Capítulo 12. La flecha del destino.

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Los rayos del sol cayeron por toda el área, haciendo a Mel apenas abrir los ojos. Casi obligándola, se acomodó en el sitio donde se hallaba acostada, sin prestarle mucha atención al movimiento del pecho por una respiración tranquila debajo de sus mejillas, cuando cayó en la cuenta, parpadeó un par de veces sintiendo de golpe una enorme jaqueca.

Se quejó murmurando cosas sin sentido, tal acción hizo al rubio despertar y observar las nubes que pintaban el cielo apenas siendo iluminado por el sol de la mañana. El chico se movió de tal manera en que pudo sentarse, aún manteniendo la cabeza de Mel sobre su pecho.

La muchacha apenas y articulaba palabra en medio de sus quejas.

-¿Resaca? – preguntó el rubio posando una de sus manos sin enguantar sobre la frente de la castaña. Fue ahí que la chica parpadeó de nuevo y se alejó de él postrando las manos sobre el pecho contrario. Tragó saliva fuertemente aún con el sabor de la bebida de la noche anterior sobre su lengua.

-S-sí – apenas balbuceó para sentir otra oleada de dolor que invadió todo su cerebro, forzándola a parar de hablar y volver apegar la cabeza sobre el pecho del Strife – Dime que no hice nada loco – murmuró apenas.

El joven rubio miró la cabeza de Mel para luego comenzar a reír negando con la cabeza.

-Era en serio que no sabes beber – sus risitas hicieron temblar a la castaña en su sitio. ¿Desde cuándo él podría reír tan libremente con ella a su alrededor? Se preguntó aquella en lo poco que su mente le dejaba carburar. Usualmente en una jaqueca las risas de las personas a tu alrededor te ocasionan un odio intenso, pero, algo en la risa de él hacía a Mel tomar el efecto contrario, haciéndola suspirar en el proceso – No fuiste tú la que hizo la locura – se sinceró llevando su vista a su alrededor, Cloud mantenía un temple tranquilo, observando a su alrededor con cierta melancolía. Se perdió en sus pensamientos de la noche anterior y se relamió los labios sin que ella se diera cuenta, la sensación prevalecía, suave, sumisa ante sus labios, y con algo de sabor a alcohol.

-¿Eh?

-Nada, es hora de regresar al castillo.

-Me duele mucho la cabeza – volvió a quejarse – Podemos... ¿Puedo quedarme un rato así?

El chico parpadeó un par de veces, despegándose de sus pensamientos de pronto para asentir hacia ella.

El silencio los acompañó, a medida que el rubio sólo podía ver la cabeza de una Mel que volvió a cerrar los ojos y se dispuso a descansar posando la mejilla derecha sobre el pecho del Strife.

Cloud llevó las manos hacia la cintura de Mel y se dejó caer despacio al césped una vez más. La calidez de ella le invadió por completo, ocasionando un suspiro en él.

Mataría por mantener esa sensación tan placentera que tenía en el pecho, tragó saliva a medida que llevaba las yemas de sus dedos por encima de la ropa de una Mel que apenas y tenía sentido de orientación.

Se detuvo justo como lo había hecho la noche anterior, se mordió el labio inferior y dejó que sus manos cayeran a sus costados. Con la simple respiración podía hacer que el cuerpo de Mel se levantara un poco y luego bajara.

Cloud cerró los ojos otro momento, para evitar verla y concentrarse en lo que venía. Sus pensamientos rápidamente se enfocaron en la sombra de anoche, y que seguramente los esperaba de regreso al castillo, ya iban tarde, por lo que ya estarían los segundos encuentros hasta el atardecer, donde les dirían quienes serían sus siguientes contrincantes.

Los ojos del rubio se paseaban en las nubes con la premisa de que la dejaría descansar algunos minutos más en lo que tomaba fuerza de voluntad para poder pararse con ella en brazos.

ASM4SH FANFIC. La viajera de otro mundo IV. Los Forasteros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora