Capítulo Seis

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Samuel rodeo el cuerpo de ella con sus manos, intentando intensificar el beso, pero Andrea besaba torpemente, era como si no supiera besar, eso en lugar de molestarlo le encantó más, con determinación colocó su mano en la parte baja de su espalda, pegándola más a su cuerpo.

Andrea – ¡no! –Se separó del beso asustada– por dios, esto... –observó a Samuel apenada, estaba a punto de salir corriendo–

Samuel – ¿no te gustó? –preguntó desconcertado–

Andrea – sí... –dijo en un hilo de voz– pero esto –suspiró–

Samuel – Andrea, no sé qué me pasó –comentó observándola, estaba toda sonrojada– yo... –no sabía que decir– actúe por impulso–

Andrea – yo ¿te gusto? –Preguntó con miedo–

Samuel – yo solo quise hacer esto para tener un lugar decente donde charlar –Andrea sonrió con cierta desilusión, esperando a lo mejor una declaración de amor–

Andrea – es muy lindo –suspiró pasando a su lado y caminando por el lugar– aunque creo que con un par de bancas hubiera sido suficiente

Samuel – sabes que la mejor parte de mi día es cuando vengo aquí –comentó inseguro de que lo que decía era lo correcto–

Andrea – es muy agobiante ser Samuel Gallardo –se giró dándole una ligera sonrisa–

Samuel – creo que eso es lo importante de este lugar –ella frunció el ceño sin entender a que se refería– que aquí me olvido que soy Samuel Gallardo –Andrea sonrió ante su comentario–

Andrea – ¿tanto te pesa tú nombre? –el suspiró, le dio una sonrisa cargada de nostalgia y camino hacía la mesa que había colocado–

Samuel – me dijiste que te fascinaba la lasaña –Andrea asintió observándolo, una vez más había esquivado su pregunta–

Andrea – sí, de hecho es mi comida favorita –sonrió al observarla– mi madre siempre me la prepara el día de mi cumpleaños

Samuel – bueno pues no será necesario que te hagas un año más vieja –comentó con una sonrisa, ella también sonrió– hoy comeremos, lasaña y de postre mi favorito –Andrea lo observó–

Andrea – ¡pastel! –comentó observándolo, Samuel negó, le sirvió un poco de lasaña–

Samuel – Anda toma asiento, que no todos los días tendrás el gusto que yo te sirva

Andrea – lo sé, si lo cuento no me lo creen –él la observó con cierta seriedad– ey tranquilo, este es nuestro secreto –comentó con esas sonrisa que a él le estaba empezando a parecer fantástica–

Samuel – ¿Qué haces? –La observó con el ceño fruncido mientras Andrea veía algo en su celular–

Andrea – buscando si el tiramisú es un pastel –de nuevo el dibujo una sonrisa–

Samuel – es un postre italiano, no puedo creer que ames la lasaña y no conozcas el tiramisú –Andrea le dio una vez más una sonrisa–

Andrea – eso es culpa de Arturo y Flavio –Samuel frunció el ceño, sintiendo ciertos celos, por la forma en la que Andrea se había referido a ellos–

Samuel – ¿Quiénes son ellos?

Andrea – son como mis hermanos, ellos vivieron en la vecindad también, desde muy pequeños siempre andábamos los tres juntos, mi infancia fue linda

Samuel – a pesar de las carencias –Andrea asintió–

Andrea – no todo en esta vida es dinero, hay cosas importantes que valen más que ello, no te voy a decir que si en ocasiones fue difícil ver a mi madre sufrir por dinero, pero también fue muy padre cuando me compraba algo rico o me hacía mi comida favorita, el mejor día de mi vida fue cuando fui por primera vez a six flags –Samuel sonrió–

Estafa de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora