cap17.

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Al cabo de un rato, el pelirrojo terminó su tarea y miró los demás apuntes que tenía los de antes del accidente. Sonrió y arrancó un pedazo de papel. Escribió un simple “¿Sigues despierto?” en ese pedacito de papel arrugado y mal arrancado. Se levantó despacio y sin mucho apuro caminó hacia la puerta con sus muletas en mano. No creía que Bakugou estuviese despierto, pero al menos se sacaría las dudas que tenía.
Ya estaba delante de la puerta, dio unos tres toques suaves y pasó la notita por debajo de ella. Pensaba esperar aunque fuera un ratito para ver si alguien respondía y si nadie lo hacía, iría a descansar. Ese día había sido agotador... Además de que cargaba todo el tiempo con las muletas, y no era para nada varonil andar pidiendo ayuda a sus compañeros para alcanzar las cosas que se le caían del escritorio en mitad de clase o que llevaran su mochila. Aún tenía una venda en la zona de las costillas y no podía hacer mucho movimiento, ni hablar de hacer algo brusco, pero al menos había vuelto al instituto... Oh, su nota, ¡su nota! Estaba tan adentrado en sus pensamientos que ni cuenta se dio de que la notita estaba ahí, delante de sus dos pies con crocs. La miró. Estaba algo chamuscada, esto significa que sí, él estaba despierto.

“¿Qué mierda quieres, bastardo?”, eso estaba escrito. Bakugou y su forma de dirigirse a todos era algo que le intrigaba. Le llamaba muchísimo la atención por alguna extraña razón. Sonrió, tomó la notita y escribió “¿Te apetece si bajamos a tomar jugo y hablar?”. Cerró su lapicera y la pasó nuevamente.

Del otro lado se encontraba un Bakugou desalineado y con todos los pelos bastantes desordenados, no es como si no tuviese así todo el tiempo, pero aunque no lo demostraba él se cuidaba muchísimo el pelo. No lo tenía enredado, podías pasar tus dedos y se deslizarían con la mayor facilidad del mundo. Estaba sentado mirando el pequeño orificio que había entre la puerta y el suelo. Esperaba pacientemente la notita. Ya se había calmado, eso era bueno, aunque sus manos dolían. Claro que dolían. Le dolía el brazo entero, había excedido su quirk mucho y aunque solamente fuesen pequeños estallidos, esos le repercutieron a la larga. Se masajeaba el antebrazo, hasta que vio entrar la notita.

“¿Te apetece si bajamos a tomar jugo y hablar?”, no era una mala idea, necesitaba hidratarse y quizá comer algo. No iba a preparar comida, pero podía hacer alguna tostada y con eso bastaría.

“Está bien, idiota. Ya salgo. Espérame.” Kirishima leyó eso con entusiasmo, podría hablar con el rubio y aclarar muchísimas dudas que tenía en ese momento.

Así fue, lo esperó como cuando un perrito espera ansiosamente a su amo, quieto y alegre. Bakugou salió, lo miró.

—¿Vamos, pelo de mierda?— habló metiendo sus manos en los bolsillos del pantalón que traía.

—¡Claro! ¡Vamos!— respondió el pelirrojo levantando su puño y tomando mejor la muleta luego de eso.

—¡Idiota! ¡No grites, se van a despertar!— Katsuki sacó una de sus manos para darle un buen golpe en la cabeza a su amigo y Kirishima solamente rió inocentemente.

—Lo siento, no me di cuenta...— se disculpó dirigiéndose a los elevadores de su planta siendo seguido por el cenizo.

—Bien, pero más silencio.— ordenó demandante llegando y esperando a que el ascensor hiciera lo suyo.

Llegaron a la cocina y el pelirrojo sacó una jarra de jugo que había dentro de la heladera mientras el rubio ponía unas rodajas de pan en la tostadora, además de que sacó dos vasos y los colocó encima de la mesa, Kirishima sirvió jugo y volvió a guardarlo. Lo hicieron con tanta naturalidad que hubiera parecido que ya habían hecho eso antes y sí, lo habían hecho.
Muchas veces a la mañana se hacían el desayuno juntos y no había problema, normalmente el muchacho de dientes filosos ponía la mesa o arreglaba los vasos y servía el jugo mientras Bakugou cocinaba un buen desayuno, algo nutritivo y balanceado para el contrario.

Eso le traía muchos recuerdos y se le hacía bonito.

—¿Harás tostadas?— preguntó acercándose y mirándolo. —¿Quieres que ponga huevos a fritar?

—No, no, ya pensaba hacer eso yo.

—¿No cenaste?, Si quieres puedo ayudarte a hacerte la cena y listo...

—No, idiota, no me haré la cena a las tres de la madrugada, eso es estúpido y hace mal. Comeré esto y ya, ¿quieres que haga para tí también, bastardo?

Kirishima sonrió levemente y aceptó la comida. Ahí se encontraban haciéndose una cena que no era del todo cena para comer a esa hora. El pelirrojo lo ayudaba con las tostadas mientras el otro hacía los huevos, rápidamente colocaron la mesa y al tener todo listo fueron a sentarse.

—Bien... Te iba a preguntar qué te sucedió, ¡digo!— tomó un sorbo de jugo rascándose la nuca. —Te fuiste furioso luego de ver las fotos y ehm... Me preocupé.

—Esas malditas fotos no sé de dónde salieron.— soltó mientras comía y no lo miraba. —Yo no hice ese maldito pendrive, mucho menos iría a poner fotos, huh.

—¿Entonces se te ocurre quién podría haber sido?

—No, realmente no y tampoco me importa.— respondió comiendo.

—Bueno, no pasa nada.— sonrió el pelirrojo bostezando. —Tenemos clases dentro de unas horas, será mejor que vayamos a dormir ahora.

—Si, si, lo que digas.— rodó los ojos sin mucha importancia. Era cierto lo que decía el pelirrojo, pero no quería que ese momento se acabara tan rápido.

Al cabo de un rato ya habían terminado de comer todo lo que había hecho el rubio, también lavaron y dejaron todo ordenado para no levantar sospechas. Se despidieron casi susurrando y cada uno se fue a su habitación. 

Kirishima estaba exhausto, estar de aquí para allá con las muletas no era tan buena idea, se había cansado muchísimo y sus brazos no daban más, por otro lado Bakugou sentía su pecho caliente. Anheló con todas sus fuerzas pasar tiempo con el pelirrojo y al fin lo había logrado, se sentía bastante feliz por haber avanzado algo y entablar una conversación, además de que luego igual fue el otro chico quien estaba al pendiente de él. Eso le hizo recordar muchas cosas, se sintió mal y no soportó por mucho sus ganas de llorar. Caían pequeñas lágrimas de esos ojos rojos que ya no estaban tan encendidos como antes, que no tenían ese brillo característico, y sus mejillas estaban mojadas. No podía parar de culparse por no haber estado presente en aquel momento. Ya no se reconocía, se sentía estúpido llorando por alguien que no recordaba su persona, mucho menos todo lo que vivieron juntos, pero no podía culparse, estaba contrayendo bonitos sentimientos desde antes de ese acontecimiento y aunque quisiera negarlo, se sentía muy bonito estar con ese cabeza hueca en la misma habitación haciendo nada, quizá leyendo algún cómic que él mismo le había entregado, haciendo deberes, mirando las estrellas desde el balcón o simplemente estar en silencio apreciando el alrededor que tenían. 

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Hey, estuve mejorando un poco y quería decirles que me hice una cuenta de dibujos... Subiré cosas dirigidas a Kiribaku y también dibujaré al AU que tengo donde ellos tienen hijos y tal. Me sería de mucha ayuda que vayan a seguirla y me apoyen, estaré muy agradecido y los seguiré también. La cuenta se llama "Stupidboy.666", siveo que hay mucho apoyo podría hacer algo especial. También denle apoyo a mi otra historia, se los agradezco de antemano... Me motivaría mucho a seguir con todo este espléndido mundo. Déjenme en los comentarios si les gustaría que hiciera una historia relacionada con sus hijos o que suba los dibujos que iré haciendo aquí. ¡Gracias, ya somos 17k!, en serio gracias.
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Tim

❝ Un amor explosivo ❞ ⌇⚣⌇                                             〖Kiribaku〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora