Capítulo veintiséis

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#### - señorita la niña... -no la dejó de terminar de hablar inmediatamente corrió al lado de su hija-

Irina – mi amor –la observó demasiado colorada-

Yami – te-nn-go friiii o –titiritaba, Irina se acercó a ella con un edredón, pero Flavio la detuvo-

Flavio – no es lo adecuado –se acercó a la pequeña- mi amor, ¿te sientes muy mal? –La niña asintió- debemos bajarle la fiebre

Irina – ya lo sé idiota –intentó quitársela-

Flavio - ¿ha tomado algún medicamento? –Irina asintió-

Irina – sí el pediatra me receto para la fiebre pero es obvio que no le ha hecho reacción

Flavio – prepare la tina –miro a la muchacha-

Irina – estás loco

Flavio – Soledad decía que era más fácil curar una neumonía a una meningitis –Irina lo observó preocupada-

Irina – Flavio pero la niña tiene frío

Flavio – lo sé, pero necesitamos bajarle la fiebre y después la llevamos al pediatra

Irina – Flavio –lo tomó del brazo-

Flavio – por favor confía en mí, te juró que esto ha servido mucho para Arturito y Said

Irina – está bien –observó cómo Flavio tomaba a la pequeña en sus brazos-

Yami – tengo frio –observó a su padre con miedo-

Flavio – mi amor confía en mí –la niña intentó dibujar una sonrisa- nunca haré nada que pueda lastimarte

Irina – Flavio y si mejor la llevamos al médico –entró con preocupación-

Flavio – claro que la vamos a llevar, pero debemos bajarle antes la temperatura –con mucho cuidado colocaba a la pequeña a la tina, mientras esta lloraba al sentir la frialdad del agua en su cuerpo-

Irina – mi amor

Yami - ¡está muy fría! –Se aferraba a Flavio-

Flavio – princesa te juró que con esto poco a poco te sentirás mejor –y sin importarle que el terminara empapado metía lentamente a la pequeña al agua, Irina lo observaba con preocupación-

Poco a poco a la pequeña se le fue bajando la fiebre, Irina hablaba con el medico mientras Flavio, le contaba un historia emocionado, le hacia las voces, buscaba muñecas para darle vida a todos esos personajes que solo vivían en su imaginación, Yamileth se encontraba tan emocionada y entretenida que nadie podía creer que unos minutos antes estaba ardiendo en temperatura y con el ánimo por los suelos.

Irina – el pediatra dice que le tomemos nuevamente la temperatura –entró a la habitación-

Yami – ya me siento bien mami –se acercó a su hija, le tocó el rostro con ternura-

Irina - ¿segura? –La niña asintió, e Irina le tomó la temperatura-

Flavio - ¿le bajó la fiebre? –Irina asintió- ahora ¿quieres que la llevemos al pediatra?

Irina – no es necesario, ya me dio las indicaciones y me dijo que solo la lleve si le vuelve a subir la temperatura –lo observó- en esta casa debe haber ropa de Samuel o mi padre

Flavio – no es necesario tranquila

Irina – claro que sí lo es, no quiero que al rato el enfermo sea tú, y cómo le aviso a Andrea que venga por ti

Estafa de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora