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La brisa que llegaba a él desde el balcón anunciaba de modo sutil que dentro de nada caería una ansiada y potentosa lluvia. Los últimos días su humor cambió para mejor, la tristeza por la ruptura con Vegetta se esfumaba poco a poco y era reemplazada por culpa, después de todo, se aisló del mundo como si fuese a caer un meteorito gigante y su hogar se tratara de un bunker. "Una decisión infantil" le diría el azabache sin dudas, en eso le daba la razón, pero ya no era motivo para cuestionar. Había pasado mucho tiempo pensando en cambiar sus actitudes y cómo hacerlo exactamente, las palabras del ojimorado lo habían afectado con profundidad y aún se sentía herido, mas dejaría de hacer caso.

Pese al clima pasivo agresivo, le parecía una buena idea salir, sobretodo por querer disculparse lo más pronto posible.

Estaba arreglando sus cosas en una mochila, pasaría al pueblo después de visitar a todos sus amigos, pero golpes en su puerta lo distrajeron de su acción. Pensaba seguir, creyendo que se trataba de algún bicho que aprovechaba la proximidad de la noche, sin embargo los gritos de Alexby y los nuevos golpes en la puerta lo hicieron optar por abrir.

El rostro destapado del pelinegro lo sorprendieron, Alex portaba su casco en su mano izquierda, y su ceño se fruncía con una dura mirada.

-- Hey, Alex. ¿Qué pasa?

-- Seré breve, estuve pensándolo todo el día de ayer. Habla con Vegetta, por favor. -- Dictó el más bajo, para más sorpresa de Rubius, con un tono de total calma. Si era sincero, se esperaba algún regaño de su parte.

-- Bueno, eso tenía planeado...

-- De lo contrario te arrastrar... ¿Lo dices en serio? -- Preguntó el chico del otro lado de la puerta. Un suspiro, puede que de alivio, salió de su boca. -- Pero hazlo pronto. -- Su mirada volvió a endurecerse al igual que su voz. -- Lo más pronto posible.

-- ¿Qué tan pronto?

-- Ahora. -- Rubius lo miró confundido. -- Porque mañana no estará... -- Dijo, mas cuando Rubius iba a abrir la boca, lo interrumpió. -- Tampoco estará pasado mañana, ni la próxima semana, ni el próximo mes. ¿Quién sabe el próximo año? -- La confusión del rubio duró poco, y cuando cayó a cuenta del peso de las palabras del azabache, ya se encontraba cerrando su puerta con llave después de salir.

-- Alex, yo... — Inició el chico rubio sin llegar a terminar la frase.

— Hablaremos después. ¡Ve! — Apuró el chico de ojos negros, empujando amigablemente su espalda.

Rubius asintió y partió con rumbo a la casa de Vegetta. La imperiosa isla del azabache pronto lo recibió con aires de grandeza, quizá demasiada, pues de algún modo, el oso sintió una gran ola de vacío cuando subió por el ascensor.

Cuando se dió cuenta de que había subido sin avisar, se cubrió con el escudo por inercia, pero el nulo sonido de las torretas activándose y atacándolo lo confundió, asomó un poco la cabeza y efectivamente; las torretas estaban desactivadas. Corrió los pocos pasos que lo separaban de la gran puerta y cruzó su vista con el escáner de retina. La puerta le dió la bienvenida, y agradecía que al azabache no se le halla ocurrido reconfigurar las puertas.

Entró en el jardín con la roca reconstruyendo la pared detrás. Avanzó, ahora con un poco de duda, hasta la puerta de madera y tocó tres veces. Escuchó pasos dentro, entonces la puerta se abrió dejando ver al dueño de la casa.

Vegetta estaba igual que siempre, a excepción de su zona abdominal, donde un gran y bonito vientre sobresaltaba. A Rubius le palpitaba con fuerza el corazón, y juraría que en cualquier momento se desmayaría.

– ¿Rubius? ¿Cómo te encuentras? – Dijo él. El chico oso sólo lo miraba a los ojos, lo que le trajo confusión hasta que el rubio decidió hablar.

– Conversemos un rato. ¿Sí? – En los ojos amatista se veía la incomodidad.

– Si, claro. Pasa. – Se limitó a responder Vegetta.

De aquí en adelante, viene el resumen.

Rubius y Vegetta aclaran sus malentendidos. Resultaba ser que Rubius había visto a Willy y Vege el día que fueron a pasear (Capítulo 04), y pese a las palabras de Vege sobre que no debía estar celoso, no podía evitar sentirse ""amenazado"". Rubius le promete a Vegetta demostrar que puede ser mejor y un buen padre, pues por fin cayó en la idea de que Vege está embarazado.

Si no entienden qué sucede, y por qué publico esto tras la cancelación, revisen mi tablero.

Nine Months - RubeGetta. [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora