-¿Cómo te sientes?-Ava está comiendo galletas oreo en mi cama mientras me ve cambiarme.
Me miro en el espejo y suspiro con tranquilidad.
-En casa-Ella sonríe.
-Pero, ¿estás saliendo con él porque quieres o porque lo extrañabas?
La miro.
-¿De donde sacas tanta filosofía?
-La universidad. -Ruedo los ojos y vuelvo a mi maquillaje-¿Cuando comenzarás tú los cursos?-Habla con la boca llena.
-Lo más probable es que dentro de un mes, cuando la inscripción pueda ser retomada-Asiente.
-Te he extrañado tanto, me hallaba a mí misma como pez fuera del agua, como extraterrestre en la tierra, como tarzan en la ciudad.
-Ya entendí-Le digo sonriendo. Salto encima de ella en la cama para apretujarla en un abrazo-. Yo también te extrañé mucho.
-¿Cómo puedes decir eso si no recuerdas nada?-Me pregunta y abro los ojos.
-Pues, de igual manera fue tiempo sin verte.
-Pero es que si no recuerdas nada, en tu mente nunca dejamos de vernos.
Perra filosófica.
-¿Qué querías que te dijera?
-Que sí recuerdas lo que pasó pero no quieres perjudicar a alguien-Entrecierra los ojos-. Te conozco y sé de lo que serías capaz. Sobre todo de ser la protagonista de una mala novela, una con tematica enfermiza y muy probable que desarrolles síndrome de Estocolmo.
-Estás hablando ridiculeces.
-Hmm, Eso espero.
El timbre suena.
Salvada por la campana.
Debía aprender a controlar mi lengua, ¿cómo es posible que ella supiera controlarme a mí?
Le doy un sonoro beso en la mejilla a Ava y salgo hacia la puerta principal.
Asher está del otro lado con una gran sonrisa en el rostro.
-¿No te duele la cara de ser tan hermosa?
Río nerviosa.
-Te has vuelto todo un don juan.
-Había estado desactivado, así que lo siento si suelto todas mis cursilerías mientras salimos.
Río nerviosa de nuevo.
-Estaré preparada.
-¿Vamos?-Pregunta tendiendo su mano.
***-¿Y no recuerdas nada?-Me cuestiona de nuevo, mientras estamos en la fila para comprar helados.
Dios mío, sentía que podía vender mis pulmones si me daban un helado.
-Nop, -Exploto la P-al menos no después de cruzar hacia el callejón.
-¿Pero por qué...?-Lo piensa mejor y alzo mis cejas-Olvidalo, entiendo por qué reaccionaste como lo hiciste.
-No sigas echándote la culpa, Asher.
Sus ojos se cristalizan cuando me ven.
-Fui el peor de los imbeciles. No tienes ni idea de lo mucho que me he odiado después de esa noche.
-Asher, me has salvado la vida. -Pongo mi mano en su hombro para reconfortarlo-No veré un ataque de locura más grande que cualquier otra cosa maravillosa que has hecho por mí.
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Inframundo
Diversos(Esta historia está en edición) Adabella, una chica ambiciosa, curiosa y parlanchina, siguió a un chico en una cruel y fría noche griega. Sin saber que la llevaría a su perdición, a un lugar que hasta ese momento ella creía que era un mito. Un viaje...