Por ti creo en el amor [PAUSADA]

Capítulo 21: Elecciones

Narra Max:
-Max: (¿Cómo se me ocurrió decirle que sí? Esto no va a ningún lado. Me enamoré de Tico por algo y no siento lo mismo por Álvaro, supongo que él tampoco. Solo hemos accedido por no perder a Tico, por miedo a que elija al otro… Sin embargo, quizás sea lo mejor. Aunque tampoco me gusta la idea de poner en esa tesitura a Tico. Creo que debería quedarse con Álvaro, yo soy el mayor de los tres al fin y al cabo. Me duele de solo pensarlo) Empiezan a salir lágrimas de mis ojos, intento limpiarlas.
Tico deja de hablar con Álvaro para mirarme preocupado.
-Tico: ¿Max? Estás bien.
Me abraza rápidamente.
-Max: Sí, sí, es solo… la emoción sonrío.
-Tico: Dime la verdad, se cuándo unas lágrimas son de tristeza o de alegría.
-Max: Ahora no, lo hablaremos en casa.
Me suelta.
-Álvaro: Si te sientes mal podemos ir a casa y pedir algo.
-Max: No, enserio, estoy bien. Vamos, vamos, la comida nos espera.
-Tico: Mmm, comida.
-Max: A ver si cabes por la puerta.
Tico no responde.
-Max: No te enfades, era una broma. Le abrazo por detrás.
-Tico: Cómo me iba a enfadar contigo. Nos damos un beso. Anda vamos.
Llegamos al coche, Tico se sube de copiloto y Álvaro atrás. Conduzco hasta el bar que busqué. Tico se duerme por el camino mientras Álvaro usa el móvil. (No puedo parar de pensar… ¿Por qué le doy tantas vueltas a las cosas? Se supone que lo que tenga que pasar pasará. Supongo que tendré que volver a mi casa… En fin, centrémonos en la conducción).
Veo el bar y aparco. Despierto a Tico.
-Tico: No estaba dormido.
-Max: Anda que no.
-Tico: Que no.
-Max: Que sí.
-Tico: Vamos a comer.
-Max: Eres de lo que no hay. Pues vamos, tengo la reserva para dentro de diez minutos.
Nos bajamos del coche y entramos. Se acerca un camarero gato.
-Camarero: Hola, díganme.
-Max: Sí, tenía una reserva a nombre de Max García Torres.
-Camarero: Seguidme.
Nos lleva hasta la mesa más en el interior del establecimiento, la única con sillón.
-Camarero: Es aquí, yo seré vuestro camarero. Mi nombre es Marcos, ahora mismo os traigo las cartas.
-Max: De acuerdo, gracias.
-Tico: Con curiosidad ¿Por qué nos has traído aquí?
-Max: Este es el único bar de los humanos que se mantiene en pie, “Casa Cele”.
-Tico: Que nombre más raro.
-Max: Humanos, pero no te quejes, hemos heredado sus costumbres y prácticamente todo.
-Tico: Sí, bueno. Todo era imposible, antes de irse dejaron su planeta hecho añicos, menos mal que recrearon otro igual.
-Álvaro: Vamos a dejar la historia para otro momento mejor.
Vuelve Marcos y deja las bebidas.
-Marcos: Nos da los menús. ¿Saben la bebida que quieren tomar?
-Max: Cerveza sin alcohol.
-Tico: Mosto.
-Álvaro: Zumo de piña, si hay.
-Marcos: Por supuesto. Lo apunta. Pueden ir mirando las cartas, enseguida vuelvo. Se aleja.
-Max: (Por lo que hemos pedido cada uno se nota la diferencia de edad, resulta gracioso).
Cada uno mira lo que se va a pedir.
Regresa Marcos.
-Marcos: ¿Tienen pensado qué van a pedir?
-Álvaro: Sí, a mí me gustaría pedir un lomo.
-Tico: Para mí, un secreto.
-Max: Otro secreto.
-Marcos: De acuerdo lo apunta. En tono gracioso Volveré. Va a cocinas.
-Álvaro: ¿Qué os contáis?
-Tico: Bueno, ya sabes hemos estado de mudanzas, yo estudiando y haciendo tarea, y Max trabajando.
-Álvaro: ¿En qué trabajas?
-Max: Soy policía.
-Álvaro: Vaya, interesante.
-Tico: ¿Cómo te ha ido a ti en Italia?
-Álvaro: Pues bastante bien, nos asentamos en una zona lujosa, así nuestra casa no llamaba, al menos tanto, la atención. Pero bueno, en general, súper bien.
-Tico: Me alegro, ¿tu madre sigue de rodaje?
-Álvaro: Sí, claro, y lo que le queda.
-Tico: Supongo que eso es bueno.
-Álvaro: En parte sí, y en parte no, de repente Tico se aferra a mí es bueno porque gana dinero. Pero primero, no nos hace falta, y segundo, paso menos tiempo con ellos. E incluso ahora ninguno.
-Tico: Quizás deberías volver a Italia y estar con ellos. Me agarra con más fuerza.
-Álvaro: Sí, quizás, pero quiero estar contigo.
-Tico: Claro, claro, lo que tú prefieras.
-Max: (¿Puede ser qué…?).
Poco a poco me va soltando.