Reconciliación

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Desperté con los ojos hinchados, me sentía vació, traicionado,aun no estaba seguro de creer lo que había pasado la noche anterior. Me sentía como si hubiese despertado después de una borrachera, mareado, con la mente y los recuerdos nublados. 

No quería abrir los ojos, no quería salir de la cama, pero debía,mi obligación era ir y atender a niños que me necesitaban.

Salí de la cama moviéndome lo menos que pude, no quería despertar a Kyu. Cuando estuve fuera busque mi celular, estaba apagado, yo lo había apagado. Lo prendí mientras caminaba a la cocina, en la puerta del refrigerador había una nota.

"Te conozco y sé que te irás antes de que despierte, te prepare el desayuno, solo caliéntalo. Te quiero"

Ese tipo de cosas eran muy típicas del coreano, siempre que peleábamos, siempre que me quedaba en su casa, siempre que lo necesitaba.

Busque el desayuno y lo calenté, era un poco de pechuga gratinada con ensalada. La comida estaba en el microondas cuando mi celular empezó a vibrar, por un momento me arrepentí de haberlo encendido, pero no debía tenerlo apagado.Revise los mensajes, las notificaciones decían, "Joshua", "Fernz"y "Citla". Los borre todos sin siquiera leerlos. Las llamadas pertenecían igual a ellos tres, así que hice lo mismo.

Intente desayunar tranquilamente con un vaso de whisky, yo raramente tomaba, pero era como si deseara emborracharme y olvidarlo todo.

Después de bañarme tome las llaves del auto y salí rumbo al hospital.

Entre al hospital, siguiendo la misma rutina de siempre,mostrando un Doctor decidido, firme, seguro, ese tipo de doctor que le da seguridad a los padres de familia.

Antes de llegar a mi oficina me encontré con el médico interno,era un joven muy inteligente y dedicado.

-Doctor Taylor, buen día.- Me saludo.

-Buen día.- Regrese el saludo, sin lograr recordar su nombre.

Iba a seguir mi camino, pero él me detuvo.

-Eh, disculpe doctor, es que hay algunas personas esperándolo en la oficina.

- Me dijo un tanto apenado.- Yo no los deje entrar,incluso les pedí que salieran antes de que le hablara a los oficiales, pero insistieron en que eran familiares suyos.

- Se excuso antes de que lo regañara.-No hay problema.

- Le deje ir.- Por favor ordena todo para el pase de visita, en unos momentos te alcanzo.

Camine a mi oficina, las piernas me temblaban y se sentían débiles, mi respiración se volvió un tanto difícil y mi corazón latió tanto como le era posible.

Tome la manija de la puerta, intente mejorar mi apariencia y controlar todo aquello que delatara mi nerviosismo. Abrí la puerta y los vi ahí sentados a los tres. En cuanto me vieron entrar de inmediato se levantaron y se acomodaron enfrente de mi escritorio.

-Es un lugar en el que los civiles no pueden estar.- Les dije mientras caminaba decidido a mi escritorio, quitándome el saco.- Por favor retírense.

Note como la mirada de Joshua, Luis y de Citla se tornaba vidriosa y la cara de Fernando, era como si no lo creyera.

Ignore esas caras que en otro momento me hubieran hecho flaquear y tome mi bata y me senté. Tome muchos papeles, la verdad es que a ni uno le estaba poniendo atención, solo quería ignorarlos y que se fueran.

-Agustín...- Empezó a hablar Luis, me paralice un momento,reconocerlo como Luis, era algo más allá de lo que podía manejar- Ellos no tienen nada que ver, el que te engaños fui yo,el que les pidió que mintieran por mí, fui yo.- Explico con un tono bajo, como si le faltara el aire.

El novio de mi hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora