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Manejaba rápidamente por la ajetreada ciudad, estaba llegando muy tarde al trabajo.

¡Eso me pasa por no poder dejar de pensar en esos mensajes de mierda!

La duda, la ansiedad y el miedo me están matando lentamente, un escalofríos recorre mi espalda al recordar esas escalofriantes frases, te odio quien quieras que seas.

Miraba el reloj en mi muñeca, estaba llegando casi una hora tarde...no puedo creer que en serio esos estúpidas cartas me están afectando tanto.

Por fin he llegado, me sentía como un tremendo irresponsable e imbécil, pase por dirección a notificar mi presencia, solo tuve que pedirle disculpas a mi superior por llegar tarde.

—Esta bien señor Hammett, solo porque es usted...—me miro con pena—Se que no es su mejor momento pero tiene que darse cuenta cual es su papel en nuestra institución,—suspiro—si usted no da el ejemplo ¿quien se los dará a sus alumnos?—me miro seriamente, me quería morir.

—Si, yo eh...lo siento mucho.—mi voz temblaba de los nervios.

—Esta es su ultima advertencia,—se acerco a mi—se que usted puede con esto, ahora vaya a dar su clase.—sonrio.

Me sentía tan estúpido y con ganas de no existir pero ¿que puedo hacer? No es mi culpa que alguien me acose y que mi esposa no me valore, son cosas que están fuera de mi alcance.

Pero supongo que darle un final si es mi responsabilidad.

—Buenos días chicos disculpen la tardanza.—sonrei—bueno, hoy daremos las grandes historias de los músicos mas influyente en nuestras vidas.—dije para recibir quejas en respuestas.

Las clases transcurrieron normal a mi parecer, todo monótono como siempre es, enseñar a varios cursos es bastante agotador pero sinceramente prefiero estar con los niños de segundo o tercer grado, a ellos si parece interesarles la música y su historia.

Era mediodía y estaba en mi descanso,  abrí mi portafolios y allí estaban esas cartas, las mire con curiosidad y asco, las tome para tratar de adivinar el mensaje oculto, oh mierda.

¿OL? ¿LO? No entiendo nada y eso es frustrante, lo deje en su lugar aunque debería arrojarlas a la basura y terminar con eso, quizás así pueda seguir con mi vida.

(...)

Tras una larga jornada de trabajo otra vez estaba en la puerta de mi hogar, miraba para ambos lados para asegurarme de que no haya nadie.

Entre y me encontré con mi querida esposa, no me saludo como es tan típico en ella.

—¿A donde vas?—grito ella.

—A mi dormitorio.—dije mirándola.

Iba a subir pero me detuvo sosteniéndome del brazo.

—¿Con que es tuyo eh?—se acerco a mi.—creí que en los matrimonios se usa la palabra "nosotros".—dijo sarcástica.

—¿Que quieres decir con eso?—frunci el ceño.

—Que es obvio que ya no me quieres.—rió, parecía una psicópata.

La ira comenzó apoderarse de mi, mire con odio a la mujer que estaba delante mio y me acerque a ella hecho una furia.

—¡¿Que yo no te quiero?!—grite—¿¡cual es tu maldito problema?!—la tome de los hombros.

—¡Eres un maldito infiel!—grito llorando—¡mandaste nuestro matrimonio a la basura!—golpeo mi pecho.

—¿Que mierda estas diciendo?—no lo podía creer—¿que yo mande todo a la basura?—rei con ira.

—¡Si lo has hecho!—escupio.

Levante mi mano para darle una bofetada pero no pude hacerlo, no importa cuanta ira sienta no puedo golpear a esta mujer.

—Quiero el divorcio.—dije con cierto odio y dolor en mis palabras.

—¿Que?—me miro sin entender.

—Lo que oíste.—la solté.

—¡Yo nunca te daré el divorcio!—acerco sus labios a mi oído—Eres mio Hammett, sin mi no eres nadie.—susurro mientras reía.

Ahora si ya no podía contenerme, le di una bofetada que la hizo caer al suelo, ella me miraba con mucho terror en sus ojos. Nunca en mi vida había golpeado a alguien y comencé a sentirme como una completa basura, la mire sin decir nada y corrí hacia mi auto.

Me encerré allí para soltar las lágrimas, no podía creer lo que acababa de hacer, jamas creí caer tan bajo...

No podía entrar de nuevo allí sin sentirme tan mal, es una mujer malvada pero ni siquiera ella merece ser golpeada, prendí el auto y conduje hasta el bar de James.

Así era mi rutina, llegar del trabajo, discutir con ella y terminar en el bar de James bebiendo como si no hubiese un mañana.

Estacione el auto fuera de aquel bar, probablemente me encontrare con alguno de ellos dos, creo que olvide mencionar que Jason trabaja junto a James y su hermana, el único que tiene un trabajo aburrido soy yo.

Decidí entrar aunque me sienta culpable por recurrir a la bebida para olvidar mis problemas, fui directo a la barra y allí estaba Dave sirviendo tragos, no pude ver a los demás.

Dave Mustaine es otro de los empleados de James, no me agrada mucho y se que yo tampoco a el, es lo único reciproco que tengo en mi vida y causaba algo de gracia.

Me miro con desagrado pero me atendió de todas formas.

—¿Que vas a beber?—dijo con desagrado, rodé los ojos.

—Vodka.—dije seco—Y deja la botella.—lo mire directo a los ojos.

—Como quieras.—dijo y se fue.

Mustaine trajo mi bebida y me dejo solo, no pretendía tener una charla amistosa con el así que le reste importancia.

Tome el primer vaso mirando directamente a un punto fijo, ni siquiera estaban mis amigos como para desahogarme, doy pena.

—¿Problemas amorosos?—mire al proveniente de esa voz.—Un whisky por favor.—le dijo a Dave.

¿Acaso me hablo a mi? Mire hacia mis lados y no había nadie, decidí ignorarlo.

—Yo también sufro por alguien, no se como formar parte de su vida.—lo volví a mirar, era un muchacho con lentes espejados y una chaqueta de cuero, bastante atractivo diría yo.

¿Por que me esta contando de su vida? No lo se, tal vez solo quiere desahogarse como yo.

—Toma Lars.—dijo Dave dándole su bebida en tono amable.

¿Así que conocía a Dave?

—Gracias Dave.—lo mire de reojo, en serio era atractivo...

—¿Cu-cual es tu nombre?—me puse nervioso al hablarle.

—Lars.—sonrio y causo algo extraño en mi estomago.—¿Cual es el tuyo?—pregunto para luego beber.

—Kirk Hammett...—dije mirando cada movimiento que hacia al beber, su barbilla cubierta por una leve barba hacia que mis pensamientos se enloquecieran.

Nunca había visto a alguien tan atractivo, como dije anteriormente...soy bisexual pero nadie lo sabe y hasta el momento el único hombre que me parecía atractivo era Jason.

Aunque mis ojos no paraban de mirar esos labios tan finos, por dentro estaba teniendo una lucha interna, estaba sintiendo una especie de atracción hacia este tipo. No se si eran sus movimientos lentos o sus cabellos largos y alborotados, pero estaba sintiendo una llama interna en este preciso momento, no podía dejar de mirarlo.

—Kirk.—bebió mas—que lindo nombre.—dijo para luego mirarme a través de sus lentes, podía sentir su mirada.

Al pronunciar mi nombre me quede estático, fuera de onda, mi cabeza comenzó a doler como si en cualquier momento me desmayaría, no entiendo porque causo esa reacción en mi.

Esa voz...me es familiar, como si ya le he escuchado en algún lugar.

Loverman ~KlarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora