Acepta ayuda.

875 108 71
                                        

Hace tanto frío.

Las noches griegas no eran tan frías como lo es esta. Mi maldita suerte sigue persiguiéndome.

Apreto con fuerza el suéter intentado buscar un poco de calor mientras camino cerca del cementerio que me había metido en este embrollo desde un principio. Si Athan me estaba vigilando tanto como prometió que lo haría no cabía duda de que estaría aquí.

-¡Sé quien eres!-Grito al vacío-¡Te recuerdo!-Refunfuño esperando que salga. Mi aliento sale de manera visible y pateo el suelo muy furiosa.

Un búho suena desde uno de los árboles que están sobre mi cabeza y me sobresalto.

Y caigo en cuenta una vez que mi ira está disipada por una muy pequeña cantidad...¡que estoy sola en un maldito cementerio y de noche!

Me hago la cruz tres veces antes de arrepentirme de esto.

-Si tienes planeado salir, Athan, -Trago grueso-este sería el momento ideal-Un terrible escalofrío recorre por mi cuerpo.

Podría quedar paralizada del miedo justo ahora.

-No soy Athan pero puedo ser de ayuda-Dice una voz femenina detrás de mí.

Ruego que no sea un fantasma antes de voltear, aunque voltear era lo último que quería hacer, ya que mis piernas estuvieron a punto de darle inicio a la carrera de mi vida.

Con el pulso acelerado giro sobre mis talones y suelto una respiración tranquila, y le sonrío a la chica que me había ayudado llegar a casa hace un par de días.

Casualidades de la vida que agradecí.

-¿Necesitas llegar a casa de nuevo, querida?-Me pregunta sonriendo.

-Bueno, no sería mala idea-Ladeo el labio-. ¿Qué haces aquí?

Muestra unas flores en su mano y asiento.

-Me gusta venir a cambiar las flores en las tumbas donde hace mucho que nadie lo hace.

Bueno, era más tenebroso de lo que pensaba. Sí, no lo veía tierno, era muy turbio.

-Eso es-...Lo pienso- lindo. Se nota a cuestas que eres una persona increíble, primero ayudas a una pelirroja a llegar a casa e incluso a los muertos los consideras-Definitivamente era una gran persona, justo como lo supuse.

-Quiero creer que soy así, que le llego a lo tobillos a mi madre-Ella dice y sonrío-. ¿Tú qué haces aquí?

Lo pienso por unos segundos, sin tener idea alguna de lo que pudiera responder-Solo estoy caminando por aquí.

-¿En un cementerio a mitad de la noche?

-Verás, soy una cazadora de brujas y este es su sitio de encuentro favorito-Eso podría ser un gran libro, Gretel*.

-¿Y hay alguna que conozcas y se llame Athan?-Abro los ojos al tomarme desprevenida.

-¿Disculpa?

-Llamabas a gritos a un tal Athan.

Bueno, es que no sabía que una loca estaría en el cementerio a las casi 12 a.m..

Ella sonríe.

-¿Sabes? Tú y yo tenemos muchas cosas en común.

-¿Porque caminamos solas a la 12 a.m. en un cementerio?

-No precisamente. Pero ambas atravesamos la misma situación.-Frunzo el ceño con confusión. Ella pone  on delicadeza una de las flores detras de su oreja, la cual resalta con su cabello rubio-Enamoradas de hombres de los cuales no debimos enamorarnos.

Inframundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora