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¿Por qué hice es pócima?

Eran las 03:50 de la tarde. Le quedaban cinco minutos para poder encontrar el último ingrediente a la pócima que iba a preparar. Y, por más que buscaba el bendito frasco con la esencia en los estantes de la cocina, no encontró ni uno que se le pudiera parecer, teniendo que dirigirse hacia el jardín posterior de la casa, donde sabía que su madre cultivaba las plantas que debía extraer sus propiedades para poder desarrollar las distintas pócimas que realizaba.

¡Genial!

Se quejó en su cabeza, por su madre, haber puesto los nombres de las plantas en un lenguaje un poco conflictivo para Baek Hyun por no haber querido aprenderlo en su totalidad. Era un lenguaje que solían usar antiguamente sus antepasados y escasa parte de la población mágica en la actualidad. Siendo una de ellas; su madre. Que más lo hacía para que nadie en la familia pudiera tocar sus plantas, aun cuando, aquel lenguaje era conocido por sus tres hermanos mayores y uno de sus hermanos menores. Justo a quien iba a llamar para qué lo ayudará.

—¡Tae Hyung!

Y por la entrada hacia el jardín, no solo apareció su hermano menor, sino también la madre de ambos, haciéndole saber a Baek Hyun que el tiempo se había acabado.

—¿Baek Hyun? —pronunció su madre con cierta sorpresa—. ¿Qué estás haciendo aquí? —pidiendo una pronta explicación de su parte.

A Baek Hyun, no le quedó de otra que sonreír fingidamente por saber que estaba en aprietos.

¿Por qué se encontraba en ese problema?

Volvamos al principio, desde muy temprano, y después del fabuloso concierto al cual asistió aquel martes por la noche.

Había perdido su primera clase en la universidad por haberse despertado a las diez de la mañana cuando su clase comenzaba a las ocho de la mañana. Claro que, aún tenía una hora y media para asistir, pero, por el estado en el cual se encontraba, era evidente que no tuviera ganas de dirigirse hacia su salón y escuchar la clase de su profesor a altas horas de la mañana. Por ello, dejó pasar el curso para preguntar después a uno de sus compañeros que habían hecho. Lo que sí no perdería, era su segunda clase por la tarde. A esa, sí, no iba a faltar. Ya que tenía un examen por desarrollar. Y al cual ni siquiera sabía que podría venir por no haberse siquiera dado la molestia de estudiar.

Su cabeza en este momento no podía pensar en otra cosa que en los acontecimientos de anoche. Miraba el techo como un tonto ilusionado. Había sido el mejor concierto de su vida. Ese era el primero al cual asistía. Y ya lo consideraba el mejor. Todo porque algunas veces se topó con la mirada de cierto guitarrista que compartía su mismo secreto en el show.

—Quiero seguir creyendo que estoy en el concierto —expresó sonriente y elevando ambos brazos para volver a tener una de las posiciones que mantuvo en el concierto. Estaba saltando con los brazos por lo alto mientras coreaba una canción de su grupo musical favorito.

Si bien, estaba centrado en sus recuerdos de anoche, una parte de él no podía ignorar la insistente alarma en su teléfono móvil. Cada que se pasaba de sus horas de dormir, sonaba su dichosa alarma de manera estridente y repetitiva para hacerle dejar de estar babeando contra la almohada y quitarse las sábanas de encima.

Siendo, a regañadientes, que debió dejar su mundo de ensueño para poder acomodarse en la orilla de la cama y echar una mirada aburrida a su entorno y notar que su compañero de habitación ya se había dirigido a hacer sus deberes.

Aunque, algo poco inusual, se percató en su escritorio.

Baek Hyun se levantó rápidamente de su cama para observar con curiosidad lo que había dejado al parecer su compañero de habitación. En la mesa encontró una lata de refresco con sabor a limón y un empaque de galletas con sabor a chocolate.

Locas Pociones (PAUSADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora