La canción en multimedia describe perfectamente la relación de Ada y Athan, so escuchenla.
Día 22.
Estoy en problemas, serios problemas.
¿Había comenzado a perder mis cabales? Era lo más esperado. Sobre todo después de durar horas sin evitar desear que Athan cruce la puerta y tener su compañía, incluso si no me fuera del todo placentera.
-¿Te gustó?-Dice, refiriendose al vestido que había comprado para compensarme el drama que montó por el amarillo-Porque a mí en serio me encanta-Tira un beso de chef.
No sabía cómo había adivinado lo que me gustaría, ya que no es de gustos en vestidos precisamente de lo que hablamos. Pero era lindo, sobre las rodillas, suelto y de tirantes.
-No te creo-Digo sentándome en sus piernas y cruzando su cuello con mis brazos. Él comienza a hacer circuitos en mis piernas-Pero sí, me encantó.
-¿Por qué no me crees? En serio me encanta como te queda, pero...
-Le queda mejor al piso-Le completo. Había adoptado esa estúpida frase.
Me besa, sin previo aviso, mareandome al alejarse-Debería dejarte respirar a veces.
-¿Tú crees?-Me burlo regulando mi respiración. Pero no por completo porque vuelve a besarme.
-¿Crees que...-Me besa-... el aire...-Me besa-... sea muy...-Lo beso-... necesario?
-Lo dudo-Digo en contra de sus labios.
-Esto es mejor que respirar.
Y lo beso.
No sé cómo lo estábamos haciendo, pero era diferente cada vez que nos besabamos. Hace dos días que cualquier desprecio entre nosotros ya era simplemente imaginario, o tal vez habíamos decidido ocultarlo mientras no parecía ser más importante que esto.
-Está bien-Dice alejándose bruscamente y recostandose en la cama lejos de mí.
Me atrae por la cintura hasta que tengo mk cabeza recostada en de pecho, mis piernas entre las suyas y su cabeza recostada en la mía, mientras tiene una mano puesta cerca de mi muslo. Huele tan bien y no sé cómo, pero me tiene hipnotizada.
-¿Puedo preguntarte algo?-Me dice exageradamente dudoso. Podía ver inseguridad, ni siquiera sabía que existía eso para él. Sobre todo era extraño que lo demostrara ante mí.
-Ya lo hiciste.
Ríe nasalmente. Cada segundo estaba más extraño, no incomodo, seguía siendo... diferente.
-¿Te gusta Adonis?-Su pregunta me deja boquiabierta. Quería conocer a profundidad el por qué de esa pregunta, pero vi que estaba tan nervioso que preguntárselo lo enredaría aún más. Levanto la mirada y veo que tienes los ojos cerrados con fuerza en expectación.
Me gustaba Adonis. En poco tiempo se había convertido en algo que quería tener conmigo por siempre. Era bueno, tan especial, tan detallista. Era sencillamente perfecto. Pero no me atrevería a decírselo, ni a él ni a Athan.
Siempre creí que una vez que uno dice los sentimientos en voz alta se vuelven más reales, y sería contraproducente en el caso de Adonis.
-¿Adabella?
-Uhm-Pienso mi respuesta. No me estaba dando chance de pensar-Pues es muy lindo, exactamente mi tipo. Y es muy bueno conmigo.
De la nada, pensando en mis conversaciones con Adonis los recuerdos de la razón por la que estoy aquí me invaden y disimuladamente me alejo de él para limitarme a acostarme a su lado. Eran choques de conciencia que me daban a veces y hacía que el odio volviera.
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Inframundo
Aléatoire(Esta historia está en edición) Adabella, una chica ambiciosa, curiosa y parlanchina, siguió a un chico en una cruel y fría noche griega. Sin saber que la llevaría a su perdición, a un lugar que hasta ese momento ella creía que era un mito. Un viaje...