Al día siguiente

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Se despertaría al escuchar como golpeaban bruscamente su puerta, el cual era su padre. Se levantó y se vistió con jeans mom negros, cadenitas en los extremos de su bolsillo, una blusa negra dejando un escote en los pechos y una bota negra con un poco de plataforma.

Se tomaría muy a pecho lo de ser una "fuck girl". Entremedio de todos esos hombres debería tener un comportamiento alejado a lo que solía ser una nenita de papá.

Después se hacer sus necesidades bajó a la cocina saludando a los que estaban allí, los cuales eran sus padres y una empleada de su mamá. Se sentó y desayuno.

-Papá: Apúrate que tenemos cosas que hacer, ya nos estamos quedando sin armas y tenemos picas balas.

-Está bien, igual ya terminé.

Se levantaron ambos de su silla y salieron de la casa entrando en un Dodge GTX color negro. Lo había comprado su viejo hace unos años atrás.

Siguieron su rumbo y llegaron a.un punto de encuentro con la banda, el cual era una pequeña cabaña en un bosque. Se bajaron del auto y entraron a la cabaña.

-Papá: Ya estamos acá, les quería hablar de un problema que tenemos.. Nos estamos quedando sin balas y armas, están todas oxidadas y viejas.. Tenemos que hacer algo.

Todos los hombres se encontraban pensativos en el mismo lugar sin saber que hacer, por lo cual Robledo se levantó del sillón y esbozo una pequeña mueca mirando al jefe*

-Puch: Yo sé que hacer, pero lo tenemos que hacer de noche.

Pasaron las horas y así se reunieron a las 2 AM a dos cuadras de una tienda de armas. Robledo se bajó del auto y se aseguró de que no había nadie.

-Puch: No puedo hacerlo solo, necesito a alguien que me ayude. Tenemos que entrar por el techo.

Como nadie se ofrecía la chica finalmente puso de su parte y bajó del auto, caminó junto a él y así llegaron al lugar.

-Puch: Bien, tenés que trepar por el árbol, segura que podés? No tenés mucha pinta.

-Obvio que puedo. *Sin más que decir trepó el árbol agarrándose de las ramas y así llegar al techo del local*

Entraron ambos y juntaron las armas en bolsos, cuando estaban a punto de salir escucharon ruidos, pero no habían sacado las balas.

-Puch: No! Faltan las balas, no nos podemos llevar solo las armas.

-Estás loco boludo?! Nos van a llevar en cana.. Vamos ya!

Por más de que la chica ya había trepado a la salida con los bolsos de armas y así poder ayudarlo a él con prisa. Robledo no le hizo caso por su terquedad.

-Puch: No le voy a hacer caso a una nenita de papá, me esperas o andate.

Después de exclamar aquello con un tono un tanto serio, junto las balas y rápidamente salió del lugar escuchando como se activaba una alarma.

Corrieron hacia el auto y se subieron cargando todos los bolsos en él. Se le notaba un poco enojado a Carlos.

-Puch: Patrón, realmente no puedo trabajar con su hija, es muy insegura, no está preparada.

Al decir aquello lo miró al papá de su compañera y luego a ella.

-Papá: Por qué? Bueno como sea, es mi hija y si ella quiere se va a quedar, si no te gusta te podés ir Carlos.

Puch no se encontraba muy satisfecho con aquella respuesta, y empezaba a caerle mal aquella chica, era muy mimada por su padre, no era su estilo.

Llegaron a la casa del patrón y dejaron todas las armas allí y todos los hombres se fueron a su casa, pero solo se quedó Puch.

-Papá: Che, quédate a tomar unas birras, estuvo muy bien lo que hiciste.

-Puch: Gracias, pero después de todo no tuve al mejor acompañante.

Así pasaron unas dos horas y Puch salió de la casa y así irse lentamente caminando. La chica lo miró desde la ventana de su pieza y sonrió haciendo una pequeña mueca.

❝ 𝐋𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐚𝐬𝐞𝐬𝐢𝐧𝐨 ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora