𝐓𝐖𝐈𝐒𝐓𝐄𝐃 𝐖𝐎𝐍𝐃𝐄𝐑𝐋𝐀𝐍𝐃 ╱ 𝙗𝙡

七 ; 𝐈𝐃𝐄𝐀𝐋

Jamil y Kalim

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Kalim Al-Asim pensó ya haber superado a Leona, pero no podía evitar imaginar en "Lo que habría sido" sino hubiesen terminado.

Claramente, su ruptura se debía a qué Kingscholar no vea a Kalim como una pareja, sino como un simple banco que podía darle todo lo que quería sin titubear. Al menos, hasta que el menor abrió los ojos.

En aquel momento se encontraba en Scarabia, acostado boca abajo en su cama, mientras jugaba con lo único que se había quedado de Leona, un collar.

-Príncipe, es un día muy hermoso. -dijo Jamil, abriendo sus cortinas-. Y permítame recordarle, que se le ha hecho tarde para ir a clase.

-No quiero ir a clase. -afirmó-. Ve tú y diviértete.

-Bueno, al menos podría salir a caminar. -el jefe se colocó boca arriba, mirándolo.

-Sino tengo ánimos para ir a la clase, ¿Crees que los tengo para simplemente salir?

-Lo pensé, Kalim.

El azabache suspiró con pesar cuando el mencionado volvió su vista a aquel collar. Negó y tomó sus cosas, mirándolo una última vez antes de salir.

-Volveré más tarde, si se te ofrece algo, puedes enviarme mensaje, ¿Está bien?

Al-Asim soltó una pequeña risa al escucharlo, volteandolo a ver, haciendo un saludo militar.

-Claro, mamá.

Viper negó divertido, antes de cerrar la puerta.

...

Kalim caminaba de un lado a otro, pues su mejor amigo aún no llegaba y casi serían las 12 de la noche. No podía evitar estar preocupado, cuando su compañero estaba perdido.

Su teléfono no paraba de sonar, pues sus amigos le respondían los mensajes que Kalim les había enviado, preguntando por Viper, sin tener una sola respuesta positiva.

-Oh por Agrabah, si algo malo le sucedió nunca voy a perdonármelo..., debí haber ido con él a las clases, asegurarme que estuviera bien... -se dijo a él mismo, tomando un suéter, pues estaba dispuesto a salir a buscarlo, hasta que algo lo detuvo.

-Si algo malo me pasara, debes estar seguro que no serías el culpable.

Kalim se giró, mordiéndose el labio al verlo sano y salvo. Las lágrimas le fueron imposibles de contener y fue hasta él para lanzarse a abrazarlo.

-¡Pensé que alguien te había raptado o que te habías caído en un pozo! -Jamil soltó una risa al escuchar aquello, provocando que su superior frunciera el entrecejo y que le metiera un golpe en el hombro-. ¡No te burles, Jamil, no soportaría que algo malo te sucediera!

-Kalim, Kalim. -lo tomó de los hombros-. Ya, por favor tranquilízate, estoy aquí.

El mencionado asintió un par de veces, mientras se retiraba las lágrimas.

-Y me hace muy feliz que estés aquí..., pero, ¿Por qué tardaste tanto?

-Es una sorpresa. -lo tomó de la mano, llevándolo hasta el balcón, dejando ver aquella alfombra mágica-. Pensé que necesitabas despejarte.