Capítulo 16. Acéptame.

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Mel fue la primera en abrir los ojos, seguida de Cloud, quien se estiró en su sitio, se miraron, ambos sonrojados por lo que habían experimentado recientemente, pero no necesitaban tantas palabras para expresar lo que sentían, al menos, no del todo.

Aquella comodidad que sólo con el otro podían tener se expresó a medida que se tomaron de las manos, y poco después, la rutina del doctor le dio una oportunidad al rubio de ir a ducharse, a cambiar un poco los ropajes que llevaba puestos, verla con normalidad después de lo que habían hecho la noche anterior no era una opción, las imágenes azotaban su mente como si fueran una película cruel en su cabeza, incluso más debido a que no tuvieron ni si quiera tiempo para entablar una conversación, que, si bien era cierto que ya se entendían con solo verse, se necesitaban para hablarse, entenderse mejor.

Él se sentía cada vez más diferente, como si ese pesado pasado oscuro poco a poco se hiciera pedazos al meditarlo en la ducha, mientras el agua caliente caía por su cuerpo.

Pensaba en las cosas más fríamente, como si su mente hubiera despertado de un letargo en el que se sumió luego de la muerte de Aerith. Como si poco a poco rompiera las cadenas en las que Sephiroth lo había encerrado.

Mel era la llave de su salvación; tal vez, tal vez no, pero quería creer en algo, creer en su corazón por primera vez después de muchos años, desde que perdió todo, la admiración por alguien, a su madre, a Aerith.

Cayó redondo en el plan de las diosas del mundo del Suspiro, la guía del Héroe, de rodillas ante aquella mujer que en esos mismos instantes era atendida por los doctores para revisar sus signos vitales, el avance de la energía mako en su sangre, en la capacidad de regeneración que esto le provocó a la castaña, en todo.

Cloud poco a poco se sentía con la capacidad de protegerla, y eso las Diosas lo pudieron sentir, si, ellas observaban todo desde las alturas, desde Hyrule, discutiendo el siguiente paso de su plan.

Era bien sabido por Mel que fue usada, y las Diosas nunca le desmintieron. Dark incluso se opuso a sus planes, recibiendo una maldición en respuesta. Las Diosas jugaban sus cartas con frialdad para preservar la luz de los mundos, no sólo del suyo.

Sabían de antemano que Cloud ya había detenido a un ángel caído, como es llamado en varios mundos, en otros les llaman Nephilhims, seres humanos con sangre de ángeles, o como quisieran llamarlos; él era, incluso, un humano con sangre de Jenovah, un "ángel" que destruiría la Tierra con Midgar como punto de partida, un "clon" de Sephiroth creado por el Dr. Hoyo. Cloud era el protector de Gaia en persona, la persona más poderosa del elenco por el momento, una pieza que se puede manipular a diferencia de Kirby, y, con la unión de la noche anterior, había consumado un sentimiento que era mutuo, convirtiéndolo automáticamente en el protector del suspiro de las Diosas y, por supuesto, en otro jodido peón.

De alguna manera, Cloud lo sabía; de hecho, se burlaba de sí mismo viéndose al espejo a medida que se ponía la ropa encima, unos pantalones negros algo holgados, con cinturones por todos lados, su jersey había cambiado en demasía, una camisa sin mangas con cuello largo y pegada a su cuerpo. Elección de los Hand.

Postró ambas manos con los guantes negros ya puestos, unos guantes diferentes a los normales, dejando a la vista sus dedos, sin retirar la vista de sus propios ojos en su reflejo.

-Has caído redondo, idiota – habló consigo mismo – La maldición pudo con los dos.

-¿Estás seguro que fue sólo la maldición? – oyó detrás de él una voz muy conocida, dulce, encantadora, juguetona. Observó por el espejo parpadeando varias veces sin poder creerlo.

-¿Aerith? – preguntó abriendo la boca de golpe, volteó detrás de sí, pero Aerith no le dejó verla, aquella postró su espalda contra la suya y llevó ambas manos hacia el frente, juguetona.

ASM4SH FANFIC. La viajera de otro mundo IV. Los Forasteros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora