Capítulo 3

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Extendi mi mano y fue literalmente comida por la de ese chico, en serio que tenía manos gigantes.
Es como seis pies de alto, 1.80, quizás 1.85, tenía el pelo ligeramente largo por las orejas y rubio medio oscuro, como la arena mojada, también unos ojos muy hermosos de un color entre miel y verdes, tenía una musculosa y una camisa por encima, y se le marcaba una espalda muy ancha. Su mandíbula era cuadrada y tenía ligeramente la forma de una bellota. Era muy guapo.

-Tranquilo, no pasa nada, sólo un golpe y algo mojado. -le respondí una vez que me impulsó y me puso de pie.
-¿Algo mojado? -me miró con cara de no entender a que me refería.
-Em... ¿si? Tengo la espalda mojada, ¿no estabas tomando algo vos? -preguntó sin lograr entender de donde salió lo que me mojó entonces.
-Rayos si, ahí está -señaló el suelo y vi el vaso de café helado que me había tirado encima, definitivamente no volvería a poder usar esta remera que tanto me gustaba, el café no salía con nada, y ya tenía experiencia de muchas manchas de café.

Último llamado a los pasajeros del vuelo 369 con destinó a Australia, Sydney. Abordar por la puerta 3 por favor.

-Lo lamento encerio, mucho, pero ese es mi llamado, tengo que irme, adiós -se dio vuelta y alejó corriendo de mi lado, aún que sea me ubiese dichosu nombre.
Me dirijo a la puerta 3 mientras veo más adelante a el mismo chico con el que choque anteriormente abordando mi mismo avión, lo único que esperaba era que no se sentará a mi lado, teniendo en cuenta mi yeta en la vida, era probable que lo tuviera cerca.

Me dirijo hacia el avión en donde antes de subir me tomó una foto, y mientras subo las escaleras para abordar, le mandó la foto a Sarah diciéndole que es hora de la aventura como ella dijo.

Comienzo a avanzar por el pasillo mientras veo la numeración de los asientos y veo que el mío es el C-33. Guardo arriba mi valija a la vez que colocó mi mochila en el asiento que me corresponde, por suerte me tocó en la ventanilla podré ver todo el paisaje, en realidad, las nubes y sol y sacaré muy buenas fotos. Abrí la mochila y saque una remera que me había devuelto Sarah, fue una verdadera suerte que me ubiese dado esa remera, y me dirigí al baño a cambiarme la remera, me sentía muy pegajosa por el azúcar que tenía ese café. Me cambió la vez que me paso un poco de papel con agua y jabón para quitarme el pegote de la espalda.

Una vez terminó me pongo la remera y tomando la que me quité me dirijo a mi asiento mientras veo que sentado al lado de mi silla esta sentado nada más y nada menos que el chico con el que choque, vaya yeta que tengo.

-Hey, hola otra vez, veo que te cambiaste de remera, lo siento otra vez por el choque -me dice mientras se levanta y me deja el paso para sentarme en mi lugar.
-Tranquilo no hay problema, no fue gran cosa -le respondí mientras me sentaba y ponía la mochila en el piso pasandome las correas de la misma por los pies.
-A todo esto -dice rascándose la nuca, luciendo nervioso- me llamó Ashton, un gusto, antes no te saludé ni nada, estaba apurado. -me extiende la mano para estrechar la mía.
-No hay problema, era evidente que tenías que tomar un avión, de igual manera yo también estaba viendo el pasaje y no te vi venir como para esquivarte, un gusto, me llamó Samantha. -le extiendo mi mano y atrapó la suya en la mía, tenía dedos muy ásperos.

 Deshacemos el apretón a la vez que pasan a señalar que nos abrochemos los cinturones y la azafata nos muestra las instrucciones de las salidas de emergencia y todo eso.
Me tomó fuerte del reposabrazos mientras comienzan las turbulencias del despegue.

-Es la primera vez que viajas en avión, ¿Verdad? -me dice Ashton apoyando su mano sobre la mía.
-Si, ¿Cómo... cómo lo supiste? -digo asustada mientras nos movemos con la turbulencia y aprieto los ojos fuertemente.
-Fácil -dice mientras me despega la mano del reposabrazos- estas tensa, no dejas de mover la pierna de arriba abajo, tener los ojos cerrados, y te pusiste pálida ni bien sentiste la turbulencia.
Me dice dejándome asombrada de que me observará tan bien. Me volteó a verlo asombrada.

-Wow -digo sorprendida.
-Wow ¿Qué? -me pregunta sonriendo. Tiene una sonrisa realmente muy hermosa.
-Wow que me sorprende como pudiste analizarme tan bien -le sonrió también.
-Era estudiante de psicología en Australia, así que se algunas cosas. -me responde soltandome la mano y mirando hacia el frente. Sabía que no debería preguntar, pero mi curiosidad era cómo la de un gato.
-Cómo que "eras" estudiante, ¿Por qué lo dejaste? -era muy bueno leyendo personas como para haberlo dejado ahora que lo pensaba.
-Pues, no es algo que quisiera  responder, pero si me sirvió para distraerte del despegue.

Me sorprendí que realmente ya habíamos despegado, nos encontrábamos alto, muy alto, en el cielo. Le entregue mi celular para que me tomará una foto.
-¿Puedes por favor? -le pregunté ya que era el único que tenía al lado.
-Claro, no tengo problema.

Me tomó varias fotos y luego yo tomé otras varias de la ventanilla sola y se las mandaba todas a Sarah, ya le llegarían cuando aterrizará.
No volví a hablar con Ashton, así que me entretuve escuchando música y y durmiendo la mitad del tiempo, después de todo, era un viaje de más de 10 horas.

-¿Por qué viajas a Australia -me pregunta de la nada Ashton.
Me puse a pensar si decirle realmente a lo que iba o no, después de todo no lo conocía de nada.
Nunca más iba a volver a verlo, y odiaba la mirada que me daban las personas una vez que decía que estaba enferma.

-Iré a hacer turismo y unas cuantas cosas más. ¿Y tú? -me giró a mirarlo.
-Voy a casa de mi familia a visitarlos y luego me quedaré unas semanas para pasar con mis amigos. -me dijo sonriendo.- ¿Necesitas alguien que te guíe como turista? Por que me han dicho que soy un gran guía -me dijo alzando las cejas y sonriendo de lado.
No era una mala idea, además de que podría perderme por mi cuenta y no iba a pagar a un guía ya que me arrancarán la cabeza del precio. No veía ninguna razón por la cual decirle que no.

No se veía como un potencial asesino ni nada similar, era muy alegre y si bien eso no decía nada. Los mayores asesinos eran personas muy "alegres" pero de igual manera no veía una gran razón de por que no.

-Si te dijeron eso, entonces no veo por que no -le sonrió y extiendo mi mano- un gusto señor guía de turista.
Sonríe y me estrecha la mano.
-Un gusto señorita. ¿Algún lugar en específico que quiera ver? -me preguta acercándose a mi lado para observar las nubes- quizá, las maravillas de los cielos.
Sonrio, esté chico me caía muy bien.
-Tengo algunas, quiero nadar con delfines.-lanza una carcajada leve.
-¿Por qué no me sorprende que quieras ver delfines? -me pegunta sonriente mientras mira mi collar de delfín.
-Por que son hermosos y a todo mundo les gustan -respondo más a modo de pregunta inclinando mi cabeza. Se carcajea y me hace señas de que continúe.
 
-Quiero ir a muchas playas, quiero que me lleves a ver los mejores amaneceres y atardeceres en las playas más hermosas. Quiero ver las estrellas una noche de tal forma que sienta que pueda tocarlas con solo pararme de puntas de pié. -le digo sonriendo mientras lo imagino.

Cuándo acabó de decir lo que quiero, me mira de una forma rara, con ternura y algo más, con una sonrisa de lado.

-Te juro que te llevare a ver los amaneceres y las estrellas en los lugares más mágicos y únicos que conozco. Te prometo, que mientras yo sea tu guía, te entregare las estrellas en una botella y te ayudaré a sostener el sol con una mano.

Quién me hubiese dicho que la magia de sus palabras me enseñarian la magia que tenía el mundo en realidad.

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2020 ⏰

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