Capítulo 1. Empieza desde el principio.

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Ahí se encontraba Mel, la chica que sobrevivió a sus pesadillas, al menos por ahora ya dos años.

Vestía sus vestimentas de Suspiro, rojas como la sangre, con una pequeña diadema dorada en su cabello, regalo de la princesa Zelda por haberle ayudado a Link en su travesía. Llevaba además un pequeño moño sobre su cabeza, rojo, para atar ya su largo y ondulado cabello castaño oscuro.

Ella suspiraba mirando ahora a la fuente de Latoan, lugar donde vio a su mejor amigo y confidente irse, no sin antes dejarle un mensaje en el agua.

¿Quién era ese extraño muchacho con una carta en la mano? ¿Será que a ella también le darán una?

-Qué raro – pensó en voz alta, la verdad todo eso de las profecías la tenían un poco harta, desde la Profecía del Sol hasta la profecía de que su compañero actual iba a casarse con Zelda.

Era la primera vez que se sentía así de rara, tal vez porque Link siempre ha sido su compañero y siempre estuvo ahí para ella, ¿Era hora de que ella estuviera ahí para él cuando tomara su decisión?

-Deja de pensar mucho las cosas, Mel – sonaba divertido aquel muchacho Hyliano, que vestía ahora una camisa holgada y pantalones con tonalidades verdosas - ¿Sigues pensando en lo que viste? – Interrumpió al verla mirando al agua.

Mel asintió un tanto ida en sus pensamientos, aunque le mostrara un poco de interés a su compañero, y decidió intentarlo, no era lo mismo, no sentía toda la chispa que alguna vez sintió con su anterior reencarnación.

-Tal vez deba rendirme – suspiró – Dejar de pelear contra mi mente

-Esa es la cosa más cierta que hayas dicho en mucho tiempo – se refería a la visión que ella le había contado en una de las noches anteriores, cuando repentinamente Link apareció detrás de ella para preguntarle qué tanto pensaba y por qué siempre iba a la fuente de Latoan por la hora mágica, la hora del crepúsculo - ¿Por qué usas tu ropa de Suspiro? – preguntó ahora desviando el tema un poco, para ayudarla a poner los pies en la tierra.

-Iré a la ciudadela – contestó – Padre me ha pedido que vaya por algunas cosas como ropa y tela que no hacemos aquí para la celebración de la princesa Zelda por su mayoría de edad.

-Cierto que ella ya está lista para asumir el trono de Hyrule

-Así es, en Ordon hacemos cosas especiales para celebrar a la familia real, será una fiesta grande y hermosa, de eso no lo dudo.

-Ya merecíamos celebrar en vez de lamentarnos, ¿Verdad?

-Así es, mi gran amigo, el todavía alcalde tiene las riendas del asunto – la chica hizo una pausa – Aunque todos sabemos quién es el siguiente en la línea.

-Sabes que yo no estoy hecho para dirigir una Villa – Negó con la cabeza – Soy más del tipo que le gusta hacer las cosas a punta de espadas.

-Lo sé – contestó – Pero la condición es, que te tienes que casar con Ilia para asumir la alcaldía.

-Todos sabemos que no amo a Ilia.

Mel desvió su vista hacia el agua de nuevo, y ambos sintieron un viento fuerte que movió los cabellos de ambos para luego reencontrar sus miradas en un instante.

-Ya, entonces... ¿A quién?

Aquel mostró una sonrisa y negó con la cabeza.

-Rayos, estoy enamorado de una ciega – hizo un puchero que a Mel le pareció adorable.

-No soy yo, me supongo – la chica comenzó a decaer, su vista se postró en sus propios pies – Sé que hay algo que ha impedido que nosotros estemos juntos.

ASM4SH FANFIC. La viajera de otro mundo IV. Los Forasteros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora