Leona y Riddle
Malleus y Riddle
🥀
Rosehearts veía a Malleus desde su asiento. La verdad nunca había entendido el porqué habían discutido tanto las últimas semanas y como eso los había orillado a terminar su relación.Aún así, el menor no podía evitar sentir ciertos celos a Lilia, quién simplemente se la pasaba al lado de su exnovio. Desvió la mirada, solo para encontrarse mirando nuevamente a ese par en cuestión de segundos.
Maldita sea, ¿Por qué Malleus no había ido a disculparse con él?, las peleas habían sido por parte de ambos, pero Riddle no pensaba ir a dar el primer paso, no, no.
- ¿Por qué simplemente no vas y le hablas? -cuestionó Cater, bastante entretenido con su teléfono-. Jefe, créame, sino va a hablar el asunto con él, se lo terminará quitando Lilia.
-Pues bien..., sería un idiota si lo hace. -frunció el entrecejo, mirando a cualquier otro lado.
Sus facciones se suavizaron al escuchar reír al azabache, volteando nuevamente a verlo. Suspiró con pesar, Cater tenía razón: debía hablar seriamente con Malleus, tal vez hasta podrían arreglar las cosas y volver a intentarlo.
Esperó con inquietud hasta que escucho el "Pueden retirarse" por parte de Mozus Trein.
Rápidamente se levantó, siguiendo a aquel azabache, estirando su mano para poder tocarlo, cosa que no sucedió, pues Leona se colocó frente a él, con aquella sonrisa altanera que era demasiado común en su persona.
-Escuché que ya llevas cerca de dos meses de no tener pareja, reina. -el pelirrojo frunció el entrecejo, alejándose de aquel chico-. Ahora que ya no hay un dragón cuidándote la espalda, podemos salir, ¿No es así?
-No sé de qué hablas. Y ahora que lo mencionas, tengo asuntos que atender con mi dragón. -lo hizo a un lado, siendo nuevamente detenido por las manos ajenas, las cuales, se posaron sobre sus hombros.
- ¿Tuyo? -se inclinó, para tomarlo de las mejillas, obligándolo a ver a aquel azabache-. Yo lo veo muy feliz con Lilia.
-Es normal, es su amigo... -afirmó.
-Se ven bastante unidos, ¿No crees?
El menor suspiró con pesar cuando el castaño se alejó de él.
-Riddle Rosehearts, eres el más respetado en este colegio, todo el mundo teme meterse contigo porque los mandas a decapitar. -se colocó nuevamente frente a él-. ¿Y vas a dejarte caer por un chico cualquiera?
El mencionado pensó un poco, antes de simplemente respirar profundamente, cerrando los ojos para meditarlo por un corto periodo de tiempo. Al abrirlos, divisó al castaño, dedicándole una pequeña sonrisa.
Malleus siempre acostumbraba darle la razón en todo, rara vez discutían, por eso las últimas semanas que estuvieron llenas de ellas, lo habían tomado por sorpresa.
Pero Leona, era un tipo completamente diferente y Riddle lo sabía. Sabía que si él le decía un "púdrete", Leona iría atrás suyo para decirle algo peor.
Su inocente sonrisa, cambió a una altanera, atrayendo la total atención de Kingscholar, quién no dudo en quitarle los estorbosos libros de las manos, acercándose peligrosamente al menor, quién retrocedió hasta encontrarse con los asientos.
-Leona Kingscholar, ¿Quién diría que algún día captarías mi atención?
-Debo admitir que igual me sorprende, esperaba una bofetada.
Rosehearts lo jalo del cuello de la camiseta, acercándolo a su rostro, hasta que fueron severamente interrumpidos.
-¡Jefe, tenemos que irnos! -la voz de Ace se hizo escuchar, al mismo tiempo que tomaba los libros de su superior.
-¡Oh, es cierto! -apartó al moreno, yendo hacia su amigo.
-Riddle, al menos dime dónde puedo verte después. -se quejó, pues claramente no había insistido tanto tiempo por nada.
El mencionado asintió, arrancando un pequeño pedazo de hoja de su libreta, anotando algo, al mismo tiempo que Ace luchaba por sacarlo de aquel salón de una vez.
-¡Llámame! -exclamó antes de que Trappola lo jalara para llevárselo de una vez.
Leona sonrió con victoria, mirando aquel pequeño papel en su mano. El número y corazones anotados con tinta negra, mientras que "Riddle Rosehearts" (escrito con perfecta caligrafía) estaba anotado con tinta roja.
...
Ace y Cater estaban esperando. Ambos veían de brazos cruzados a su superior, quién estaba recargado sobre la gran pila de libros, mordiendo el bolígrafo. No necesitabas conocerlo mucho para saber que estaba fantaseando.
-Ah..., ¿Acaso no es un sueño ese chico?
-Para serte sincero, huele como perro mojado.
Riddle negó divertido, repartiéndole los libros a sus compañeros, para después, sentarse frente a ellos.
-Comencemos con la lección. -abrió su libro, buscando la página-. Bien, vayan a la hoja número... -arqueó una ceja en cuánto miró a sus acompañantes hacerle diversas señas, antes de girarse.
- ¿En serio?, ¿Leona? -el menor rodó lo ojos, y antes de decir una palabra, el mayor continúo-. Ustedes, es mejor que se vayan.
Riddle asintió, provocando que se retiraran rápidamente.
-Malleus, tu y yo terminamos hace casi dos meses. -se sobó el puente de su nariz-. Y te veo demasiado alegre con Lilia.
-Es uno de mis mejores amigos, Riddle. Así como los tuyos son Trey, Ace y los demás de tu dormitorio.
El pelirrojo se sonrojó ante aquello, a veces se preguntaba porque era tan impulsivo y celoso.
-Eso ya no importa, ya estamos separados, creo que no te debe importar con quién esté.
-Sabes bien que ese idiota siempre estuvo detrás de ti, por eso discutíamos tanto, ¿Ya lo olvidaste?
-Para serte sincero, sí. -se levantó, tomando su libro-. Y si no te importa, estoy esperando una llamada...
- ¿De él?
-Malleus, por favor. -rodó los ojos-. Yo puedo estar con quién quiera así como tú también puedes hacerlo.
-Pero yo te sigo queriendo a ti... -el menor lo miró con cierto desconcierto, para después sonreírle.
-Tal vez podamos hablar.
Ambos asintieron. Malleus tomó al contrario de la mano, para salir de aquella biblioteca.
-Tendremos una fiesta de té la siguiente semana, ¿Te gustaría venir?
-Realmente me encantaría. -afirmó.
-Podríamos festejar...tu feliz no cumpleaños.
El azabache soltó una pequeña risa, asintiendo luego de unos segundos.
-Eso sería contra las reglas, pequeño. Uno de Diasomnia en Heartslabyul. -negó divertido-. Muy mal.
-Podría dejar de ser jefe de dormitorio por ti, Draconia.
Y ese momento, ambos se detuvieron, pues el teléfono del pelirrojo comenzó a sonar. Lo sacó de su bolsillo, mirando el número desconocido, provocando que arqueara una ceja.
-Dame un minuto, lindo.
-Claro, no hay problema.
Respondió la llamada, acercando el celular a su oreja.
-Rosehearts. -dijo, al mismo tiempo que el ojiverde lo ayudaba con sus libros.
- ¿Y? ¿Cuándo vamos a vernos? -Leona, reconocería su egocéntrica voz en cualquier lado.
Miró al azabache de reojo, genial, ¿En qué se había metido?
🥀🥀🥀🥀.
Oh cielos, tres de la mañana. Hora de actualizar.
ESTÁS LEYENDO
𝐓𝐖𝐈𝐒𝐓𝐄𝐃 𝐖𝐎𝐍𝐃𝐄𝐑𝐋𝐀𝐍𝐃 ╱ 𝙗𝙡
Fanfiction𝐓𝐖𝐒𝐓 ▎escritos sobre parejas de este maravilloso juego.