ANN
Imagen y semejanza, el viejo Samuel quería que su primer nieto fuera un hombre pero a cambio recibió una niña ojos esmeralda, "tierna y delicada". Los primeros años mientras crecía fueron lindos, colores de rosas pero solo cuando estaba con mi familia materna, por el lado de mis padres es un caso más diferente y complicado de explicar, lo cual otro día les contare. Cuando ya cumplí los siete años de edad y me volví un poco fuerte, todo fue cambiando, el fanatismo por las películas de Bruce lee y el karate asiático lo fue llenando de emociones remplazando los días de ir al parque por convertirse en un entrenador privado. Sin que mi abuela se enterara mi abuelo y yo veíamos tutoriales de defensa personal y el latico fue nuestra arena de combate, no les miento que los primeros entrenamientos no fueron de mi gusto, pero el discurso que han hecho mi manual de reglas me impide ser cobarde.
¡Siendo la mayor de la familia debes cuidar y proteger a los que siguen en el linaje, convirtiendo tu destreza y coraje en el más fuerte de la generación!
Y con esas pautas y normas me fueron rigiendo hasta la actualidad, cuando llegue a mis dieciocho años, las contradictorias entre un soldado de pelea o un simple solucionador de problemas llegaron a mi cabeza. Después de unos golpes, tomamos las ligas mayores llegando al punto de aprender a disparar un arma de fuego, jamás la he utilizado en mi vida personal, pero adivinen cual fue el regalo de cumpleaños. Escondida en un lugar secreto en la habitación de mi casa es donde permanece ahora, tratando que Samuelik no la encuentre siendo la única persona que entra allí.
Cuando mis hermanos y yo entramos a la caso nos encontramos con la gran sorpresa de encontrar a mi madre y su "Novio" no sé por qué pero ese tipo me da mala espina he incluso su aura no corresponde con su personalidad y es lo más raro. Agarrados de la mano caminan hacia nosotros al igual que Koko quien se lanza a los brazos del menor lamiendo su rostro, Alex deja caer la mochila a un costado del sofá y se dirige a la cocina por un vaso con agua mientras yo no despego la mirada del hombre quien con una sonrisa ladina me saluda.
-¡Angel!
-¡Sebastian!
-¿Como te encuentras últimamente?
-No igual que tú pero ahí vamos.
-Me alegra de igual manera saberlo.
-No lo creo.
-Ann.-me reprocha mi madre.
-Tranquila mujer, déjala que se exprese.
-Lamentaras haber dicho eso.-respondo con sarcasmo.
-Con su permiso me retiro. -hago una reverencia acompañado con movimientos de mano chasqueando la lengua, la sorpresa de ambos es notoria por los sonidos que proclaman al final de mi actuación. Empiezo a caminar sin mirar a la "Feliz pareja" moviendo las llaves de la casa estilo campanilla,con pasos largos tránsito las escaleras hacia las habitaciones llegando al final a mi cuarto imponiendo la cerradura para que nadie entre, me dirijo al escritorio tomando asiento en la silla giratoria encendiendo la computadora, al instante que cierro mis ojos visualizo al hombre que el día de hoy robo toda mi atención, ese color nunca antes lo había visto en alguna otra persona, no sé como debería tomarlo, si bueno o alejarme a toda costa de ese chico.Mi objetivo con el PC en mano es buscar alguna clase de información con respecto a ese hecho extraordinario y no fue del todo positiva, creo que Google piensa que estoy drogada, es chistoso por que internet voto respuesta a los efectos secundarios de una sustancia psicoactiva, principalmente no consumo bebidas alcohólicas, desde muy pequeña tuve que soportar ver a mi padre llegar todos los días borracho a la casa, los maltratos físicos y verbal que hacían que mi madre cada vez se alejara más de él. En realidad mi infancia no fue del todo color de rosa como cuando estaba con mis abuelos, aquí en mi hogar era algo así oscuro y nada feliz, son contados con los dedos de las manos los momentos de paz entre familias, hubieron hechos traumáticos en estos diesiocho años de vida, hechos que crearon cicatrices inreparables en mi corazón.
El golpe de la puerta me saca de mis más profundos pensamientos dirigiendo toda mi atención al pedazo de madera, la garras de Koko provocan que una sonrisa ladina aparezca en mis labios moviendo la cabeza en negativa, rápidamente me levanto dando sancadas abriendo el objeto llevándome una gran sorpresa, encontrar a mi hermano menor sentado de la misma manera en la que se encuentra el cachorro con las muñecas levantadas en dirección al pecho jadeando.
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Eres Mía. By (Jungkook) en pausa.
Teen Fiction© Sinceramente conocerte ha sido una de mis mayores aventuras, pero una de esas peligrosas donde no sabes si saldrás vivo de ella. Tu y yo somos como energía de alta tención que si se unen puede ocasionar una gran explosión, pero antes que eso suced...