Capítulo VI. Dolor, de nuevo, dolor

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Capítulo VI. Dolor, de nuevo, dolor
—te presento a mi pareja. Su nombre es Takano Masamune. Nos conocemos desde algunos días, y déjame decirte que es un gran tipo. Llevamos algunos meses saliendo—respondió el castaño dirigiéndose al peli azul—. Masamune, él es mi mejor amigo, Yokozawa Takafumi. Por cierto, Takafumi, me gustaría que recogieras tus cosas de mi casa. Masamune se va a ir a vivir a mi casa, y sinceramente, me incomodaría un poco que tú estés ahí—respondió con la mirada seria.
—¿cómo? Pero, si tú me dijiste que me fuera a vivir contigo. ¿Cómo es que ahora me dices que me vaya?
—lo siento, Takafumi. Pero no puedo ser tu niñero toda tu vida. También necesitas hacer tu vida. Yo no estaré toda la vida a tu lado para protegerte. Es mejor que tomemos un poco de distancia. Es lo mejor para los dos—respondió sin dejar de estar serio.
—de acuerdo, lo haré. Siento haberte causado tantos problemas. Nos vemos después. Adiós—se despidió rápidamente de su amigo y se alejó tan rápido como se lo permitían sus piernas. Después de eso, fue directamente hasta la casa del mayor y tomó todas sus pertenencias, salió y caminó hasta su antigua casa.
Al llegar de nuevo a su casa, subió a su habitación y se aventó a la cama. En ese momento no tenía ganas de pensar en nada. Lo único que quería hacer era morir.
—lo siento mucho, Zen. Lo único que me impulsaba a seguir con mi vida era tu amor. Ahora me doy cuenta que yo era el único que estaba enamorado. Espero que puedas ser muy feliz con ese tal Takano. Yo ya me cansé de seguir viviendo—dijo esas palabras con todo el dolor de su corazón y se reincorporó de la cama para tomar algo que tenía muy bien guardado en la bolsa de su pantalón, era una navaja. Escribió una nota y la dejo sobre su mesita de noche. Se sentó a la orilla de la cama y colocó la navaja sobre su muñeca izquierda. El filo rozó ligeramente con su piel e hizo un pequeño corte. Al sentir como esta le provocó un ligero dolor, la alejo de su muñeca.
—no, no puedo. No puedo hacer algo como eso. Aún no quiero morir —se arrepintió de lo que iba a hacer y dejó el objeto filoso a un lado.
—oye…

Una vida sin amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora