¡BOOM! era el sonido que se escuchaba por las bombas que lanzaban por los aviones. Me encontraba en el campo de batalla, tenía a mi cargo más de 400 soldados todos dispuestos en escuchar mis órdenes. «Bueno, eso creía yo...» Ahora nos encontrábamos cuerpo-tierra refugiados en unos escombros esperando a que terminara el bombardeo que se estaba llevando a cabo por toda la ciudad. Lapis se encontraba a lado mío, en su rostro tenía una expresión de completo terror, cada vez que una bomba caía cerca, llevaba sus manos a sus oídos para intentar tapar los fuertes ruidos, ella tenia fuertemente cerrados sus ojos y apretaba fuertemente sus puños. En eso explota un vehículo que se encontraba cerca de nuestra posición
—¡CUBRANSE TODOS!— gritó el soldado Volker.
Lapis por reflejo o sin querer agarro mi mano por un momento.
—Tranquila, todo estará bien... Te voy a pedir que sigas todas mis indicaciones ¿Está bien?—. Lapis solo asintió la cabeza un poco temblorosa. La idea de traerla y darle órdenes, no me gustaba. Me sentía un poco culpable por haberla traído a una guerra que ni siquiera era su incumbencia. «Espero cuando esto acabe... haré lo posible para que regrese a su hogar...»
No llevábamos mucho tiempo desde que entramos a la ciudad y ya todo era bastante caótico: edificios derrumbados, sonido de explosiones, balas por todas partes, en dónde sea había escombros, en el pavimento había cráteres hechos por las bombas, era algo devastador de ver para una persona normal, pero lamentablemente era otro lugar de muchos afectado por la guerra.
—¡Malditos idiotas! le disparan a su propia gente— decía con frustración un soldado, tenía asomada la cabeza para poder visualizar. —A esos canallas les da igual— volvió a replicar el soldado.
—¡Agacha esa cabezota que tienes!— decía su compañero, jalando devuelta a su compañero.
«Tenemos qué irnos de aquí» me dije en pensamientos en eso saque unos binoculares que tenía guardados y pude visualizar a lo lejos una fábrica, así que empecé a levantarme, mientras qué Lapis permanecía en la misma posición. Así que di mi primera orden.
—¡Atentos! a lo lejos sé encuentra nuestro primer objetivo debemos de tomar ese lugar a toda costa. El primer punto abatir será ese nido de ametralladoras— pero había un problema, no paraban de caer bombas.
—Con nuestra artillería ningún Ruso sé asoma— Entre risas decía el soldado Wölk —¿Iniciamos el asalto mi general?— preguntó victorioso.
«Algo me estaba dando mala espina... hay demasiada tranquilidad por parte de los Rusos» -Quédense a cubierto, esperen mi señal- dando aviso a los soldados que esperen a mí orden.
—¿Qué estamos esperando Kroenen?— preguntó Lapis, ya cansada de escuchar los fuertes ruidos de las explosiones.
—Estoy esperando a que paren el bombardeo— le respondí a Lapis —Teniente Witzland, necesito que llame al centro de control y dígales qué cesen el fuego, no nos dejan iniciar el asalto— con un tono de voz sereno, dando una orden directa. Es irónico normalmente yo no doy órdenes, por lo general yo soy el que las sigue... Supongo que los papeles sé invirtieron.
—¡Cómo usted ordene mi general!— Witztland prosiguió a llamar al cuartel general.
—¡Escuchen todos! disparen cuando yo de la orden y procuren de no hacer ruido al avanzar— en forma autoritaria les decía a todos los soldados.
—Mi general, hay camino libre, ya podemos avanzar— dijo el teniente Witzland confirmando el inicio del ataque.
—Bueno caballeros...¡Es tiempo de avanzar!— dando la orden de movernos. Me acerco a Lapis extendiendo mi brazo para ayudarla a levantarse.
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"No Soy Lo Que Reflejas"
Hayran KurguUna historia de un hombre quien cansado de mancharse las manos de sangre durante la Segunda Guerra Mundial decide hacerle un cambio a su vida, pero no contaba que conocería a un ser que lo ayudaría, así ambos, poniendo sus mundos de cabeza. Sangre...