—¡Por favor soldado, no me mate! —suplicó JungKook frotando las palmas de sus manos, rogando —. ¡Soy yo el que tiró el café, soy yo quien...
Kim TaeHyung quería reírse en ese instante por la enorme preocupación que tenía el contrario, pero contuvo toda la diversión para actuar firme y sereno (como debía ser, pues era vigilado por HyungSik).
—Olvídalo, ¿de acuerdo? Ahora, déjame pasar —señaló con su mentón hacía otro lado, indicándole que le abriera paso.
Fue entonces cuando el castaño prestó atención al gafete de visitante que el soldado tenía en el pecho, leyendo el nombre e intentando recordar dónde lo había escuchado antes.
—Disculpe, ¿usted es quien capacitará al soldado de Kreyt? —cuestionó con libertad y no lo dejó responder —. Mucho gusto, soy Jeon JungKook, a sus órdenes.
—¿Y qué me importa quién eres? Tengo trabajo, si me disculpa —estaba a punto de irse pero fue detenido por el ingeniero.
—¡No! Es decir, no me presenté correctamente, yo estoy a cargo de la capacitación de JiMin, junto con usted. Trabajaremos juntos.
—...¿Juntos? Pensé que iba a trabajar solo —suspiró con disgusto—. Supongo que nuestra opinión nunca cuenta —se dijo para sí mismo, pero fue escuchado por el contrario.
—¿Acaso le molesta tener un compañero? —una mueca de tristeza se formó en los labios de JungKook.
—Es solo que estoy acostumbrado a hacer las cosas a mí manera.
—¿Ah, si? Pues tendrá que aprender a colaborar, soldado Kim —una mirada desafiante atravesó sus ojos —. Le pido cooperación de su parte en este trabajo.
TaeHyung se limitó a asentir únicamente, sin embargo, por dentro estaba hirviendo. Si algo le molestaba, era que alguien se tome libertades que no le corresponden, además de que no le comentaron todo eso durante su reunión con NamJoon. ¿Por qué no le dijeron que compartiría el trabajo con alguien más? Además, ¿qué podría saber un ingeniero en sistemas sobre cómo entrenar a un soldado? Porque claro, TaeHyung leyó rápidamente el gafete de JungKook cuando hablaron y se percató de su cargo.
—Por supuesto —forzó su sonrisa —. Tengo curiosidad sobre el sujeto que vamos a entrenar, ¿cómo es? —se cruzó de brazos.
JungKook no pudo sentirse más nervioso en ese momento, esa pregunta era perfecta para él, después de todo, diseñó la personalidad de JM, pero no ha convivido con el androide el tiempo suficiente para verificar que actúe de acuerdo a su configuración. Llevó una de sus manos a su nuca para rascar, nervioso, y por fin respondió.
—JiMin es... muy especial —mostró una gran sonrisa mostrando todos sus dientes blanquecinos —. Se dará cuenta cuando lo conozca, soldado Kim.
—Lo veré hasta entonces, Jeon —hizo una reverencia en despedida y caminó hacia el elevador —. Mocoso idiota —susurró para sí mismo.
. . .
JiMin estaba en la habitación de YoonGi. ¿Por qué? Simple: no quería separarse de él en ningún momento, quizás porque fue la primera persona a la que vio, o por el hecho de que es su creador. Ni el mismo YoonGi lo sabe.
El androide estaba sentado en la cama del dueño de la habitación, observando todo a su alrededor con lentitud, mientras que el contrario anotaba unas cuantas cosas en su tableta. Al parecer todo estaba funcionando muy bien, pero no podía dejar de hacer registros, después de todo, la ciencia es fallo y error.
Se acercó al rubio sentándose a su lado, mirándolo a los ojos.
—Dentro de unos días vendrán a entrenarte, ¿está bien? —llevó una mano a su cabeza para frotar su cabello con suavidad.
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Prototipo JM »YoonMin«
Hayran Kurgu|| Un grupo de expertos en diversos campos forman un equipo en el año 2067. Su objetivo es crear un androide con una inteligencia artificial superior a la ya conocida, todo esto para convertirlo en un arma militar. Como todo proyecto, tiene altas y...