumplas cinco. Por cierto, ¿cuando es tu cumpleaños?- pregunto recordando de lo que el de ojos verdes hablaba antes.


-Oh cielto! Mi mami dijo que el plimelo de feblelo... ¡dos semanas! Wuiiii.- chillo emocionado y sacudió sus manitas en el agua chapoteando, causando que esta brincara sobre Yoongi.


-Jim, ¡basta!,- Alzo la voz causando que las risas de el pequeño cesaran.- esas cosas las hacen los niños malos. -Lo reprendió.

-Lo siento Yoon, no quielo sel un niño malo.- sacó su labio inferior.

-Basta con eso, es adorable. Tú no eres un niño malo.- acaricio su mejilla con su pequeño dedo pulgar.

-Yoon, mi mami dijo que me iba a hacel una fiesta como la tuya. ¡Con pastel!- Sonrió emocionado, a lo que el ojiazul correspondió.

-Eso es muy buen Jim.

Irene entró por la puerta de el baño y observo a los dos niños empapados, que desde ya hace media hora estaban platicando entretenidos.

-Niños creo que ya es hora de que salgan.-se escuchó por parte de ambos niños un "Ow".

Ella sabía que su esposo no tardaría en llegar, y que el viera a los dos niños en una tina juntos, no era lo que quería.

Ayudó a él de rizos a salir de la tina, lo cargó envuelto en una toalla y luego a su hijo. Los dejó en la habitación de el ojiazul en la cual se vistieron.

-Me gusta venir a tu casa Yoon.- El de ojos verdes se encontraba sentado en el piso y observando con su amigo terminaba de ponerse la camisa azul de ositos.

-¿Por qué?- preguntó una vez terminó de ponerse la camisa y se sentó junto a el pequeño.

-Pol que tú casa es más glande que la mía, tu mami y tu papi son muy bonitos conmigo, Jisoo también. Y pol que tienes muchos juguetes.- Finalizó sonriendo.

-Si, pero cuando tu no estás no es igual.- hizo una mueca.

-¿No hay juguetes?- El de mayor de ambos sonrió con ternura hacia su amigo negando suavemente.

-No es eso... -Dejo a medias su frase por el sonido de la puerta siendo golpeada levemente. -Espera Jim- Se levantó de el suelo limpiando sus rodillas desnudas y se aproximó a abrir la puerta.

-Amor, ¿por qué cierras con seguro?- habló suave la mujer analizando la habitación con la mirada asegurándose de que todo estuviera bien.

-Es que... no quiero que me molesten cuando estoy con Jimin.- Él niño se cruzó de brazos, e hizo un hermoso gesto apenas mostrando un poco su labio inferior. Y hasta ese momento Irene observó al pequeño de orbes color verde sentado en el suelo con un leve rubor en sus mejillas.

Esta bien cielo, pero jueguen con cuidado- Dicho esto la mujer se retiró a la cocina de nuevo. Y el de cabello negro volvió a asegurar la puerta y le dedicó una sonrisa cómplice al rizado quien estaba confundido pero no dijo nada.

¿Qué quieres hacer una casita conmigo, Minnie?- Preguntó mientras quitaba todas las sábanas de su cama y las arrojaba al suelo.

-Si, ¿pelo no te regaña tu mami?
Habló mientras jugaba con sus manos nervioso.


-Ella no va a decir nada, ¿entonces me ayudas? - Él menor asintió mientras se acercaba para tirar las sabanas.

.....

Los dos pequeños habían tomado todas las sabanas y mantas de la habitación de el ojiazul, incluyendo algunas de su hermana. Hicieron algún tipo de barrera de almohadas y las cubrieron con las mantas. Él pelinegro se adentró a la cocina con cuidado de que su mamá no lo escuchara y tomó un par de galletas junto con unos jugos de cajita y una lámpara.

Cerro la puerta, apago la luz y guardo silencio, quería estar con él, con su Minnie.

Entraron a la "casita" de almohadas y sábanas que habían construido. Él pelinegro entre sus pequeñas manitas tomó una linterna, la dejó con cinta adhesiva en el centro y la encendió.

-Tengo miedo Yoon, esta muy osculo. -Hizo un gesto parecido a un puchero mientras apretaba a él osito que Yoongi le había dado.

-No te preocupes Jim, yo estoy contigo.- Alargo su brazo y acaricio su mano con el dedo pulgar seguido de una sonrisa para tranquilizarlo.

-¿Te digo un secreto?- Susurró. Al menor se le iluminaron los ojos y una leve sonrisa se formó seguido de un frenético asentimiento de cabeza.

-Si, yo quielo escuchal tu secleto.- Habló fuerte lo que el ojiazul silencio con su "shhh".

-Debes prometer que no se lo dirás a nadie, ¿bien?- Él rizado asintió.- Mi secreto es que cuando tengo miedo, pienso en tus ojitos verdes, pienso en que si soy un niño valiente voy a poder volver a verlos y poder cuidarte.- acarició la mejilla sonrojada de el de orbes esmeralda.

-Pensal en el azul, pensal en el azul... ¿Cles que funcione?- frunció las cejas.

-Eso creó, si no funciona yo te cuidare cuando tengas miedo.

-¿Y si tengo miedo siemple?

-Siempre estaré contigo.- Se acercó lento y unió sus cuerpos en un abrazo.

No lo notó. Pero en ese momento, el ojiazul hizo una promesa. La más importante y que nunca rompería.

🍂𝐍𝐨 𝐝𝐢𝐠𝐚𝐬 𝐠𝐫𝐨𝐬𝐞𝐫í𝐚𝐬 🍂 [𝐘𝐌] A̵d̵a̵p̵t̵a̵c̵i̵ón̵ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora