◇I. ᴇᴅᴡᴀʀᴅ ᴡɪʟsᴏɴ

69 0 0
                                    

Finalmente las clases concluyeron, y finalmente podía devolver a su sitio mis materiales de estudio para retirarme de ese asfixiante lugar. Las clases de historia fueron entretenidas, claro, luego de ese discurso o "educación" característica del principio, aunque ya era parte de mi rutina escolar y diaria escuchar siempre las mismas oraciones embelasadas: "Los ahomo hicieron algo grande por nosotros; los ahomo, los magníficos seres de este nuevo mundo; cuidemos a nuestros compañeros y a nuestra amada Destiny"... Siempre lo mismo, en cada clase y en cada rincón de esta nave deben hacer mención de esos monstruos.

—Oye, señor electrón. —Claro, los carismáticos y ocurrentes sobrenombres de mi amiga de la infancia eran la fresa reluciente y prestigiosa de este postre de día, sin mencionar la colleja recibida con uno de mis libros de su parte, por más que este pareciese uno de cuentos para niños  que de geografía, emití un quejido igual.

—...Preferiría "Señor despectivo", fue el más original de esta semana...

Ella, refunfuñando, puso los ojos en blanco, ladeando la cabeza.

—¡Ya! Apresúrate o serás el único en la escuela con la señora Jones...

—Al menos sus charlas sobre los cenotes de Yucatán están más interesantes...

Podía ya percibir las contracciones del rostro de Kelly y sus mohines tan infantiles, tan particulares en ella desde niños; estaba claro que ya no me soportaba, así que se retiró de mi lado. Fue innevitable soltar una risa burlona ante sus actitudes, aunque obvios estaban mis impulsivos deseos de abandonar ese lugar y regresar a mi casa, o mejor dicho, a mi mansión de niño malcriado, adinerado, egocéntrico, insolente y ya no recuerdo qué otros adjetivos calificativos más son los que nos suelen etiquetar los de clase baja, inclusive los de mi entorno lo hacen, pero el favorito para eso soy yo, casualmente; ya podría de recibirme como "The Edward wall plus" disponible en el Instuto Privado Williams II de los Estados Unidos. Pero dejando mis alias y prodigios de lado, debía apresurarme y encontrar a Kelly, si es que su drama aún seguía en emisión y no se retiró sin antes avisarme.

—Excuse-moi princesse, no quería herir sus sentimientos...—continué burlándome una vez llegué a su lado.

—¡Aveces eres tan irritante Edward Wilson! —espetó muy enojada.

—Y tú tan inmadura.

—¡No soy inmadura! —destacó parándose frente mío, y para su infortunio, su tez blanca la había traicionado, delatando el rubor de sus pómulos, sabía que tenía razón y por eso se había sonrojado, y es que decirle eso o tratarla como niña pequeña era sacarla de quicio total.

—Disculpa, ¿podrías moverte? No estoy interesado en discutir con un tomate.

Mis burlas mañosas continuaban, al igual que las quejas e insultos de ella. De algo había que ser felíz ¿no? Ya sea tomando de tonto al tonto u haciendo otra actividad.

—¡Eres un...—La frase había sido cortada cuando escuchamos unos lamentos y golpes por detrás.

Era un chico, aproximadamente de mi edad o un poco menos, de estatura pequeña y siendo marcado como la mayoría de los estudiantes de la escuela, incluyéndome, pero en su caso era con abuso físico.

El bullying ya se hizo parte de la educación integral de los estudiantes en el instituto, y según mis investigaciones ya prevaleció entre el ser humano desde antes de nuestro viaje espacial. El rechazo es algo neutral y debería de ser tomado así, puesto que nunca seremos aceptados completamente, habrán quienes nos agreguen y otros que nos repelen... Pero la violencia es innecesaria, ¿por qué debemos ser amedrantados y magullados sólo por ser diferentes? Y también por pensar diferente.

AhomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora