十二 ; 𝐒𝐎𝐌𝐄𝐁𝐎𝐃𝐘 𝐄𝐋𝐒𝐄

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Universo alterno

Leona y Ruggie

🍩

Ruggie se sentía afortunado. Cada día despertaba agradeciendo su actual empleo, donde tenía una buena vida y ganaba un sueldo bastante elevado. A pesar de dormir en el mismo sitio dónde ejercía su labor, no le molestaba.

Tenía ropa bonita, comida rica y todo el resto del dinero podría enviárselo a su abuela.

A pesar de tener una vida perfecta, aquella mañana, Ruggie no agradeció y mucho menos se apresuró a vestirse como las veces anteriores. No estaba cantando, ni mucho menos bailando de forma improvisada mientras se arreglaba.

Servir a los reyes de Afterglow Savannah siempre había sido un placer, pero en esos momentos, no lo sentía de igual forma.

Recordaba vívidamente la primera vez que cruzó miradas con el eterno príncipe: Leona Kingscholar.

La primera vez que hablaron y como Leona robaba comida de "primera clase", para después escabullirse hasta la habitación de Bucchi, comiendo juntos mientras bromeaban y reían.

Recordaba también, la primera vez que los labios del joven moreno se unieron los suyos. Ruggie tenía 15, Leona 18.

Las manos de Leona eran suaves y Ruggie amaba sentirlas sobre su cuerpo. Los dedos se aferraban con fuerza a su cadera, mientras su cuerpo era sometido por la necesidad del futuro rey..., pero esa mañana era diferente.

El adolescente pensaba que hasta el universo había conspirado en su contra, pues no era una mañana brillante y algo calurosa, no. La lluvia era algo inminente y una de las ventanas se golpeaba constantemente contra la pared por el viento.

Suspiró, no podía quedarse en su habitación todo el día, aún si así lo quisiera. Tal vez debía reportarse como enfermo, pero eso implicaría tener a Leona en su habitación cuestionando su bienestar.

Lo menos que quería era verlo.

Sin mucho ánimo, salió de su habitación, encontrándose inmediatamente con las personas yendo de un lado a otro, con las grandes decoraciones de flores en brazos. El día anterior habían tenido todo listo en el jardín principal, pero gracias al imprevisto con el clima, se vieron en la obligación de reubicar el área donde aquella ceremonia se llevaría a cabo.

Caminó rápidamente por los pasillos, debía comenzar a ayudar a llevar las cosas; no lo logró. No había avanzado mucho cuando una mano lo jaló, llevándolo dentro del almacén.

Ruggie no pudo siquiera protestar cuando Leona ya estaba besándolo con desesperación, metiendo sus manos debajo del blanco uniforme que el chico portaba.

-Basta... -susurró en cuánto se separó de sus labios.

-No bromees. -lo acercó a su cuerpo, volviendo a iniciar aquel beso.

-¡No estoy bromeando! -lo apartó, bastante molesto por todo en general-. ¡No podemos seguir así, Leona!

-¿Y por qué no? -cuestionó con bastante desinterés, acariciando una oreja del más chico.

Ruggie lo miró con sorpresa, ¿En serio lo estaba preguntando?, Más importante aún, ¿Iba a hacer decírselo?

-... -suspiró con pesar-. Vas a casarte...

-¿Y?

-Tú fuiste a pedirle matrimonio a esa princesita. -se cruzó de brazos-. Te importó poco o nada lo que nosotros hacíamos...

-Ruggie, creo que estás confundiendo las cosas. -el mencionado lo miró con sorpresa-. Tenemos sexo sin una clase de compromiso de por medio. -alzó los hombros, bostezando-. Nunca me haz negado nada, eres muy accesible cuando se trata de mi.

-Yo pensé que... -se detuvo, pensando bien en sus palabras.

-No somos pareja y tener intimidad no nos hace una automáticamente. Además, ninguno conoce a los padres del otro y si te soy sincero, no me importa todo ese proceso. -se hizo el cabello para atrás, tomando al chico del cuello de su camiseta, bajando un poco la prenda de esa área, logrando visualizar las mordidas en el cuello y hombro ajeno-. Sin mencionar...que el próximo en la lista es Cheka. No quiero ser siempre un príncipe, necesito llegar a gobernar y eso lo lograré casándome con una princesa. -lo miró directamente a los ojos-. No contigo.

Ruggie pasó saliva, mordiéndose la lengua para evitar llorar ahí mismo. No quería verse aún más débil frente a aquel egocéntrico chico.

Él sabía perfectamente que venía de los barrios bajos de ahí, no necesitaba que alguien se lo recordara. No necesitaba sentirse menos por venir de tal lugar.

-Tengo cosas que hacer. -retiró la mano del moreno de un golpe, apunto de salir de aquel lugar, hasta que lo tomó de la muñeca.

-Si me mudo de castillo, vendrás conmigo. Eres mi sirviente personal, Ruggie...necesito quién pueda atenderme.

Bucchi frunció el entrecejo y se liberó del agarre del castaño, mirándolo con notoria molesta y pequeñas lágrimas en los ojos.

-¡Yo ya no quiero seguir haciendo esto!

Sin decir algo más, salió del almacén, para seguir su antiguo camino. Se limpiaba las lágrimas que habían comenzado a salir ya.

...

Durante años, las hienas no habían hecho un gran avance. Servían a los leones en lo que pudieran.

El adolescente sabía que no tendría una oportunidad (por más pequeña que está fuera), de estar con Kingscholar. Tal vez fue su error crearse tantas expectativas, pero, no pudo evitarlo. Aquel chico lo había seducido con su encanto, sonrisas y buenos momentos.

Ruggie pensó que él sería la excepción, que por primera vez la jerarquía sería ignorada y Leona y él podrían tener una historia linda.

Se equivocó.

La ceremonia se estaba llevando a cabo y mientras los votos eran dichos, el castaño reía con aquella chica. No había duda de que ya se habían tratado más de una vez, pero, ¿Cuándo?

¿Cuánto tiempo Ruggie había sido su "sustituto"?

Las palabras del moreno hicieron eco en su mente "Tenemos sexo sin una clase de compromiso de por medio".

Tal vez para Leona habían sido simples encuentros sin alguna importancia, pero para Ruggie habían significado mucho más que eso. No solo le había dado su cuerpo, sino que se había entregado en mente y alma. Entre cada caricia, cada beso, cada palabra.

Y ahora, justo en ese momento, estaba siendo testigo de como el chico que se llevó todo su ser, estaba casándose con alguien más.

Lo veía sonreír.

Por fin iba a gobernar, tal vez sería un buen líder o tal vez no, pero eso no importaba en ese momento.

Leona Kingscholar estaba cumpliendo su más grande sueño: ser rey.

Y Ruggie detestó no ser la persona con quién lo iba a realizar.

🍩🍩🍩.
No soy buena escribiendo cositas tristes, por eso mismo lo hice cortito, perdón:(.

Jelou, estuve pensando en hacer un librito pequeño donde escribiera todas las cosas estúpidas que me imagino que hacen estos chicos. La verdad aún está en duda. Y no tengo idea de cómo llamarlo:(.

En fin, el próximo o.s. será de un personaje en solitario.

Algunos me han pedido una historia individual de Jack y Epel, ¿Qué opinan?👀

𝐓𝐖𝐈𝐒𝐓𝐄𝐃 𝐖𝐎𝐍𝐃𝐄𝐑𝐋𝐀𝐍𝐃 ╱ 𝙗𝙡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora