Capítulo 17. Nightmare.

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Un mayordomo intercedió en la escena, y guio en silencio a Cloud por los pasillos del castillo, la castaña seguía en un extraño letargo, producto de las nuevas sensaciones que ella sentía. Un mar de dolor en el que luchaba con todas sus fuerzas quedarse estable.

Cloud llegó a sus propias conclusiones en silencio. El mako reaccionaba diferente en cada sistema. Recordó a Zack, que, durante el experimento del Dr. Hoyo, no recibió tantas repercusiones en su organismo e incluso, pudo cargar con él durante su travesía desde la mansión de ShinRa, hasta Midgar.

Zack era el verdadero héroe, quien cuidó de él, una simple copia de Sephiroth, creado por esa abominación de padre y doctor.

La mirada de Cloud entristecía.

¿Pedirme perdón a mí? – Pensó – Si el que debía pedirte perdón soy yo.

El silencio reinaba, y uno que otro quejido de Mel sonaba en repentinas ocasiones, poniendo a Cloud en alerta máxima varias veces. El mayordomo sólo se limitaba a oraciones cortas "Por aquí" y "hay que subir". Alejándose de todo y de todos. Aunque la calma prevaleciera entre ellos dos, Link y Zelda se quedaron pensativos.

-Posiblemente ella no regrese – Link miraba al suelo, con tristeza

-Mel... significa mucho para ti, ¿Verdad? – Zelda intentaba tranquilizarlo poco a poco, mostrándose interesada en lo que él tenía que decir al respecto, aunque ya aquel castaño la hubiese aceptado como posible compañera, Link aún tenía muy presente a Mel en su mente.

-Mel... - Link murmuró – Sí, lo es – dijo finalmente con una sonrisa rota, la mirada que mantenía era sombría. Él sufría ahora lo que era perder un ser querido, otra vez, recluyéndose solo en la oscuridad de su corazón, para evitar sufrir. Primero su familia, luego Midna y al final, Mel.

-Ya veo...

-Ella fue, como la persona que más admiré de todo el mundo al que pude conocer – concretó el Hyliano tomando la mano de Zelda, mirándola con tristeza – Ella no sabía nada de su pasado, cuando la conocí. Y aún así, de alguna manera ella sabía que era doloroso todo lo que el tiempo se había llevado, que por ello era mejor no recordarlo.

Zelda sintió un pinchazo en su corazón.

-Luego, Diosas – el joven suspiró – Su fortaleza y su alegría iluminaron mi mundo, No podía dejar de admirarla, aunque ella se sentía sola, que no pertenecía a ningún lado, como yo. Quería que ella supiera que estaba yo ahí para ayudarla, para protegerla.

Zelda se entristecía más y más, sintiendo el dolor del héroe que apretaba su agarre con fuerza.

-Pero fallé – escupió – Ella nunca pudo aceptarme porque su pasado no la dejaba, porque tenía miedo de perderme de nuevo y – cerró los ojos – De alguna manera, yo también tenía miedo de que esa profecía se cumpliera, de que ella me dejaría como todos los demás.

-Pero... Link – Zelda le miró con una determinación que nadie había visto jamás, haciendo al hyliano sentirse honrado – Yo no te voy a dejar.

El sonrojo del joven fue notorio, la sorpresa lo invadió en demasía. Luego, mostró una sonrisa de alivio, una sonrisa que atrapó a Zelda y la hizo ruborizarse también.

-De alguna manera, lo sé – declaró el héroe – De alguna manera, me das esa paz que nunca pude encontrar en nadie más, Zelda.

Ya la llamaba Zelda a secas, haciendo a la princesa sentirse cómoda en demasía, llevaron las puntas de sus narices a encontrarse y se acariciaron en una especie de beso, en el cual, sólo acariciaban la nariz del otro con la suya propia.

ASM4SH FANFIC. La viajera de otro mundo IV. Los Forasteros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora