Realidad

1.1K 114 32
                                    

Notas iniciales: De verdad me disculpo mucho con ustedes por la tardanza de dos semanas sin actualización, había algunas cosas que no me cuadraban de la estructura de la historia y no quería/podía avanzar sin resolver eso. Ya tengo todo más claro, así que logre avanzar esta semana en el capítulo :D Se vienen cosas muy interesantes y aunque aun estamos iniciando el fic, les prometo que no les defraudare ;)

 Ya tengo todo más claro, así que logre avanzar esta semana en el capítulo :D Se vienen cosas muy interesantes y aunque aun estamos iniciando el fic, les prometo que no les defraudare ;)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A pesar de estar en el infierno, Charlie siempre fue una demonio soñadora. Era algo por demás obvio, sus intenciones, sueños, credos y pensamientos iban dirigidos a que algo "bueno" podía existir entre tanta maldad en el infierno, que las personas podían llegar a tener segundas oportunidades. Sus pensamientos siempre iluminados en algún aspecto, la habían hecho planificar, crear e incluso incursionar en ciertos planes que buscaban encontrar algún aspecto positivo en aquellos demonios y pecadores que existían dentro del infierno, considerando que quizás podrían alcanzar a la larga, y con buenas acciones, la misma redención que los llevaría al cielo.

Sin embargo, cada una de las cosas había hecho por bien de aquel preciado sueño, se habían desmoronado.

Su última y máxima idea, la creación de un hotel de rehabilitación de demonios llamado Hotel Feliz había sido un supremo fracaso, provocando que el compromiso de años que había estado compartiendo con el primogénito de los Von Eldrich se rompiera por completo, a pesar de que el hijo de estos hubiera roto sus lazos con Charlie hacía ya algunos buenos años por motivos iguales. Con muy malos recuerdos de los hechos consiguientes que provocaron la ira culminante del señor del infierno, Charlie creía que su vida no podía ser más miserable cuando en ese mismo instante, un nuevo compromiso y una muy acelerada ceremonia de bodas llego para ser llevada a cabo sin objeción alguna, con nada más ni nada menos que el demonio de la radio.

Y era ahora, siete días después de la ceremonia nupcial, se encontraba en desayunando completamente sola en la cocina de su residencia mientras no lo había visto en toda esa semana. No había estado segura de que hacer el primer día que se hubo ausentado, habiendo roto en llanto poco después de la presentación de su nuevo hogar. Por esa noche, busco calmarse todo lo que pudo en el momento que este regresara, más nunca lo hizo. Charlie estuvo más bien aliviada de que por ese día no la viera con rastros de lágrimas, pero conforme pasaron los días, se sentía más y más incómoda.

En vista de que se encontraba completamente sola, no había alcanzado el valor de recorrer la zona completa que rodeaba la barrera de Alastor. Charlie no era estúpida, sabía que había colocado una barrera apropósito para verificar cuando pudiera salir o no, sus padres lo habían hecho innumerables ocasiones en el pasado y ella tenía aun el suficiente poder para sentirlas al menos en ese momento. Por ello, simplemente permaneció en la casa, acomodando su habitación y adecuándola un poco más a su personalidad. No se atrevió a tocar los instrumentos que el demonio tenía en su segundo piso, y debió pedir algún auxilio a las sombras que vio llegar a la residencia, solicitando algo de comida que no fuera carne de origen desconocido. Sin oportunidad de interactuar con la pequeña ama de llaves llamada Niffty y apenas pudiendo conversar con Ángel, quien había retomado nuevamente sus trabajos como actor porno, la princesa demonio se sintió inmensamente sola. Luego de su ruptura, Charlie no tuvo el ánimo ni valor de escribir o llamar a su querida Vaggie, aún le dolía demasiado el corazón por el hecho que estaban pasando, no había bastado el hecho de ocultar su relación por años al tener aún vigente el compromiso y ser de diferentes clases sociales.

Princesa imperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora