Capítulo 7. Un origen incierto.

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Cloud abrió los ojos primero esta vez y observó a su alrededor para encontrarse con una Mel que descansaba cruzada de brazos cerca de la fogata, aquella aún seguía tibia.

Parpadeó un par de veces para luego estirarse y bostezar un poco, se levantó, se sacudió y el sonido de su palma golpear su túnica negra hizo que la chica despertara.

-Buenos días – saludó la castaña sin mirarlo, sacando una botella que el médico le había otorgado una noche atrás para beber un sorbo. Hizo una mueca por el sabor, cerró la botella y volvió a guardarla en su alforja.

-Buenos días – contestó el rubio para verla beber - ¿Qué es eso?

-Antibiótico – sacó la lengua en disgusto – Debo ir a ver al médico.

Cloud se dirigió a ella y acercó los dedos hacia la gasa que ella traía pegada en su mejilla derecha.

-¿Todavía duele?

Mel negó con la cabeza, confundida por la repentina cercanía del varón, la muchacha parpadeó varias veces intentando procesar la distancia de varios centímetros entre sus caras, sonrojándose e intentando abrir la boca para contestar, sin éxito.

¿Por qué el tremendo cambio? Se preguntó en pensamientos ¿Qué había visto él en ella para ahora tratarla con cuidado y preocuparse por ella?

-Algo sabes – apenas soltó la muchacha, haciéndolo evitar tocarla con las yemas de sus dedos – Algo te dijo el oráculo.

-No sé de qué estás hablando.

-Es bastante obvio que sí sabes – entrecerró los ojos hacia él, aquel se había hincado frente a ella para poder acercarse, pero decidió guardar silencio después de que ella insistiera – Cloud, tienes que decirme qué es lo que sabes – ella llevó las manos hacia las mejillas de su contrario – Toda mi vida me han mentido – empezó – Tienes que decirme.

-No me dijo nada esa cosa – terminó – Tranquila.

Mel entristeció, sus ojos perdieron brillo, las consecuencias de todo lo que estaba viviendo, desde la visión en el agua, hasta que las Diosas la trajeran casi por la fuerza a ese torneo, conocerlo, que él rechazara a alguien más para que ella pudiera estar con él, que Dark no estuviera, que el oráculo no escuchara a su corazón, las repentinas visiones de su primer amor sobre el Link actual, todo eso junto, hacía que su mente entrara en confusión.

Eran demasiadas coincidencias, como si alguien los orillara a los dos a estar juntos, desde sus cabezas hasta sus cuerpos y su entorno.

-Espero que no me estés mintiendo – insistió, pero él negó con la cabeza.

-Suéltame

Se alejó de ella y volvió a hablar.

-Te veo en la mansión Hand – hizo una pausa – me iré adelantando.

La poca preocupación que había nacido de él volvió a ser enterrada en lo más profundo de su corazón mientras Mel lo veía partir. Aquella se abrazó a sí misma, sintiéndose más sola que nunca.

No tenía idea de quién era, ni lo que el oráculo le había dicho al rubio, ni de las cosas que estaban por venir, la chica observó sus manos por varios segundos y su vista se negreció, la piel se tornó oscura, tanto que el miedo la tomó por sorpresa, soltó un chillido grande mientras intentaba hacer que la oscuridad no alcanzara más allá de sus brazos sin éxito.

"Tus pesadillas cobrarán vida" oyó en su mente mientras chillaba varios "No" por lo bajo.

Se levantó de donde se hallaba de un salto intentando quitarse las manchas que tomaban su piel, el miedo la recorrió de pies a cabeza, ella misma caminó hacia atrás y estampó la espalda en un tronco frondoso.

ASM4SH FANFIC. La viajera de otro mundo IV. Los Forasteros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora