𝓥𝓲𝓮𝓷𝓪 { La Casa De Papel }

𝗧𝗘𝗠𝗣𝗢𝗥𝗔𝗗𝗔 1 | 12

△𝗩𝗶𝗲𝗻𝗮△

Denver y Moscú cargaban a Arturo mientras que yo miraba la máscara manchada de ese líquido rojo oscuro fijamente, pero mierda, no era momento para ponerse a pensar. Me levanté y metí a los rehenes dentro de la Fábrica de nuevo, finalmente entraron padre e hijo y cerré la puerta. Teníamos un problema.

Me encontraba caminando hacia la sala donde teníamos todo ya que me habían dicho que descansase, joder, no soy inutil. Me senté en el sofá de mala manera y le empecé a dar vueltas a los dos asuntos de importancia "Arturo Román se desangra" y "Mónica Gaztambide está viva", al momento de pensarlo me llené de alegría por los dos, o sea, que Arturo se desangre no es tan malo y además dispararon los policías. Pero mierda, teníamos que salvarlo independientemente de lo capullo que pueda llegar a ser. Berlin entró en la habitación y le miré de muy mala manera al instante.

—Joder, me habías preocupado. Pensé que te dispararon a ti, mierda, no vuelvas a hacer una locura así.

—No seas exagerado, solo necesitaba respirar un rato. ¿Desde cuando el gran Andrés de Fonollosa se preocupa por mi? —respondí sarcástica, el se sentó a mi lado y me miró directamente a los ojos.

—Nairobi dijo, "¿se es ladrón antes que hermano?" Lo he estado pensando y no se que haría si te llega a pasar algo o peor que me haría Sergio —solté una carcajada a lo último y el sonrió más calmado. Me tendió la mano levantandose— Venga gran Alicia Marquina, vamos a ver a Artúrico —acepté la mano y llegamos hacia el hombre al que le estaban sacando una bala.

*—Bien, con azul marcare los órganos más importantes y con Rojo, las arterias —explicó el profesor mientras dibujaba lineas finas sobre el cuerpo de Río con rotuladores.

—¿Pero quieres que aprendamos medicina así, con dos rotuladores? —cuestiona mi amigo Denver mirando en otra dirección.

—Dentro del edificio no podrán ir a un hospital, —explica el profesor— necesitamos que al menos uno de vosotros sepa algo de primeros auxilios, nunca se sabe.

-Yo entiendo, pero si tengo una puta bala dentro yo quiero un hospital y no que jueguen al doctor conmigo –informó seriamente el chico.

—Pues no hay otra —dijo el profesor, encogiéndose de hombros— Esto es lo único que tenemos.

-Además, créeme que no es tan difícil como se ve- le informe con una sonrisa divertida, yo ya sabía de esto.

—Claro que no, cuando te metan una bala solo metes la pinza, sacas la bala, coses y ya —dice Nairobi sarcásticamente con los brazos cruzados.

—Disculpen ¿podríamos apurarnos? Que se me va a quedar la pichila como la de Helsinki— dice Rio, logrando que algunos rieran.

—¿Qué pasar con mi Pichila? —cuestiona Helsinki, logrando que ahora sí, todos nos riésemos por su comentario.

—Bien, vístete anda —dice el profesor— que pase otro —Nairobi terminó recostada sobre la camilla y Tokio debía marcar sobre su cuerpo todo lo que han aprendido. Tokio se queda inmovilizada viendo la El inicio del pantalón de la chica, me fijé atentamente y vi el inicio de una cicatriz, la cicatriz de cesaría. Observé como Tokio intentaba bajar un poco el pantalón, verificando lo que ella ya sabía. Nairobi al instante le golpeó la mano y se puso de pie mirándola con asco.