Locas Pociones (PAUSADO)

XI

Esa noche, Baek Hyun no pudo conciliar bien el sueño y como notó que Taec Yeon se encontraba despierto en la cama de al lado leyendo un libro (pues compartían la misma habitación) decidió entablar una charla con él al respecto de lo que su madre había dado a revelar durante el almuerzo.

—Hermano... —mencionó— ¿Crees que nunca llegué a tener poderes como ustedes?

Escuchar la voz de su menor hermano, sorprendió un poco a Taec Yeon por verlo estar aún despierto a altas horas de la noche. Tuvo que parar a su lectura para encontrar una precisa respuesta que no hiera sus sentimientos. Ya que pudo notar que tenía una expresión decaída en su rostro producto de la preocupación que estuvo conservando desde varias horas.

—¿Por qué piensas eso, Baek Hyun? Tú eres como nosotros y eso significa que tendrás tus poderes muy pronto. Solo que ahora están durmiendo, pero cuando despierten serás un mago, brujo o hechicero muy poderoso. ¡Como yo! —se señaló a sí mismo con su pulgar, sonriendo y contagiando aquel sentimiento a Baek Hyun que parecía estar dejándose de preocupar por ponerse a pensar que Taec Yeon era el mejor hermano del mundo.

—¡Quiero ser tan poderoso como mi hermano mayor! —exclamó emocionado por tal idea—. ¡Muy poderoso! ¡Muy poderoso!

—¿Quién diría que mi pequeño hermano tenía tantos aires de grandeza? —comentó Taec Yeon manteniendo todavía su sonrisa por observar que había conseguido hacerle esfumar aquel anterior pensamiento—. Cuando regresé a casa, seguramente, tus poderes ya se habrán manifestado, Baek Hyun.

—Quiero ser un hechicero como tú —le confesó.

—Y eso serás —afirmó Taec Yeon—. Mi pequeño hermano será un hechicero.

—Aunque tengo algo de miedo, sí lo soy... —reveló.

—¿Por qué miedo?

—Dijiste que ese lugar era... Era... Un... —se puso a dudar si pronunciar o no aquella palabra que no sabía si era una palabrota. Ya que Taec Yeon solía decir malas palabras cuando estaba enojado.

—¿Sobre el internado de hechiceros? —su hermano mayor se lo hizo más fácil al sospechar a que trataba de referirse. Echó un suspiro para darse quietud de dar a revelar lo siguiente—: Es mejor que sepas la verdad por mí a como mamá pueda pintarla. Ese sitio no es muy acogedor, Baek Hyun. Pero no debes tener miedo. Mientras no te olvides de quién eres, todo estará bien. Siempre mantente siendo como eres y verás que nada de lo que puedan decirte allí te hará sentir mal o te hará menos. Los hechiceros no son como ellos creen que deben ser. Solo aprende lo que puedan enseñarte, pero no te dejes lavar el cerebro por su errónea manera de ver el mundo mágico. Estoy seguro de que no lo harás y seguirás siendo el mismo de siempre.

Hubo ciertos minutos de silencio después de que Taec Yeon dejó de hablar.

Baek Hyun se quedó un poco asustado, no por aquel tenebroso lugar y lo que podría esperarse, sino por no poder llegar a ser fuerte y soportar el cambio que podría atravesar. Empezó a temer perderse y dejar de ser el mismo. Quería seguir viendo caricaturas y comer galletas de chocolate hechas por su madre cada día después del almuerzo, ver a Tae Hyung estar durmiendo en su cuna, esperar a su padre para que le cuente una historia antes de dormir y seguir escuchando a Chan Yeol tocar su guitarra. Esos sucesos no quería cambiarlos. Por ello, se cubrió con su sábana hasta la cabeza para decir en voz alta: ¡No quiero cambiar!

Taec Yeon pasó de estar preocupado a mostrar una sonrisa de lado tras dejar su cama por pasarse a la cama de su hermano menor y acariciar su cabellera que sobresalía entre la sábana que le cubría.

—Siento si te asusté, Baek Hyun —se disculpó, primeramente—. No estás aún en la edad de dirigirte a ese lugar, pero, quería que supieras la verdad, antes que mamá te lo diga de una manera menos agradable de cómo te lo estoy contando. Además, ya no debes tener miedo. Porque ya sabes cómo podrás vencerlo.