| 25 |

11.9K 1.2K 233
                                    

Draco apareció de nuevo en la Sala Común Gryffindor, en las habitaciones de los chicos.

Salió de ahí de prisa, sigilosamente, hasta que llegó al lugar de encuentro de él y Harry.

Quedaban escasos minutos para que dieran y media, por lo que Draco decidió esperar allí, sin la capa puesta.

Iba pasando los minutos, pero Harry no venía.

"Llegará en cualquier momento. Solo se está retrasando"

Pensaba para él mismo, intentando autoconvenciendose de que Harry no le había dejado plantado.

Iba pasando los minutos, e incluso las horas, pero el Gryffindor seguía sin venir.

El Slytherin no tenía ninguna duda de que le había dejado plantado.
Era la primera vez que le pasaba, y por supuesto iba a ser la última.

Por tanto, se levantó y decidió buscar al chico.

Era frustrante que de los pocos alumnos que habían, no había visto a Harry; pero de repente encontró a alguien saliendo del castillo.

- ¡Harry! ¡Por Salazar!, ¿dónde estabas? - se acercó al chico.

- ¡DRACO! ¡DRACO, ¿DÓNDE ESTÁS?! - el azabache buscaba al rubio.

- Harry, estoy aquí.- y al tocarlo, le traspasó la mano.

Era como si Draco fuera un fantasma que no podía tocar a seres vivos.
Ni siquiera a Harry, y eso era lo que más le dolía.

- ¡DRACO! - el chico le seguía llamando.

- Harry... - dijo con un hilo de voz - Harry, estoy justo aquí.

- ¡POR MERLÍN, DRACO, RESPONDE SI ME ESCUCHAS! - dijo desesperadamente, como si hubiera estado un buen rato buscándolo.

- ¡HARRY, ESTOY AQUÍ, JODER! - dijo rompiendo a llorar - Estoy... estoy aquí mismo. - intentaba controlarse.

Pero de repente, se desvaneció y apareció en un recuerdo.

- ¿Cómo que eres gay? - preguntó Lucius, incrédulo - No, no, no pienso que estés mancillando el nombre de nuestra familia de esa forma.

- Lucius, cariño, ¿qué pasa? - Narcissa venía desde la cocina, habiendo escuchado a su marido.

- Pasa que nuestro hijo es maricón. - recalcó la última palabra con desprecio.

- Draco, ¿es eso cierto? - preguntó su madre, y el chico se quedó callado.

- ¡HABLA! ¡VAMOS, DÍSELO! - exclamó su padre, como si le acabara de insultar su propio hijo - ERES UN MALDITO AFEMINADO.

- ¡No soy un afeminado! - dijo Draco en voz alta, y recibió un golpe de su padre.

- Eres una vergüenza para la familia. No mereces llevar el anillo de los Malfoy. - dijo su padre, furioso, arrebatándole el plateado anillo que tenía en uno de sus dedos.

Acto seguido, apareció en el lugar donde él y Harry solían quedar.

El Gryffindor estaba mirando al horizonte, apoyado en el gran árbol que había.

- ¿Problemas familiares? - preguntó el castaño, haciendo que el rubio se quedara en silencio, hasta que volvió a hablar - ¿Sabes? Creo que deberías de parar con esto.

- ¿A-a qué te refieres? - dijo mirando al castaño, con lágrimas en los ojos.

- El giratiempo. - contestó - Llevas días sin quitártelo. - el Slytherin se mantuvo callado, para que el azabache continuara - Oh, vamos, ¿de verdad tienes que viajar en el tiempo para arreglar tus errores en vez de arreglarlos en el presente? ¿Tan cobarde y débil tienes que ser como para hacer eso? - añadió.

- N-no soy débil. Soy valiente y fuerte. - respondió - T-tú no eres el Harry de verdad, él no me diría eso.

- Draco... - Harry se levantó, le miró y le secó las lágrimas con su pulgar - Si esto te está pasando a ti es por algo, y es porque tú eres el problema.

Y el chico se levantó de golpe, entre lágrimas y la respiración más agitada que en los otros sueños, aunque esta vez, había sido una pesadilla.

- ¡DRACO! - exclamó Harry una vez que el Slytherin abrió los ojos - Draco, ¿estás bien? Estás-

Y Draco se aferró a Harry, con un abrazo, interrumpiendo lo que estaba diciendo, mientras sollozaba, sin importarle si alguien más le estuviera viendo.

Harry solo se molestaba en consolarle y en corresponderle el abrazo.

Draco Malfoy y el giratiempo | { Drarry }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora