1. Trasfondos

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Habían pasado dos largos años, y los jóvenes estudiantes de la UA ya no eran unos niños. Empezaron a la academia de héroes con dieciséis años; ahora, con dieciocho y en su tercer año de aprendizaje, los retos eran cada vez mayores, pero siempre se exigían más y más, consiguiendo estar a la altura de las circunstancias: al menos, en cuanto a entrenamiento se refiere, pues quizás en otras facetas de la vida la suerte no era tanta.

Midoriya alcanza su teléfono y manifiesta una expresión de tristeza, pero también de desaprobación, en su rostro. Está inquieto, y no estar recibiendo lo que esperaba no calma sus nervios, sino más bien los aumenta. Nuevos retos se le vienen encima, y no sabe si está preparado para ello: de momento, parece que tendrá que valerse por sí mismo, solo, como en otras tantas ocasiones.

-¡Venga, vamos! Llegaremos tarde.

Una de las plumas de Hawks pincha su espalda y le empuja hacia delante. Después, nota como otra le hace cosquillas en la oreja.

-¡Oye! Ya voy, ya voy...

Midoriya se ríe y avanza. Hawks le mira serio, pero sonríe poco después.

Midoriya coge su equipaje y se dirige a la zona de embarque. En ese momento, escucha el sonido de su teléfono. Lo saca de su bolsillo rápidamente, y aunque cuando ve que es All Might quien le está llamando no se desanima en absoluto, no es lo que esperaba.

***

Pero mucho antes de eso, en el presente, y todavía aún más inexpertos, los jóvenes estudiantes realizan sus prácticas con los héroes profesionales. Midoriya, Bakugou y Todoroki, que pasan la mayoría de sus días siguiendo a Endeavor, han estado compartiendo mucho tiempo juntos, y podría decirse que, aunque no lo admitan, esto resulta una bendición para cada uno de ellos. Todoroki siente un gran aprecio por Midoriya, que en cada ocasión ha estado ahí para alentarle con sus palabras, y también se muestra un poco más cercano a Bakugou, con quien tiene más aspectos en común de los que hubiera imaginado; de todas formas, cierto grado de tensión se presenta de vez en cuando entre estos dos. Por otra parte, la relación, que aún no tiene ninguna etiqueta, de Midoriya y Bakugou, sigue en pie. Asimismo, Midoriya continua intentando tomar control de sus poderes, intentando hacerlos suyos, y Bakugou refuerza también sus habilidades día a día. Y en ese arduo proceso, su mutuo apoyo se mantiene también constante, más o menos...

-¡Cuántas veces te he dicho que te apartes de mi camino, basura!

Bakugou grita a Midoriya, que en este momento está ayudando a una anciana a cruzar la carretera. Midoriya deja cuidadosamente a la mujer al otro lado de la calle, y esta le aprieta una mejilla cariñosamente.

-¡Qué chico tan guapo! Soy afortunada de contar con la ayuda de estos jovencitos tan agraciados.

Midoriya sonríe, notando el calor en sus mejillas. Cuando se gira para mirar a Bakugou, se da cuenta de la expresión de este: como muchas otras veces, para nada amigable.

-¿Te atreves a adelantarte y además me ignoras? ¿ES QUE TENGO QUE HABLAR MÁS ALTO PARA QUE ME ENTIENDAS?

Midoriya le mira, incrédulo. El tono de voz de Bakugou es siempre tan alto, y está tan acostumbrado a escucharlo, que hay veces en que no se da cuenta de si le ha dicho algo cuando está concentrado en otra cosa. Es gracioso que una voz tan grave y profunda, acompañada normalmente de sonoras vociferaciones, pueda pasar desapercibida para alguien.

-Perdona, no te había escuchado, ¿me dijiste algo?

Se rasca la cabeza y aprieta un poco sus ojos, mostrando una tímida sonrisa: aún está avergonzado por el cumplido de antes.

Bakugou lo mira fijamente y la tensión de sus músculos faciales comienza a relajarse.

-Te dije que no te metas en medio. Interrumpes mi trabajo.

-Oh, ya veo. ¡Lo siento, pero esta vez fui más rápido!

La voz de Izuku suena muy dulce. Sabe lo competitivo que es Bakugou y sabe también que volverá a mirarle con enfado, pero al fin y al cabo, Bakugou siempre suelta chispas de una forma u otra: y a veces, no puede negarlo, no le disgusta en absoluto. Sin embargo, esta vez Bakugou no se inmuta. Parece que al ver el sonrosado rostro de Midoriya, más que exaltarse, se calma.

-Puede que por fin estés mejorando...

Izuku abre los ojos, un poco sorprendido. Es verdad que, desde que están juntos, ha recibido más cumplidos de Bakugou de los que se hubiera podido imaginar, pero eso es algo a lo que aún no se ha acostumbrado.

-Venga, vuelta al trabajo..."guapo".

Midoriya se vuelve a poner colorado, no sólo recordando el cumplido de la anciana, sino porque ahora es él quien se lo ha dicho a posta.

Bakugou se da la vuelta. Parece que sonríe, pero es difícil saberlo con certeza; quizás solo sea una mueca de fastidio.




-¿Dónde estabais? Habéis tardado mucho.

-Cállate, mitad-mitad, no tengo por qué responder a tus preguntas.

Todoroki alza una ceja mientras Bakugou toma asiento con sus pies apoyados encima de la mesa. Midoriya se sienta al lado de Shouta y se toma la molestia de contarle a su amigo la parada para ayudar a la anciana.

-Bien. De todas formas, al final yo tampoco fui capaz de alcanzarlo.-Señala con un movimiento de cabeza a su padre, que se acerca seguido de Hawks.

Al aproximarse a ellos, Endeavor y Hawks se quedan de pie. Los chicos esperan algún tipo de información o misión, pero solo contemplan cómo la mano de Hawks se apoya ligeramente en el hombro de Midoriya.

La llave que abrió la cerradura - KatsuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora