Mirame a los ojos

Sed

-Luffy apenas puedes moverte y vas a reabrir tus heridas, vuelve a la cama.

-Venga Law, sabes cuanto hace que no nos vemos, cuánto he añorado beber de tus labios.
-Para ser tan pequeño a veces hasta eres elocuente con tus palabras.

Luffy siguió besando el cuello del médico, mientras apoyaba sus manos en los reposabrazos de la silla para mantener el equilibrio. Law se dejaba hacer mientras seguía pensando en todo lo malo que podía haber pasado. Luffy se apartó y le miró enfadado.
-Deja ya de darle vueltas a todo, lo hice, lo hicimos. Doflamingo ya no podrá atormentarte más. ¿No puedes dejarte llevar por un momento?
Law miró al joven, sus mejillas sonrosadas, la respiración agitada, la pierna vendada que mantenía en el aire para no apoyarse. Sus heridas poco a poco curando. ¿Cómo podía rechazar al que por fin había acabado con sus pesadillas? El que había arriesgado su vida sin pedir nada a cambio para acabar con su sufrimiento. Se levantó de la silla, agarró al joven en brazos y lo depositó en la cama con cuidado.
-Tu has querido esto.
Luffy grito de alegría.

Law dejó caer la bata a un lado y se quitó la camiseta dejando ver su tatuado torso. Luffy se relamió los labios e intentó incorporarse para besar al mayor. Poniendo una mano sobre el pecho del joven Law le susurro.
-Tu estas herido así que nada de moverse.

El cirujano desnudó rápidamente a su paciente que solo llevaba una bata de hospital como única indumentaria, empezó besando poco a poco al joven, frente, mejillas, la comisura de sus labios, lamió su cuello hasta llegar a la clavícula. Siguió bajando deteniéndose un momento en cada pezón, la respiración de Luffy cada vez más agitada, su boca dejando escapar cortos gemidos. No tardó en llegar hasta la virilidad de este, erecta completamente hacía rato y sin más preámbulo se la metió en la boca de una tacada haciendo al joven soltar un grito de placer. Subía y bajaba sobre esta mientras sus dedos empezaban a jugar con el orificio de atrás del joven. Luffy agarró con fuerza el pelo de Law presionándolo contra su pene.
-No voy a aguantar mucho más si sigues este ritmo.
Law levantó la mirada aun con la polla en la boca y vio al joven con los ojos cerrados mordiéndose el labio. Succiono rápidamente hasta que el joven acabó en su boca entre gemidos. Trago la leche de este y se levantó para besarle. Apoyando la cabeza de este en su pecho dijo.
-Si quieres lo dejamos por hoy.
Luffy le miro enfadado.
-A no de eso nada, esto es solo el principio- y agarrándole el paquete continuó- no me has preparado el culo para nada, así que déjate de tonterías y sigue con lo que has empezado.

Law soltó una carcajada. Se volvieron a besar, como si hiciese años que no bebían de la boca del otro, sedientos de más dejando secas sus bocas, parando solo para coger pequeñas bocanadas de aire. Con cuidado Law levantó la pierna dañada del joven y penetró lentamente a este. Los gritos de Luffy se mezclaban entre el dolor de la pierna y el placer en cada estocada, pero no diría nada, no quería que Law parara. Y entre gemidos y gritos que ninguno de los dos se molestaba en disimular, continuaron su reencuentro, sin preocuparse por lo que el mañana les pudiera deparar.

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Una gota rodaba por la jarra, dentro de poco llegaría hasta la mesa hasta mojarla. El liquido era amarillo chillón y las rodajas de limón eran aplastadas por los cubitos de hielo. Si el son seguía pegando así de fuerte no tardarían en derretirse.

-Que calor, tengo una sed.- cogió la jarra y se sirvió un vaso de limonada-¿En que piensas?
-Nada importante. ¿Cómo te encuentras?- dijo mientras le daba un beso de bienvenida.
-Me sigue tirando la cicatriz del pecho, pero la rehabilitación está ayudando, dentro de poco volveré a ser el que era.
Marco le miró de arriba abajo, sabía que solo era un decir, Ace nunca volvería a ser el que era. En el hospital pudo ver las marcas de la tortura, algunas nunca desaparecerían, otras aunque lo hiciesen permanecerían grabadas a fuego en su mente. Intento hablarlo con él, pero su mirada se oscurecía de solo mencionar el tema, y decido no volver a preguntar.

-¿Como puede hacer tanto calor en esta época del año?- se quejó el joven.
-Date un baño en la piscina.
-Solo si me acompañas.
-Prefiero verte desde aquí.
-¿Estás seguro?- Ace le miró con picardía mientras se levantaba, dejaba caer su camiseta y andaba lentamente en boxers hacia la piscina a veces mirando hacia atrás por encima de su hombro.

El rubio suspiro, y decidió levantarse y seguir al joven. Desde que este había vuelto y sus sentimientos fueron confesados, seguir en su faceta de "hermano mayor/médico cuidador" no le encajaba. Entró en la piscina y agarrando al joven de la cintura le beso, su lengua enroscándose con la del joven, sus manos agarrando sus nalgas mientras presionaba cariñosamente. Desesperado y a la vez aliviado, nunca volvería a sentir esa sed, esa sensación de soledad, ahora podía beber de sus labios siempre que quisiera.

Por un momento estuvo apunto de parar, los remordimientos pasaron por su mente, ¿y si alguien les veía? Dejó de besarle, agito la cabeza, miró los ojos del azabache con ternura, y agarrándolo lo levantó en el agua, rodeó las piernas de este haciéndolas enredarse en su cadera y apoyándolo contra uno de los muros siguió besándolo mientras su virilidad rozaba contra la de este luchando por romper las telas que las mantenían aprisionadas. Volvió a mirarlo deleitándose de su cuerpo mojado, acarició con la yema de los dedos la cicatriz del pecho, esa herida que casi lo había separado de su lado. Dejando los pensamientos una vez más de lado se centró en el pelinegro, porque ya nada le importaba, solo se tiene una vida y él quería vivirla con Ace.

Nota del autor:

Con este capítulo concluyo la historia. Gracias a todos los que me hayan leído, y me disculpo por tardar tanto en acabarla. Puede que en un futuro añada algún extra con contenido +18 mayormente ya que me he quedado un poco con las ganas de darle más vida sexual a Marco y Ace o incluso cumplir alguna de las fantasías de Ace.

Gracias de nuevo por leerme! Cualquier pregunta, crítica, sugerencia es bienvenida!