Capítulo nueve

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En cuanto llegaron Sofía bajó desilusionada, en estos momentos hasta respirar dolía, Irina le hizo una seña a Flavio para que la siguiera, en cuanto entraron a la sala de la mansión de Sofía, él miraba todo sorprendido, esa mujer se podría en dinero, fue lo primero que pudo deducir.

Sofía – ya es tarde –Irina asintió– lo mejor sería que se quedarán, mis padres no están y nadie los va a incomodar –Flavio intentó decir algo pero Irina lo interrumpió–

Irina – tienes razón –observó a Flavio– es muy tarde, para que te vayas –le dio una ligera mirada a Sofía– yo no pensaba irme

Sofía – ey tranquila, estaré bien, te juró que no haré nada que me ponga en riesgo, ahora muero de sueño, Irina conoces la casa, por favor dale a Flavio lo que necesite

Irina – si claro, tú ¿estás bien? –Preguntó con miedo–

Sofía – lo estaré, Flavio gracias por la ayuda, y por traernos

Flavio – no tienes nada que agradecer, y Sofía –ella lo miró– ese tipo es un idiota, te mereces a alguien mejor

Sofía – es difícil darte cuenta de eso, a un par de semanas para casarte pero creo que tienes razón, ahora si lo dejos, necesito estar sola

Irina – cualquier cosa, que necesites aquí vamos a estar –Sofía asintió, con desgana quitó sus zapatillas, las tomó del suelo y subió una a una las escaleras–

Flavio observaba a Irina mientras esta miraba como Sofía subía lentamente las escaleras, se sentía sorprendido por estar ahí con ella, después que la cita que habían tenido se convirtió en un fiasco.

Irina – ¿quieres que te indique cuál será tú habitación? –guardó silencio pensando– o prefieres, que salgamos al jardín y platicar un poco –él sonrió–

Flavio – te dije que otra cita no era una buena opción

Irina – sin embargo el destino –le dio una ligera sonrisa– piensa diferente –pasó delante de él–

Flavio – pretendes que te siga –la observó caminar delante de él–

Irina – solo, si estás listo para una cita diferente –él sonrío negando, esa mujer le gustaba no podía negarlo–

Flavio – estoy impresionado con esta mansión

Irina – los padres de Sofi tienen muy buen gusto

Flavio – y más dinero que vida –ella negó sonriendo–

Irina – su padre es director del banco de México –chiflo al escucharla–

Flavio – y el idiota ese de seguro estaba por ella por interés

Irina – espero que no, realmente Sofi vale por lo que es, no por lo que tiene –se paró delante de la piscina– como que hace calor

Flavio –tragó saliva al ver como Irina se deshacía de su vestido– ¿pretendes que a esta hora nademos? –Preguntó nervioso– pensé que solo querías hablar

Irina – de verdad crees, que solo quiero hablar –se colocó frente a él, pudo darse cuenta de lo que provocaba en él, guío sus manos hacía su pecho, lo acarició lentamente, se acercó un poco más, se levantó en puntillas, para rozar sus labios con los de él, él sonrió maravillado al sentir la suavidad de sus labios, ella coló sus manos por su cuello hasta enredar sus dedos en sus rizos, el rodeo con su mano su cintura para profundizar el beso, Irina sintió como Flavio la apretaba hacía su cuerpo, mientras el sentía la suavidad de sus dedos en sus rizos, poco a poco iban subiendo de intensidad, parecía que la ansiedad por sentirse era enorme, se devoraban con desesperación mientras se quedaban sin aíre–

Estafa de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora