Capítulo VIII

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Caminaban de nuevo por los pasillos con sus armas en mano, iluminando el camino. No los veían, pero sabían que los mutantes los seguían y observaban de alguna parte.

Llegaron a una intersección en cruz. Giraron a la izquierda, siguiendo la ruta que les llevaría a la oficina de tarjetas.

Por ese pasillo se veían más raíces que por los otros. Sobre todo, una enorme raíz gruesa que recorría el camino por el suelo. Martínez notó que, a diferencia de las demás raíces, ésta se movía. Levemente, pero, era notable su movimiento.

Intentó ignorarlo ya que mucho de lo que ocurre ahí abajo no tiene una explicación lógica.

Probablemente haya plantas carnívoras, pensaba. Hasta donde ellos sabían, todo en ese laboratorio era carnívoro y peligroso.

Llegaron a un par de puertas de acceso, apenas abierta, que guiaba un camino más rápido hacia la oficina, pero estaba cubierta por raíces que dañaron el mecanismo. Dust tocó las raíces, las vio de cerca y luego miró entre el espacio abierto para ver qué había del otro lado. Le dijo a Martínez que la ayudara a intentar abrirlas. Ambos pusieron sus armas junto a la pared e intentaron abrir cada uno una puerta.

No sirvió de nada. Las puertas ni se movieron. Estaban muy atascadas con las raíces.

— ¿Y ahora qué? — preguntó Martínez mirando a Dust y luego volteando a mirar las puertas.

— Hay que buscar otro camino. — respondió Dust, mirando las raíces de arriba a abajo. Tomó su arma, camino lento hacia atrás, viendo las raíces. — Vamos. — dio la vuelta y caminó de regreso por el pasillo.

Martínez tomó su arma y la siguió.

Dust encendía su mapa, pero éste solo mostraba estática.

Volvieron a la intersección en cruz y giraron de nuevo a la izquierda. Caminaron hasta llegar a una zona más amplia que llevaba a diferentes lugares. En un muro había un panel digital que mostraba el mapa del lugar; lo miró y observó los mejores caminos hasta el lugar.

El camino derecho llevaba a una sala de descontaminación. El camino del centro los llevaría a otra serie de caminos diferentes. Y el camino izquierdo los llevaría a la oficina de tarjetas.

— Es por acá, sígueme. — quitó el panel del muro y fueron por el camino izquierdo. Al menos ya no caminaría a ciegas, pensó.

Martínez notó que la misma raíz gruesa estaba desde el camino izquierdo y seguía hasta el camino central.

— Jean, ¿qué crees que sea eso? — Dust volteó a mirar.

— Una raíz. Hay muchas por acá.

— Sí, pero, no notas algo raro en esa raíz.

— ¿Cómo qué?

— Como que es más grande que las demás y que además se mueve.

— ¿Cómo que se mueve?

— No bromeo. Se mueve, en serio. —

Dust volteó a ver la raíz y ésta se movía más que cuando Martínez la vio en el pasillo.

— ¿Qué es...? — se agachó y la miró más de cerca. — Dame luz. — Martínez iluminó y la raíz se movía cada vez más.

Un bulto pasó a través de la raíz. Dust se apartó rápido.

— Yo no sé mucho de raíces, pero estoy seguro de que eso no es normal. —

Dust vio que el bulto seguía a través de la raíz por todo el camino.

El Origen de los MutantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora