DÍA 18.
Abro los ojos de golpe.
No supe en qué momento me había dormido, pero una vez que me desperté me sentí descansada después de tanto tiempo sin tener un sueño profundo.
Sonrío con la sensación que el sueño que tuve me dejó, lo cual es raro teniendo en cuenta que no recuerdo haber soñado nada.
Últimamente ni yo sabía lo que pasaba conmigo.
Que rabia.
Suspiro.
Al sentarme en la cama lo primero que me encuentro de frente es la pintura de la espalda desnuda, y no sé si era mi humor o que acabo de despertar, pero la pintura valía la pena. No podía simplemente dejarla a la mitad por mi orgullo, era arte como el que nunca hubiera hecho.
Se queda.
-Rich papà, finalmente mi servi per qualcosa di più che impazzire-Digo para mi misma estirando mis músculos. Merecía autoelogiarme, estaba quedando fenomenal.
Voy al baño y me cepillo los dientes, peino mi cabello y tomé nota mental que debía pedirle a Adonis un nuevo desodorante.
Me puse el vestido color amarillo del montón, ya que había inventado una historia más interesante que la del resto de los vestidos. Era de una chica de oficina, que utilizaba el amarillo como mecanismo de defensa para el machismo, las malas caras y el tráfico. Era una chica rubia americana en las calles griegas utilizando este vestido que no se había quitado ese viernes de oficina cuando sale con sus amigas por un descanso. Es entonces cuando conoce a un pelinegro alto con una cicatriz en el rostro que logra conquistarla y solo Nix¹ sabrá que habrá ocurrido con ella.
Bueno, necesitaba una buena vibra y una buena actitud para que mi humor no se fuera en el transcurso del día, así que escojo la actitud que debió haber tenido la chica imaginaria, sin detallar mucho en su lamentable final.
Me acerco para estirar las sabanas de la cama y veo que me había quedado dormida haciendo garabatos de SpiderMan en un lienzo pequeño. Era lindo pensar que mi obsesión por Spiderman ni siquiera podía alejarse de mí a metros bajo tierra.
Alguien toca la puerta y suponiendo que era Adonis hice una pequeña lista de lo que necesitaba con lo primero que había encontrado a la mano.
-Entra-Concedí.
-Hola, Ada-Saluda él con una sonrisa y con el ojo aún coloreado. Yo me acerco y lo saludo con un beso en la mejilla. Me mira atónito-Que buen humor. ¿A qué se debe?
-Si supiera te lo diría, pero creo que es el amarillo.
Él rió y yo le alcancé la lista.-Te quería decir que...-Lo pensó por unos segundos y carraspeó, yo arrugo las cejas-Tengo que hacer un par de cosas hoy y será Athan quién hará tus compras.
Al enterarme que él tendría que venir sentí un revuelto en mi estómago y vinieron pequeñas imágenes de mi sueño.
Estaba en el Athenas Mall, caminábamos tomados de la mano. Era un recuerdo de Asher, pero era Athan quien estaba sosteniendo mi mano. Me miraba sonriente, como si ir de la mano conmigo fuera lo mejor que alguna vez le haya ocurrido.
Me da un beso corto en los labios. En el sueño cierro los ojos y rememoro el sabor de sus labios. A menta y chocolate.
Y la imagen se corta.
-Si quieres yo le doy la lista-Parpadeo varias veces para volver a la realidad, rogando al olimpo no haberme sonrojado-Entendería que no quieres verlo.

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Inframundo
RandomAdabella, una chica ambiciosa, curiosa y parlanchina, siguió a un chico en una cruel y fría noche griega. Sin saber que la llevaría a su perdición, a un lugar que hasta ese momento ella creía que era un mito. Un viaje conmovedor de la transición del...