CAPÍTULO 26. PASO A PASO

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LUCÍA

Lucía resiste.

Hazlo.

Debes ser muy fuerte.

Tiempo al tiempo.

Lo lograrás.

Tenía una serie de documentos regados por mi cama, información que poseía muchísimo más antes de ser secuestrada.

Necesitaba salir de aquí, pero debía asegurarme que mi padre no vaya detrás de nosotros. Para ello, quiera a no debía hacer una serie de cosas no muy legales.

Como si fuera poco, recordaba muchísimas cosas de mi pasado. Una de ellas la razón por la cual tuve muchísimos problemas en los colegios. Yo tenía muy buenas habilidades informáticas, pues en el pasado había usado mis habilidades de todas las maneras posibles; buenas y malas.

Y ahora sabía lo que debía hacer, pero también existía el miedo.

Aunque a estas alturas la familia Bravo debe suponer que mi hija a muerto y es lo que diré por siempre.

Mi hija nunca sabrá de la existencia de su padre, porque el papel le ha quedado grande.

En esta guerra debía haber un ganador, y debía ser yo. Mi padre y la mafia debían ser destruidos.

Y que mejor para la guerra si empiezan antes de lo planeado, con información que ninguno de ellos tiene del otro.

Camino hacia la puerta de mi recámara y me aseguro que esté con el seguro. Las cámaras de mi habitación no funcionaban aún y eso era algo bueno. Camino sin hacer ruido, abro mi armario y busco el escondite secreto hacia la pared, despacio y con cautela logro abrirlo y saco mi ordenador profesional.

No necesitaba que alguien me rastree.

Lo enciendo y lo primero que hago, es tratar de buscar algo que me permita comunicarme con Devil, pero seguramente esto me llevará horas...

*****

El insistente tono de una especie de pitido, me despierta.

Me había quedado dormida de mala manera, dejo los papeles que se habían quedado pegados en mi rostro, me levanto despacio y voy hacia el ordenador.

Era una señal.

Sonrío al saber que lo he logrado. Finalmente he logrado tener contacto con Devil, anoto toda la información que necesito.

Pronto tendrán todo lo que necesitan para poder atacar a mi padre, pero me llevará tiempo poder tener mucha seguridad en el ordenador y lograr que nadie pueda rastrear ni mi señal ni la de ellos, pero finalmente pronto estaremos en contacto y ellos sabrán de mí.

Y finalmente iré a casa.

Guardo todos los documentos que poseo en mi sitio seguro.

La puerta de mi habitación suena.

Camino hacia ella.

Era mi padre.

—¿Qué quieres?

—Mañana tendremos una entrevista en televisión.

—¿Yo?

—Sí, hablarás lo que se te va a pedir. Ya sabes como es.

—Lo sé.

El me da una carpeta y la agarro, era el guion escrito.

—Apréndetelo.

—Lo haré.

Mi padre se aleja del pasillo, mi madre camina hacia mí.

—¿Qué sucede?

—Es un guion —hablo enojada.

—Bueno, aprendételo.

—Lo haré, mamá.

—Deja de decirlo con odio, hija. Te queremos.

—No se siente así.

—Paula, deja de estar a la defensiva. Tú padre no es el mejor hombre del mundo, pero ...

—Lo sé. Lo hace por nosotros. Como siempre lo ha hecho... da igual, mamá. Tú eres igual que él, este mundo de dinero y poder los ha carcomido.

—No te vi quejarte de los lujos que lo dábamos.

—Era una tonta, pero ya no.

—Basta, Paula.

—Sí, como siempre, debo callar.

Mi madre me mira de mala manera.

—No lo entiendes aún, pero solo te pido que cooperes un poco.

—¿Eres feliz mamá? . pregunto. Ella me mira con algo de dolor en sus ojos.

>>Buenas noches...

Estoy por cerrar la puerta, cuando ella habla.

—Roma ha preguntado por ti.

—¿Roma? —pregunto algo dudosa. Roma, mi mejor amiga.

—Tu padre no quiero que te lo diga, pero ella siempre estaba al pendiente de ti.

—¿Puedo verla?

—No será fácil convencer a tu padre, pero tratare.

—Gracias mamá.

Ella me mira algo feliz por mi respuesta.

Cierro la puerta de mi habitación.

Era sencillo.

Debía llegar a Roma, ella iba a hacer que esto terminé más rápido de lo que pensé.

DEVIL

Era gracioso como Luna fruncía el ceño cada vez que se molestaba, mi hija tenía un carácter muy rebelde en su corta edad. Era algo difícil y complicada de tratar, pero el club se estaba acostumbrando a ella.

Estábamos en mi oficina, ella en mis brazos. Estaba ordenando unos documentos, pero mi hija hacia que mi trabajo sea más lento.

—Enciende el televisor —habla mi hermano, VP. Lo hago.

>>El cinco.

Cuando pongo en ese canal, puedo ver a Lucía en medio de cámaras. Ella se encontraba algo mejor, pero sus ojos seguían igual de tristes.

—Va a dar un discurso —habla mi VP.

—Va vestida con los colores del club —afirmo al verlo.

—Bueno, escuchemos lo que tiene que decir.

Ella empieza a explicar cómo su programa ha ayudado a jóvenes de escasos recuerdos a tener acceso a la educación superior.

Y mira a la cámara.

—Lo lograremos, cada día estamos llegando a la meta. Poco a poco se han generado cambios que hacen nos acerquemos unos a otros.

>>Pronto lograremos cumplir ese gran objetivo y venceremos contra factores externos que han impedido llegar a donde queremos.

Lucía sonríe tal y como me sonreía a mí.

Lo entendía. Era un mensaje de ella.... Esto estaba por concluir.

Mía para protegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora